Evita el círculo vicioso
Piel húmeda > piel erosionada > dificultad de adhesión > fuga > mas lesión > menos permanencia del disco > más lesión.
- La piel circundante debe tener el mismo aspecto y coloración que la del resto de tu abdomen.
- Debe mantenerse íntegra. De su buen estado depende la adherencia de tu dispositivo.
- Una de sus principales complicaciones es la irritación o dermatitis.
Debes mantenerla seca y evitar la humedad, así como que entre en contacto con las heces, ya que su acidez puede provocar heridas tipo quemaduras.
Valora el estado del disco siempre que notes escozor o picor. Puede que aunque permanezca adherido se haya filtrado contenido intestinal sin despegarlo, pero que haya bolsas en zonas cercanas al estoma produciendo irritación.
Debes cambiarlo si observas acúmulo de líquido debajo.
Los cambios demasiado frecuentes de disco también pueden irritar la piel.
Cualquier alteración de la piel produce humedad, como cualquier herida, lo que dificulta que el disco permanezca pegado.
Observa el color de la piel: si aprecias enrojecimiento que coincide con la silueta exacta del disco puede que seas alérgico a algún componente del disco.
- Si el enrojecimiento aparece solo en algunas zonas debajo del disco, frecuentemente en la zona inferior, puede deberse a fugas o a un recorte inexacto.
- Un enrojecimiento generalizado tras la retirada, que desaparece durante el cambio puede deberse solo a la tracción de la retirada y puede ser normal.
Cuando la piel periestomal se lesiona debes consultar con tu enfermera cuál es el tratamiento más adecuado.
Recuerda que no se deben aplicar cremas ni desinfectantes en la piel.
El disco debe mantener un buen sellado y favorecer el reposo de tu piel.
Debes conocer la situación de tu estoma ya que pueden existir pliegues, ondulaciones o zonas hundidas que favorezcan las fugas o dificulten la adhesión.