
La Iglesia Parroquial de San Ginés y su entorno
Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
La Iglesia Parroquial de San Ginés Madrid es una de las más antiguas de Madrid, cuyos orígenes se remontan al siglo XII. En el siglo XVII se levanta una nueva iglesia, con trazas de fray Lorenzo de San Nicolás.
En 1982 fue declarada Monumento Histórico-Artístico en el Boletín Oficial del Estado, por su condición de hito cultural e histórico de relevancia para la ciudad de Madrid. La declaración de su entorno de protección en 2022, se fundamenta en necesidad de adecuar las futuras intervenciones urbanísticas y arquitectónicas buscando la correcta percepción y comprensión cultural del bien declarado.
Contexto histórico
Según la documentación conservada, se conoce la existencia de una iglesia dedicada a san Ginés desde principios del siglo XII, una de las más antiguas de Madrid, aumentando las citas sobre ella en los siglos XIII, XIV y XV a medida que se va consolidado su importancia.
En la segunda mitad del siglo XVI, con el establecimiento de la capitalidad en Madrid y la proximidad de la parroquia al alcázar, su feligresía aumentó con personalidades notables vinculadas con la Corte, circunstancia que exigió ciertas ampliaciones y reformas en el templo.
Sin embargo, el terreno arenoso en el que se asentaba la construcción condujo a un estado de ruina que acabó provocando el hundimiento de parte del edificio en 1641. En este momento, reinado de Felipe IV, en la calle del Arenal se localizaban las grandes casas de la nobleza. Este nuevo entorno social y político exigía la construcción de un nuevo templo, cuya aprobación fue concedida por el Arzobispo de Toledo en ese mismo año, designando arquitecto y alarife. Las trazas fueron diseñadas por fray Lorenzo de San Nicolás (1593-1679), uno de los más destacados arquitectos de la Corte a mediados del siglo XVII, y la construcción fue dirigida por el maestro alarife Juan Ruiz (+1672), siendo inaugurada el 25 de julio de 1645.
En esta nueva fase se fundaron nuevas cofradías y congregaciones que fueron enriqueciendo sus respectivas capillas. Además, el templo recibió numerosas donaciones a lo largo de los siglos XVII y XVIII, lo que ha dado lugar a la formación de un notable patrimonio formado por retablos, pinturas, esculturas, orfebrería o vestimenta litúrgica, entre los que destaca La Purificación del Templo, firmada por El Greco (1541-1614), obras de Corrado Giaquinto, Francisco Rizi, Alonso Cano, Antonio de Pereda, Gerard Seghers, José Antolínez, Francisco Camilo, Juan Antonio de Frías y Escalante, Luca Giordano, León y Pompeyo Leoni, Nicola Fumo, Pedro Alonso de los Ríos, Juan de Adán.
El templo ha sufrido a lo largo de la historia tres incendios, dos en el siglo XVIII y uno en el siglo XIX, cada uno con sus consecuentes restauraciones. En el siglo XVIII, el templo fue transformado en su decoración interior por el arquitecto Juan de Villanueva, proyectando una decoración neoclásica conforme al gusto de la época. En este momento se incluye un friso que recorre la nave central, en el cual se narra la historia del martirio de san Ginés en letras capitales rojas y negras sobre un fondo dorado.
El 16 de agosto de 1824 tuvo lugar un incendio en el templo que afectó tanto al edificio como a diversas obras de arte. Dos meses después comenzó la reconstrucción de las partes dañadas, lo que llevó a cabo Juan Antonio Cuervo, culminando las obras en agosto de 1826. Años más tarde, en 1870, José María Aguilar proyectó una nueva fachada a la calle Arenal, que fue restaurada después de la Guerra Civil eliminando revocos.
Descripción del edificio
La iglesia está construida en mampostería de pedernal y ladrillo sobre zócalos de granito, cubierta con teja curva y chapitel de pizarra. La fachada sur, a la plaza de San Ginés, constituye un elevado volumen prismático, con un sencillo acceso en arco de medio punto. La fachada norte, retranqueada respecto a la calle del Arenal, está conformada por un atrio cubierto sobre un podio, sobre él un segundo piso con tres vanos rectangulares, y sobre éste, separado por una moldura de granito, una tercera altura con una hornacina central y flanqueada por dos vanos y rematada con un frontón triangular en el que se abre un óculo.
A los pies del muro norte se ubica la capilla del Santísimo Cristo de la Redención, impulsada por el rey Felipe IV, que fue nombrado hermano mayor de la cofradía. Su construcción se inició en 1651 por el maestro Juan Ruiz, concluyendo en 1659. Presenta una planta de cruz latina con cabecera de testero recto. La nave, cabecera y brazos del transepto se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos, y el crucero con una cúpula semiesférica que apoya sobre un tambor de gran desarrollo en el que se abren cuatro vanos adintelados y remate en una linterna. La nave se divide en tres tramos mediante pilastras dóricas adosadas a los muros compartimentando el espacio.
Galería de imágenes
El presbiterio se decora con mármoles en tonos rosas y grises mientras los muros y bóvedas lo hacen con estucos de cal planchada imitando mármoles en las mismas tonalidades, realizada por Bartolomé Zumbigo y Sebastián Herrera Barnuevo, autor también del retablo del Cristo en mármol. La cúpula se ornamenta con pintura mural figurativa firmada por el pintor José Sánchez Villamandos (1769-1793), representando en el casquete la Ascensión de Cristo, los Patriarcas en el tambor y las Mujeres Fuertes del Antiguo Testamento en las pechinas. La capilla muestra una arquitectura proporcionada con una completa decoración proyectada bajo un equilibrio calculado a base de mármoles.
Durante los años 2002 y 2003 el Instituto de Patrimonio Histórico Español llevó a cabo una restauración integral de la capilla del Santísimo Cristo (pavimento, paramentos, revoco de las bóvedas, pintura mural de la cúpula, cripta), dependencias anejas y la torre de la iglesia.