Contenido principal

Nuestra Rocío

Rocío Campos Cantero 

Rocío, nuestra Rocío

Temprano levantó la muerte el vuelo

  • Sé que puede parecer un lugar común, una referencia usual y hasta manida, pero no se me ocurre nada mejor que los viejos versos de Miguel Hernández para comenzar esta breve evocación de mi compañera y amiga:

     

    “En el Hospital del Sureste, su hospital y el mío,

    se nos ha muerto como del rayo Rocío Campos,

    con quien tanto quería”.

    En el corazón
  • La Doctora Campos Cantero, la entrañable Rocío como todos la conocíamos, ha sido (me cuesta mucho no decir “es”) una profesional y una persona muy especial para todos los que la conocíamos, para la profesión que en su momento eligió, encarnó y vivió y para el Sistema Sanitario al que ofreció toda una vida de dedicación y de servicio.

    Lo más inmediato y fácil es plasmar una relación no por somera menos trascendente de su trayectoria laboral.

    Dra. Campos

    Se licenció en medicina y cirugía en 1975 por la Universidad Autónoma de Madrid y las especialidades de Medicina Interna y Aparato Digestivo tres años después.

    Cómo “simple especialista” estuvo destinada en el Hospital 12 de Octubre y en varios ambulatorios de la zona sur de Madrid, donde desarrolló su trabajo de modo muy cercano a la población en ámbitos sociales no siempre sencillos.

    En 1981 pasa a atender cómo médico adjunto un ámbito de gran importancia en aquellos momentos, al ser adscrita a la Unidad del Síndrome Tóxico.

    Entre 1983 y 2009 desarrolla las funciones de Jefe de Sección de Aparato Digestivo en los Hospitales Virgen de la Torre, 12 de Octubre, Severo Ochoa e Infanta Leonor.

    En 2011 accede a la Jefatura de Aparato Digestivo del Hospital Universitario del Sureste. Puesto que desempeñó hasta su fallecimiento.

    Paralelamente también pudo aportar sus cualidades y experiencia en puestos de Gestión como Subdirectora y también Directora Médica de Atención Especializada del Complejo Hospitalario de Móstoles; Directora Médica del Hospital Universitario de Santa Cristina, y como Asesora Técnica de la Subdirección General de Atención Especializada del Insalud.

    Por supuesto y sería prolijo e innecesario enumerarlo, son múltiples los cursos, másteres o acciones formativas que realizó en aras a completar su formación tanto médica como de organización y gestión.

    Más complejo es tratar de mostrarla más allá de los puestos y los cargos. Por ello me centraré ya en nuestro hospital.

    Nuestra Rocío

    Rocío Campos, cuando fue nombrada para la Jefatura de Aparato Digestivo, se enfrentó a este que ha resultado ser su último cometido con la intensidad, conocimiento y dedicación con que afrontaba todo. Desde que llegó al mismo, supo dar el enfoque y contenido necesarios a un área de gran trascendencia y cada vez más demandada y requerida por la población.

    Fue capaz de crear,  generar un gran equipo de profesionales que la tenían como referente y guía, pero también como compañera y amiga. Y aportar a su Servicio, su experiencia profesional y también vital. Fomentó la incorporación de nuevas técnicas y procedimientos, el desarrollo tecnológico y la dotación de equipamiento. Entre otras facetas logró hacer del Servicio todo un referente nacional en sedación endoscópica. Tanto es así que son conocidos y valorados los cursos al respecto que año tras año se desarrollan a través del mismo en este Hospital.

    No puedo dejar aquí de recordar como cada año venía a los despachos de la Dirección anunciando una nueva edición y solicitando nuestra presencia en la inauguración. ¡Con la misma ilusión de la primera edición!

    Y como Dirección también debo necesariamente recalcar su imbricación, su fidelidad, su espíritu de equipo, su labor también directiva desde el ámbito que le competía. Formó parte de numerosas comisiones, participando activamente en todas ellas, incluso era miembro de la Junta Técnica Asistencial (máximo órgano de asesoramiento) por votación de sus compañeros. ¡Siempre dispuesta ante cualquier requerimiento, siempre receptiva a todo aquello que se le solicitara!

