Prolongación de la Línea 7 de Metro de Madrid. Tramo: Avenida de América-Gregorio Marañón
Aquí encontrarás información, documentación gráfica, fotografías, etc. de esta obra.
Puesta en servicio: 13 de febrero de 1998.
El tramo Avenida América–Gregorio Marañón es el primero de los cuatro tramos realizado para la "Prolongación a Valdezarza y Peñagrande de la Línea 7 del Metro de Madrid".
La realización del total de la prolongación de la Línea 7, no sólo ha permitido atender a los barrios del noroeste, Valdezarza, El Pilar, Lacoma y Arroyo del Fresno, sino que ha mejorado la conexión Este–Oeste de una amplia zona, que hasta ese momento, sólo contaba con la Línea 6, permitiendo el acceso a la almendra central a los usuarios de la Línea 7. De esta forma, dichos usuarios cuentan ahora con conexiones a la Línea 10 –en la estación de Gregorio Marañón–, a la Línea 2 –en la estación de Canal– y en la Línea 6 –en la estación de Guzmán el Bueno-, mejorando notablemente la vertebración y conectividad de toda la red.
Descripción de los trabajos
La obra, que comprendió la realización de 1.248 metros de línea, se inició en la estación de Avenida América e incluyó la construcción de la nueva estación de Gregorio Marañón. La sección realizada tiene una luz de 7,80 metros y vía doble, permitiendo así la circulación de trenes del tipo 5000.
Las obras se realizaron a partir de un telescopio de unión con el túnel que enlaza las estaciones de Avenida América y Nuevos Ministerios.
De la totalidad de los 1.248 metros de longitud del tramo, 1.108 metros se realizaron por medio del método tradicional y sólo 140 metros por medio de pantallas de contención de tierras, el resto correspondieron al trazado perteneciente a la estación de Gregorio Marañón.
Por tanto, se excavaron por medio de túnel alrededor de 65.000 metros cúbicos de terreno, y unos 3.500 metros cúbicos de excavación en pozos.
Se utilizó como mango de maniobras el túnel ya ejecutado de la calle José Abascal, perteneciente al siguiente tramo de esta misma línea.
Estaciones
La prolongación en este tramo de la Línea 7 dio lugar a la creación de la nueva estación de Gregorio Marañón.
La estación tiene una longitud de andenes de 190 metros y se realizó a cielo abierto entre pantallas de contención de tierras. Debido al intercambio con la Línea 10 hubo que redactar un estudio profundo de la solución funcional y arquitectónica que permitió determinar la posición en planta y el alzado de las dos líneas, mejorando así el intercambio entre andenes, evitando recorridos antinaturales a los viajeros.
Esta estación se ubica en una zona urbana muy transitada por estar conectada con uno de los ejes vertebradores de la ciudad, el Paseo de la Castellana, en su encuentro con las calles de José Abascal, María de Molina y Miguel Ángel.
En este entorno se localizan una gran cantidad de equipamientos, servicios y edificios singulares entre los que cabe destacar el Museo Nacional de Ciencias Naturales, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, el Centro Superior de Investigaciones Científicas, diversas embajadas o la Residencia de Estudiantes.
El acceso a la red de Metro se realiza a través de dos bocas situadas en sendas aceras de la Calle de José Abascal y mantiene correspondencia con la Línea 10; un ascensor apto para personas con movilidad reducida comunica el nivel de calle con el vestíbulo en un nivel más bajo, y con las líneas 7 y 10 en los niveles inferiores respectivos.
El vestíbulo se percibe claramente en su función de elemento distribuidor de los distintos usos o funciones. Aparece de nuevo el mismo lenguaje, una misma semántica y una misma sintaxis arquitectónicas, máxima claridad espacial, transparencia y utilización de materiales tecnológicos con una gran sobriedad. El plano del suelo perfectamente pulido con su gradación dual en gris, los elementos columnarios cubiertos de una chapa de acero inoxidable, los paramentos de granito gris, único elemento pesado, que contrasta con la liviandad de los tabiques de cristal y las barandillas de acero y vidrio, que protegen al viandante del abismo que abren los huecos en el forjado.
Para llegar desde el vestíbulo a los andenes se atraviesa de forma casi simbólica un puente.
Sobre él, un mural representa la figura del puente repetida una y otra vez como si la paleta del artista hubiese querido registrar una sinfonía de color de forma casi obsesiva, amarillos, naranjas, rojos, verdes, azules, etc. con máxima saturación y brillo. Al pie de este mural en chapa de acero se puede leer la siguiente cita: «...Quizás la curiosidad de los viajeros a quienes la novedad complace se pregunten quién lo hizo... el puente, destinado a durar por siempre en los siglos del mundo, lo hizo lacer, famoso por su divino arte...». Bajo el puente, las vías del tren, el puente que une y fusiona dos mundos, distintos en su esencia, el puente que también los separa.
Las escaleras mecánicas que unen el nivel del vestíbulo con el de los andenes, con una acertada iluminación, aparecen como un elemento casi escultórico, paradigma de una era tecnológica.
Los tubos fluorescentes colgados de un techo pintado con el color corporativo, parecen suspendidos en la atmósfera, desafiantes a la fuerza ineludible de la gravedad.
La característica esencial del espacio se resume en la continuidad espacial, la percepción visual continua gracias a la ruptura de los elementos horizontales, que impulsa el diálogo en el plano vertical. El encuentro entre los planos horizontales y verticales crea el espacio tridimensional y permite su comprensión al espectador.
Principales características
Longitud total del tramo | 1.248 m |
Longitud del tramo realizado por el método tradicional de Madrid | 1.108 m |
Longitud del tramo realizado entre pantallas | 140 m |
Longitud del tramo correspondiente a la estación | 70 m |
Sección de excavación | 59 m2 |
Excavación en túnel | 65.000 m3 |
Excavación en pozos | 3.500 m3 |
Volumen correspondiente a vaciados | 59.000 m3 |
Hormigón de distintas resistencias | 106.000 m3 |
Pantallas de hormigón | 8.700 m2 |
Losas de forjados | 10.300 m2 |
Aceros en armaduras | 3.720.000 Kg |
Acero en perfiles | 44.000 Kg |
Pilotes diámetro 1 m | 4.500 m |
Longitud de vía en placa | 2.770 m |
Longitud de vía en balasto | 220 m |
Retos contructivos
La dificultad en la realización de este tramo estribaba en la preexistencia de los dos colectores axiles del Paseo de la Castellana y del túnel de RENFE, que enlaza Atocha y Chamartín situados ambos perpendiculares a la directriz de este tramo, debiendo discurrir el túnel del mismo encajado en la cota intermedia que restaba de la ubicación de ambos. Esta profundidad dio lugar a que el túnel se situara bajo el paso inferior existente en la calle María de Molina, para lo cual hubo que integrar los pilotes de su cimentación en la bóveda del túnel.
Folletos
PROLONGACIÓN DE LA LÍNEA 7 DEL METRO DE MADRID. TRAMO: AVENIDA DE AMÉRICA-GREGORIO MARAÑÓN
El tramo Avda. de América-Gregorio Marañón fue el primero de los cuatro que compusieron la Prolongación a Valdezarza y Peñagrande de la Línea 7.
La línea discurría entre las estaciones de Las Musas y Avda. de América, conectando barrios de la periferia con una estación relativamente central. De esta forma, al no ser una línea pasante y tener sólo dos posibilidades de intercambio, en las estaciones de Pueblo Nuevo y Avda. de América estaba infrautilizada.