Los dos objetivos fundamentales de los cuidados paliativos son aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida desde las fases iniciales de la enfermedad hasta el final, respetando en todo momento la autonomía y la dignidad de la persona, incluyendo el acompañamiento a la familia durante la enfermedad y en el proceso de duelo.
Consideran la muerte como un proceso natural por lo que no la adelantan ni la retrasan, acompañando el proceso de morir. Están dirigidos a proporcionar una atención integral a personas que presentan enfermedades tanto oncológicas o hematológicas como no oncológicas (insuficiencia: respiratoria, cardiaca, renal, hepática; demencias, ELA, daño cerebral adquirido, parálisis cerebral grave) y otras enfermedades amenazantes para la vida en estadío avanzado y progresivo.
No se limitan a los cuidados del final de la vida, se pueden recibir a la vez que el tratamiento específico para la enfermedad.