El 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua para recordar la relevancia de este líquido esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2200 millones de personas viven sin acceso a agua potable.
La ONU celebra este día con el objetivo de concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.
Este año, la celebración se centra en las aguas subterráneas, unas aguas invisibles cuyos efectos se aprecian en todas partes. Casi la totalidad del agua dulce en forma líquida del mundo es agua subterránea. Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos. Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.
Aumento del consumo:
En el hospital somos conscientes de que el agua es imprescindible para la vida, pero es un recurso escaso y limitado. Por ello, hemos tomado medidas para reducir su consumo con un Plan de Gestión y Uso Sostenible del Agua puesto en marcha en el año 2008.
Desde entonces se ha hecho una gestión más eficiente de los recursos hídricos para obtener un mayor nivel de protección del medioambiente, logrando pasar de un consumo en 2008 de 271.622 m3 a los 186.200 m3 en el año 2018. A pesar de esa trayectoria descendente, el consumo de agua volvió a aumentar debido a la crisis sanitaria causada por la pandemia de COVID-19.
Todos, con pequeños gestos, podemos contribuir a que nuestro consumo de agua vuelva a reducirse. Sigue estas recomendaciones.