La casa número 11 de la calle de Cervantes y su entorno
Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento
La casa en la que vivió Félix Lope de Vega y Carpio los últimos veinticinco años de su vida, desde 1610 a 1635, se localiza en la calle Cervantes número 11, en el centro histórico de Madrid.
El 3 de junio de 1935, la Gaceta de Madrid publicaba la Orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes por la cual se declaraba la casa como «Monumento histórico-artístico», por su condición de hito histórico y cultural de relevancia para la ciudad de Madrid. En 2022, la delimitación del entorno de protección de la que es hoy en día Casa Museo Lope de Vega, se fundamenta en la necesidad de velar por la adecuación de las futuras intervenciones urbanísticas y arquitectónicas, así como persiguir la correcta percepción y comprensión cultural del bien declarado.
Historia del edificio
La casa en la que vivió Félix Lope de Vega y Carpio los últimos veinticinco años de su vida, desde 1610 a 1635, se localiza en la calle Cervantes número 11, en el centro histórico de Madrid. Desde su construcción en 1587 hasta la actualidad el edificio ha sufrido varias transformaciones, a pesar de lo cual la Casa Museo conserva algunas estructuras originales y ciertos aposentos en su ubicación inicial. Lope legó la casa a su hija Feliciana, de quien pasó a su nieto Luis Antonio de Usátegui y este la vendió en 1674 a la comedianta Mariana Romero. Durante los siglos XVIII y XIX, cambió de manos en varias ocasiones sufriendo algunas transformaciones.
En 1931, su propietaria, doña Antonia García, nombró a la Real Academia de la Lengua patrono de la Fundación que ella misma había constituido y en la que se señalaba la necesidad de crear allí un museo dedicado a Lope de Vega.
Unos años después, en 1935, cuando se cumplían trescientos años de la muerte de Lope de Vega, el edificio fue declarado monumento histórico-artístico e inaugurado como museo en diciembre de ese año, después de haberse llevado a cabo el primer proyecto de restauración de la casa por parte de los arquitectos Emilio Moya y Pedro Muguruza.
Más tarde, entre 1949 y 1950, se realizaron algunas reformas y pequeñas ampliaciones para adaptarlo a su función museística. Entre 1973 y 1975 fue intervenida de nuevo por Fernando Chueca Goitia, reconstruyendo las diferentes dependencias de la casa.
En 1990 se firmó un Convenio de Colaboración Cultural entre la Real Academia y la Comunidad de Madrid, para restaurar e impulsar la Casa Museo y, finalmente, desde el 18 de diciembre de 2007, la Comunidad de Madrid asumió su gestión quedando incluida en su red de museos.
La Casa Museo Lope de Vega
A lo largo del tiempo otros museos y colecciones transfirieron obras de arte, mobiliario, enseres y ediciones bibliográficas para completar la casa. Así, en ella se incorporaron depósitos del Museo del Prado, Museo Arqueológico Nacional, Instituto Valencia de Don Juan, Museo de Santa Cruz y Biblioteca Nacional, además de algunas donaciones particulares. De este modo, la casa museo contiene un patrimonio artístico y literario ajustado a la época del poeta, el Siglo de Oro español, donde cada obra artística, libro o mueble han sido cuidadosamente escogidos para reunir una colección apropiada a los objetivos de la casa museo.
El edificio, de tres alturas y buhardillas, responde a la tipología de una casa nobiliaria del siglo XVII, construida en ladrillo sobre un basamento de granito y cubierta de teja a dos aguas. El exterior es muy sobrio, presenta una primera planta donde se abre la portada de granito y ventanas con dintel a sardinel cerradas con sencillas rejas, y segunda planta con balcones, también con dintel a sardinel. En la cubierta se levantan las buhardillas. En el interior, el pavimento es de baldosa roja de barro cocido y los forjados con viguería de madera entre revoltones.
En la planta baja de la casa una escalera de madera situada en el centro de la planta, sirve para ordenar los distintos usos y funciones de las estancias en el interior. En esta planta no se encontraron datos suficientes para reproducir la distribución original de las estancias, pero se supone, como ocurría en otros edificios de la época, que se encontrarían una habitación para recibir, algunos espacios pequeños, tal vez para huéspedes y, probablemente, la cocina.
La escalera conduce a una primera planta, en la que hoy existe un descansillo donde antes hubo un cuarto distribuidor de aposentos. En la primera crujía se encuentran el estudio y el estrado; en la central, la alcoba principal y el oratorio, y en la crujía con fachada al jardín el comedor, la cocina y otra alcoba. Un segundo tramo de la escalera lleva al piso abuhardillado, en el que se encuentra un cuarto de huéspedes, el cuarto de servicio y una alcoba.
El huerto y el jardín, situados tras el edificio, son elementos esenciales de la Casa de Lope de Vega. Se han recreado siguiendo la descripción que el propio poeta menciona en uno de sus poemas, donde lo denomina «mi huertecillo».