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Libre sin tabaco

Presentación

El programa on-line para dejar de fumar del Hospital Carlos III es un programa gratuito de ayuda a distancia para cesar el consumo de tabaco.

A través de esta web y del correo electrónico un grupo de expertos en el Tratamiento del Tabaquismo del Hospital Carlos III de la Comunidad de Madrid le ofrecerán pautas y recomendaciones útiles en su batalla particular contra el tabaco.

Si está pensando en dejar de fumar, acceda al programa y regístrese.

  • Quiénes somos

    El programa on-line para dejar de fumar está diseñado, realizado y dirigido por la Unidad de Tratamiento de Tabaquismo del Hospital Carlos III de Madrid, un centro dependiente de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

    Dicha Unidad se crea en el año 1983 dentro del Servicio de Neumología del entonces Hospital Victoria Eugenia, siendo la segunda unidad pública de tratamiento de tabaquismo en España. Desde entonces viene atendiendo en consulta a más de quinientos fumadores nuevos cada año. Además, ha desarrollado diversos proyectos de investigación de ámbito nacional e internacional y participado en la formación de profesionales sanitarios en tabaquismo. Asimismo, sus integrantes han publicado numerosos trabajos sobre el tratamiento a fumadores. La Unidad de Tabaquismo se encuentra actualmente adscrita al Servicio de Neumología del Hospital Universitario La Paz  y cuenta con un equipo integrado por un médico neumólogo, una psicóloga y una diplomada en enfermería que se encargan del tratamiento a través de esta web.

     

Cómo empezar

  • 1. Acceda al programa pulsando el botón "Acceder al programa" o directamente pulsando aquí.

    2. Deberá identificarse con algunos de los métodos de autentificación mostrados (Clave PIN, Clave Permamente OTP, Clave Certificado, Identifica Madrid, Certificado Digital), a continuación, regístrese y siga los pasos que le vaya indicando el programa para finalizar. 

    • Sus datos personales nos servirán para ponernos en contacto con usted cuando sea necesario.
    • Sus datos como fumador nos servirán para evaluar su dependencia y aconsejarle.
    dibujo de un ordenador y un pájaro delante de la pantalla
  • 3. Lea su correo periódicamente, le iremos mandando instrucciones y recomendaciones.

    4. Tras dejar de fumar complete los cuestionarios de seguimiento. Nos servirán para evaluar su proceso y poder ayudarle con los síntomas de abstinencia.

    5. A los seis meses sin humos recibirá un diploma que le recordará para siempre que consiguió vencer al tabaco.

Motivos para dejar de fumar

  • A continuación encontrará una serie de motivos que estamos seguros que reforzarán su decisión de dejar de fumar:

  • Fumar ocasiona importantes problemas de salud, hasta el extremo de que en las sociedades desarrolladas es la principal causa aislada de enfermedad evitable, de invalidez y de muerte prematura, muy por delante de otras como los accidentes de tráfico o el SIDA. En España mueren cada año 56.000 personas por enfermedades debidas a fumar frente a 1.500 por accidentes de tráfico o 1.000 por SIDA. Evidentemente todos hemos de morir, pero en nuestro momento, y al dejar de fumar disminuyen las probabilidades de que nuestra muerte suceda antes de tiempo; alargaremos nuestra vida.

    Pero no sólo viviremos más, sino que viviremos mejor. Tendremos más calidad de vida porque fumar provoca enfermedades crónicas en el corazón, en los pulmones y en los bronquios, en el riñón y vejiga urinaria, en el estómago, páncreas, tiroides y en todas nuestras arterias, lo que puede ocasionar enfermedad en cualquier parte del cuerpo: las piernas, el cerebro y el corazón. Estas enfermedades evolucionan poco a poco sin darnos cuenta y cuando aparecen ya es tarde para volver atrás; sólo podremos evitar que sigan avanzando a la misma velocidad. Pero entonces ya estaremos enfermos y necesitaremos tomar medicinas o ingresar en un hospital periódicamente o lo que es peor: cuando la enfermedad producida es un cáncer.

  • ¿Verdad que con el sistema de vida propio de nuestra sociedad nos sentimos cargados de obligaciones? Pues entonces, ¿para qué mantener una más?

    Fumamos porque hemos establecido una dependencia a la nicotina, con lo cual nos vemos obligados a tener siempre tabaco a mano para administrárnosla cuando nuestro cuerpo la necesita. Nos hemos creado una obligación. Si dejamos de fumar definitivamente, olvidaremos la necesidad de comprar tabaco, de llevar tabaco, de llevar encendedor, de salir a fumar cuando no está permitido, etc. Nos habremos liberado de una obligación porque ya no seremos dependientes de la nicotina.

  • Fumar ocasiona otros problemas que también son importantes: ensucia nuestros dientes y nuestras manos, además de nuestra ropa y nuestro ambiente. Facilita las infecciones de las encías y con ello el mal aliento.

    Al dejar de fumar, mejora la hidratación de la piel que estará menos seca y menos necesitada de cremas.