    Por otra parte, y hasta sus últimos días, nunca se quiso separar de su trabajo, su profesión, su vocación y sus pacientes. A pesar de que por edad podía solicitarlo no abandonó la labor asistencial, sus “endoscopias”, y hasta sus guardias. Cuando pisaba el hospital no tenía edad.

    Había querido prolongar su edad de jubilación en principio porque estaba ilusionada con la ampliación del hospital, con la de su área de trabajo, con un nuevo concepto de “su” servicio. Luego “llegó” el COVID19 y tampoco quiso dejar de colaborar, como siempre, Rocío era de las que en todo momento, cuando se les necesitan, dan un paso al frente. Y esta maldita enfermedad que llegó se la llevó.

                        "Un manotazo duro, un golpe helado,

                        un hachazo invisible y homicida,

                        un empujón brutal te ha derribado.”

     

    Pero no se llevó el trabajo realizado, ni una vida que mereció mucho la pena. Que supo compartir con su familia, que siempre estaba ahí “detrás de ella”. Ni sus logros, ni el cariño de sus pacientes, de sus compañeros… Ni su defensa acérrima, continuada de la Sanidad Pública. Ni su sinceridad, ni su fiabilidad, ni ese punto de alegría y de serenidad que en todo momento aportaba.

    Fue una luchadora. Luchó hasta el final, durante estas semanas terribles de UCI, con sus colegas de Intensivos llevando a cabo la durísima labor de intentar salvar al tiempo a una paciente y a una compañera. Días en los que tantos de nosotros al llegar al hospital y tras un breve saludo preguntábamos de inmediato, ¿cómo está Rocío?

    Era una gran médica que llevaba dentro una gran mujer.

                        “A las aladas almas de las rosas

                        del almendro de nata te requiero,

                        que tenemos que hablar de muchas cosas,

                        compañera del alma, compañera”.

     

    Descansa en Paz Rocío…y en el recuerdo de los que te conocimos.

    Carlos Sangregorio Yáñez. Director Gerente del Hospital. Mayo 2020.

  • En la memoria

Reconocimientos profesionales

  • ¡GRANDE ROCÍO, MUY GRANDE!

    Estupenda semblanza de Rocío. Solo puedo corroborar tantos aspectos de su perfil.

    Compartía los minutos del autobús para llegar al centro en el último año y medio, pero los jueves compartía el protagonismo del Comité de Tumores, desde su llegada. No se perdía ninguno.

    Han sido muchos jueves, muchos casos...

    Pues bien, Rocío siempre fue parte de la solución, allí donde opinaba era para sacar lo mejor de la situación. Mantenía, con absoluta integridad y coherencia, el principio, que suena arcaico, de que lo prioritario es el paciente. En la polémica (un poco mezquina, sí) sobre "¿quién se ocupa?" defendía el incontestable argumento de que "aquel que mejor pueda ayudar al paciente".

    ¡Grande Rocío, muy grande!

    Hoy, dolido, me parece imprescindible.

     

    Rafael Carrión

    Responsable de Oncologia Médica

    Hospital Universitario del Sureste

    Arganda del Rey. Madrid.

     

     

    DESDE ATENCIÓN PRIMARIA

    Estimados compañeros:

    Recientemente hemos conocido la triste noticia del fallecimiento de Rocío Campos Cantero. Queríamos hacer llegar al Hospital Universitario del Sureste, y especialmente al servicio de Aparato Digestivo, nuestro más sentido pésame.

    Hemos tenido la suerte de conocer a Rocío desde el punto de vista profesional y la hemos admirado con gran respeto por su gran labor al frente del servicio de Disgestivo. 

    Al mismo tiempo, algunos de nosotros la hemos conocido personalmente y, al igual que en las conversaciones mantenidas mediante videoconferencias en nuestro EAP, hemos podido darnos cuenta de su buen ánimo, su buena disposición y dedicación y su energía.

    Desde nuestro EAP queremos enviaros un mensaje de ánimo para seguir adelante y todo nuestro apoyo.

