Early adopters. Consumidores pioneros y sin miedo a lo desconocido

Los early adopters son los primeros consumidores que compran un producto o adquieren un servicio recién lanzado al mercado. Constituyen un perfil muy particular, ya que adoptan una decisión de compra cuando aún no lo hace el público general.

Este perfil de personas consumidoras se caracteriza por ser pionero, crítico, generalmente aficionado o especialista en un determinado segmento de actividad y por no tener miedo al riesgo. Por eso, para las empresas representan un público estratégico para impulsar un producto en el mercado.

Actúan, además, como referencia para la mayoría de las personas consumidoras, que buscan mayor seguridad y que esperan las impresiones de los early adopters antes de apostar por una innovación.

La figura del early adopters se da de forma especial en algunos sectores de actividad, como la tecnología, la telefonía o la moda. En estos ámbitos, los early adopters están dispuestos a probar novedades, aun con el riesgo de comprar un producto que todavía no fue aprobado por el mercado y que puede no estar totalmente desarrollado.

Recorrido y segmentos de clientes

Un nuevo producto o servicio se consolida en el mercado después de pasar por distintos segmentos de público. Estos segmentos sociales se dividen en cinco grupos, según el tiempo que necesitan para adoptar una decisión de compra:

-Innovadores: En una fase previa, exploradores del mercado, especialistas o aficionados a la tecnología buscan adquirir productos o servicios que aún no están implementados.

-Early adopters: Son un grupo más grande que los innovadores, todavía en un contexto de incertidumbre. En esta fase, muy pocas personas saben si el producto realmente es bueno, si va a funcionar o si el precio es el adecuado. Muchas veces, las personas consumidoras no entienden todavía para qué sirve y qué necesidades puede resolver. Por eso, este segmento de consumidores es el que impulsa el lanzamiento de un producto innovador y su consolidación en el mercado.

-Early majority: Hay una primera mayoría social que se decide finalmente a adquirir el producto o servicio cuando ya ha sido validado por los early adopters. Es el público común que adquiere un producto o servicio nuevo, más consolidado y que ofrece más seguridad al consumidor.

-Late majority: Hay una segunda mayoría tardía, que se corresponde con un perfil de consumidor al que no le gusta arriesgarse con las novedades y prefiere mantenerse en su zona de confort. Este perfil se decidirá a adquirir el producto nuevo cuando ya la mayoría social haya evidenciado que se trata de un producto integrado en el mercado de consumo.

-Retardatarios: Es un perfil de consumidor tradicional, afianzado a sus gustos, que se resiste a adquirir nuevos productos o servicios y que no quiere cambiar sus tendencias de consumo.

Formadores de opinión

Una particularidad de los early adopters es su permanente acción comunicativa. A los consumidores tempranos les gusta compartir sus descubrimientos. Su consumo tiene un componente social que termina convirtiéndolos en formadores de opinión de su círculo de personas más cercano.

En la era digital, además, este perfil encuentra multitud de canales para hacer llegar los productos y servicios de adquisición innovadora, como los blogs o las redes sociales.

De hecho, los early adopters están generalmente ya en redes, grupos, comunidades o foros sobre los asuntos que dominan, y a los que las personas consumidoras acuden para obtener información acerca de las novedades del mercado.

Esta acción de difusión puede ejercer una influencia poderosa en las decisiones del resto de personas consumidoras. Por eso, muchas marcas acuden a early adopters para que ejerzan como influencers en el lanzamiento de un determinado producto o servicio.

Es importante que tengamos presente los derechos de las personas consumidoras frente a la publicidad que pueden ejercer los influencers.

Riesgos

Ejercer como early adopter en cualquier situación de consumo entraña una serie de riesgos que debemos tener presentes, sobre todo si se trata de productos tan nuevos que aún no han pasado todas las exigencias previas para su comercialización.

Todo producto introducido en el mercado nacional debe ser seguro. Así lo establece la normativa sobre seguridad general de los productos puestos a disposición de las personas consumidoras.

Es importante también que prestemos atención al etiquetado, donde siempre debe venir identificado el fabricante, importador o responsable del producto son su domicilio social y CIF, así como llevar las advertencias de seguridad y las instrucciones de uso todo ello en castellano. El marcado CE es un símbolo por el que el fabricante o responsable legal declara bajo su responsabilidad que el producto que está comercializando, tras llevar a cabo un procedimiento de evaluación, ha cumplido con los requisitos esenciales de seguridad y salud que vienen recogidos en el reglamento correspondiente al producto.

También es importante que prestemos atención a las redes de alerta, sistemas que nos permiten identificar si un determinado producto no cumple con las exigencias del mercado y puede suponer un riesgo para los consumidores.