El Ramón y Cajal líder en Micropigmentación Mamaria con 2.000 pacientes tratados
HOSPITAL DE ESPAÑA CON MÁS PACIENTES ATENDIDOS, 350 AL AÑO
La Unidad de Micropigmentación del Hospital Universitario Ramón y Cajal que está integrada en el Servicio de Cirugía Plástica dirigido por el Dr. Benito, acaba de alcanzar los 2.000 pacientes siendo el primer centro de España en alcanzar esta cifra. Se trata del hospital español con más experiencia en esta técnica, realizada por las enfermeras de la Unidad Azucena Marzo y la supervisora Olga Saceda, que a su vez forman a otros centros en España.
Atiende una media de 350 casos anuales ofreciendo un tratamiento integral en esta disciplina desde el año 2010. “Esta es la mejor técnica que se puede ofrecer a la paciente con cáncer de mama, el mejor tratamiento que hoy en día puede recibir tras haber sufrido esta enfermedad” asevera el Dr. Benito. Desde su creación, en 2010 ha sido referencia de micropigmentación mamaria para gran parte de los hospitales de la Comunidad de Madrid y de España como el Hospital Universitario de Getafe, el Hospital Universitario 12 de Octubre, Hospital Universitario La Paz, Hospital Universitario Clínico San Carlos y Hospital Universitario La Zarzuela.
Creciente número de pacientes con cáncer de mama
La micropigmentación de areola y pezón consiste en un tatuaje que, a diferencia de los habituales, se hace en la piel a menor profundidad y usando una pomada anestésica. En él se emplean tonos marrones y rojizos que imitan el color de las areolas y buscan un resultado armónico con la piel de la paciente. Fue en 2010 cuando el Servicio de Cirugía Plástica puso en marcha la Unidad, pero el Hospital Universitario Ramón y Cajal ya ofrecía a las pacientes mastectomizadas, la posibilidad de reconstrucción de la areola mediante micropigmentación.
La idea de su creación partió de la necesidad de atender al creciente número de pacientes sometidas a reconstrucción mamaria como consecuencia de haber padecido un cáncer de mama. Dichas pacientes, cada vez con más frecuencia son reconstruidas, bien durante la intervención de mastectomía o con posterioridad. En ambos casos, el proceso de reconstrucción finaliza con la creación de un nuevo pezón y areola con el consiguiente beneficio -sobre todo psicológico- para la paciente.
Centro formador a nivel nacional
Para su exitoso funcionamiento ha sido clave la formación del personal de Enfermería. La Unidad está compuesta por dos enfermeras especialistas, Azucena Marzo que lleva a cabo el proceso de la micropigmentación, y Olga Saceda que se responsabiliza de la organización y de la gestión. La estructura física de la Unidad se compone de un despacho de consulta, sala de micropigmentación y sala de espera. El proceso consta de una primera cita en la que la paciente, previamente evaluada por el cirujano plástico, llega a la consulta, y se procede a la explicación del proceso.
En esta primera cita también se lleva a cabo una valoración por la enfermera, una prueba de sensibilidad a los pigmentos y se explica, al tiempo que se cumplimenta, el consentimiento informado. En una segunda cita, al mes, se selecciona el color, así como el diseño y la técnica. Finaliza dándole a la paciente una serie de recomendaciones al alta y es a los 6 meses cuando se lleva a cabo una tercera cita, con el fin de ver el resultado y valorar posibles retoques de la pigmentación.
Mejorar la autoestima, confianza y la relación con el entorno
La micropigmentación es menos invasiva que los tatuajes tradicionales, porque se realiza sobre la epidermis, la capa más superficial de la piel. –unos 0,5 milímetros, frente a los 1-2 en los que trabajan los tatuadores, ya en la dermis- Por otro lado, los pigmentos utilizados son muy diferentes. Frente a las tintas de los tatuajes tradicionales, en la micropigmentación se emplean pigmentos inorgánicos de colores terciarios muy semejantes a los de la piel, que si bien pueden perder algo de intensidad con el tiempo, también se rediseñan con más facilidad llegado el caso.
La superficie sobre la que se realiza el procedimiento también es diferente: las enfermeras trabajan sobre pieles patológicas, radiadas, con cicatrices y que, a menudo, recubren prótesis. Superficies todas ellas sobre las que no se debe realizar un tatuaje convencional. La paciente que va a ser micropigmentada se somete previamente a una prueba de tolerancia y después al necesario seguimiento sanitario. El objetivo de la micropigmentación no es decorativo ni artístico, sino corrector. El resultado debe corresponderse con su reconstrucción mamaria en color, forma y proyección. No hay una areola igual a otra, ni todas tienen el mismo color.