    Un abrazo a todos.

    EAP La Paz. Rivas Vaciamadrid 

     

     

     

     

  • UNA GRAN COMPAÑERA

    "Poco más se puede añadir a lo dicho sobre nuestra querida Rocío.

    He dejado pasar los días para ver si desde la distancia del dolor de tu perdida se aclaraba la razón y completaba tu semblanza, pero creo que ya está casi todo dicho.

    Sin embargo no quería dejar pasar la oportunidad para resaltar nuevamente la gran pérdida que ha supuesto tu ausencia. El hospital ha perdido una gran profesional, pero nosotros hemos perdido una gran compañera. Por encima de todo, una gran persona.

    Seguiremos avanzando y en ese avanzar tu recuerdo siempre estará con nosotros.

    Te echaremos mucho de menos."

     

    Dr. Fernando Tornero Molina.

    Presidente Sociedad Madrileña de Nefrología.

    Jefe de Nefrología.

    Hospital Universitario del Sureste

     

  • DESDE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA DIGESTIVA

     

    IN MEMORIAM
  • PARA TI, ROCÍO

    ¡Cuánto me acuerdo de ti!

    No hay día en que no aparezcas en mi mente.

    Porque tu forma de ser era transparente:

    Como profesional, no se podía pedir más,

    Como persona, amable, protectora y jovial

    Lo que hacía de ti una persona sin igual

     

    Me ha costado muchos días poder plasmar lo que sentía

    Porque, Rocío, con tu partida,

    Se ha producido una gran pérdida en mi vida.

    Pero, estoy totalmente convencida

    De que en algún momento y lugar

    El reencuentro se producirá.

     

    ¡¡¡TE ECHO MUCHO DE MENOS!!!

     

     

    Pepi Escobar Lavela

    Supervisora de UCI.

    Hospital Universitario del Sureste.

    Te echo mucho de menos

Tu tesoro siempre fue el viaje

Los que te acompañaron en él

  • ¡Qué difícil es escribir de personas que conoces, apreciabas y se han ido! 

    Rocío era una mujer muy entrañable. Aparte de su trabajo, de su inmensa profesionalidad, de su bagaje cultural y científico, de Rocío recuerdo su serenidad. Podía estar enfadada o alegre, pero irradiaba calma, sosiego… 

    Nosotras cuando hablábamos de cuestiones de trabajo, dejábamos un pequeño espacio de tiempo para hablar de nuestros hijos. 

    -¿Cómo está tu hijo? Ya lo tengo aquí, en Madrid. ¿Y el tuyo?

       Ambos son hijos únicos y ambos con profesiones “especiales” aunque diferentes. Y digo especiales porque Pedro, su hijo, era periodista, un trabajo vocacional y muy cargado de incertidumbre. ¡Si lo sabré yo!

    ¡Qué orgullosa estaba de las andanzas de su periodista! Porque pese a la inseguridad de su oficio se mantenía en la cresta de la ola. Una de las últimas veces que hablé con ella me contó que habían elegido una película de su hijo –no sé si documental, corto, largo… No sé- para el Festival de cine de Málaga.

    Cuando hablaba de sus Pedros, padre e hijo, estaba sobre todo orgullosa de ellos, de lo que hacían y de lo que habían hecho, de lo que eran y de lo que habían sido… Se sentía contenta de formar parte de ellos mismos. Sus ojos irradiaban alegría, amor, cariño, orgullo… Y, de nuevo, serenidad. Yo creo que era la serenidad que te da el haber cumplido con lo que te ha encomendado la vida. 

    Y ahora estamos sin ella, pero inundados de su presencia: 

     

                        Tu presencia llena el vacío.

                        Tu recuerdo inunda 

                        el ansia de la congoja

                        con una cascada 

                        de sonrisas.

                        El vacío ya nunca 

                        será olvido:

                        lleva tu nombre escrito.  ROCÍO.

    Pilar López García-Franco. Gabinete de Prensa del Hospital Universitario del Sureste. 

     

    Rocío era serenidad, sosiego, calma