  • Al dejar de fumar no molestaremos con nuestro humo a los demás y nuestros seres queridos que soportan el humo de nuestros cigarrillos tendrán menos posibilidades de enfermar, porque quienes conviven con fumadores, en el hogar o en el trabajo, tienen mayor probabilidad de padecer un cáncer de pulmón, asma, alergia o sencillamente tener tos y catarros.

  • Si dejamos de fumar mejorará no sólo nuestro olor, sino también nuestro olfato y podremos percibir mejor el aroma de las flores, los perfumes y el sabor de los alimentos que más nos gustan. Estaremos en mejores condiciones de disfrutar de la vida: con una obligación menos y mayores posibilidades de percibir los aspectos placenteros, porque también, ¡sí! también mejorará nuestra capacidad sexual ya que el tabaco afecta las hormonas sexuales siendo esta además una de las principales razones por las que en la mujer que fuma se adelanta la menopausia con todos sus problemas y en el hombre se reduce la formación de esperma.

    Al dejar de fumar, por tanto, no sólo viviremos más, sino que podremos disfrutar más de la vida.

Lecturas recomendadas

  • Dejar de fumar no es tarea fácil pero podemos hacer cosas que nos hagan el camino más agradable. A continuación le presentamos unas lecturas con recomendaciones que pueden serle muy útiles en su proceso de dejar de fumar.

Preguntas frecuentes

¿Tengo yo que dejar de fumar?
  • Seguramente en muchas ocasiones ha respondido negativamente a esa pregunta justificándolo con excusas que no son muy ciertas. Vamos a desmontarlas.

  • dibujo de un hombre sosteniendo un cartel con un signo de interrogación

    Si he fumado mucho, ¿está todo el daño hecho y no tengo remedio?

    Nunca es tarde para abandonar el tabaco. Es probable que aún no se haya producido ningún daño y desde el momento en que se deje de fumar se reducirán los riesgos de enfermedades producidas por el tabaco:

    • A los 20 minutos ya mejora la circulación de sangre periférica, la frecuencia cardiaca y la tensión arterial.
    • A las 24 horas mejora el sentido del gusto y del olfato.
    • Antes de un año habrá mejorado la tos de las mañanas.
    • A los dos años, el riesgo de enfermedad cardiovascular se iguala al de quien no hubiese fumado.

    Suponiendo que ya se hubiese producido algún daño, éste irá aumentando a medida que se consumen más cigarrillos. ¿Por qué procurarse otro o hacer que éste aumente? Una enfermedad producida por el tabaco no evita que aparezca otra.

  • Llevo pocos años fumando, ¿verdad que no tengo motivos para dejarlo?

    Cuanto menos tiempo se lleva fumando más fácil es dejar de fumar pues la dependencia no se establece con tanta fuerza y la adaptación y necesidad de nicotina es menor. ¿Para qué esperar a que sea más difícil dejar de fumar para intentarlo? Además, según la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo está aumentando especialmente entre los jóvenes y los efectos del tabaco sobre la salud de un adolescente resultan más nocivos y menos recuperables que sobre una persona adulta.

    Fumo muy poco, ¿por qué he de dejarlo?

    Los efectos del tabaco son acumulativos. Fumar poco pero de forma continuada es tan perjudicial como los excesos esporádicos. No fumar es no fumar NADA. Es muy poco frecuente que alguien fume pero no diariamente o se mantenga fumando muy pocos cigarrillos, lo normal es que se desarrolle un fenómeno farmacológico conocido como tolerancia que hará que cada vez necesitemos fumar más, de manera que será cuestión de tiempo que se aumente esta cantidad. Si fuma poco, también le costará poco dejarlo y evitar verse dentro de unos años fumando más y con una dependencia plenamente establecida.

    No he notado que me haga daño, ¿por qué he de dejarlo?

    Casi todos los daños producidos por el tabaco se van produciendo muy lentamente, tanto que no llegan a percibirse hasta que son importantes y aún así en muchas ocasiones se atribuyen a otros motivos o se consideran efectos naturales del envejecimiento. Si espera a notar que le haga daño, entonces habrá perdido mucho tiempo y bastante salud.

    Hay muchas cosas peores que fumar ¿para qué lo voy a dejar?

    Seguro que sí, pero ¿se evitan por fumar? Evidentemente no. Entonces ¿por qué agregar una que se sabe que provoca riesgos importantes? Hay cosas peores que fumar que no pueden evitarse o no se conoce la manera de hacerlo. Las consecuencias de fumar sí pueden ser evitadas. El hecho de que haya algo que traiga peores consecuencias no justifica que hagamos algo que trae consecuencias malas.

    No puedo evitar la contaminación de la ciudad, entonces ¿para qué dejar de fumar?

    La consecuencia para la salud de la contaminación ambiental de las ciudades es muy inferior a la producida por fumar. El monóxido de carbono de un no fumador en una gran ciudad donde se ha movido durante una hora punta, nunca supera 5 partículas por millón. El de un fumador, aunque sea en el ambiente más puro, sí. Y de cualquier modo, si tenemos que respirar el ambiente contaminado de una ciudad, ¿qué ganamos con fumar además de ello?

    Yo puedo dejar de fumar cuando quiera ¿por qué ahora?

    ¡Magnífico! Ya sabe que fumar acorta la vida y disminuye la calidad de sus últimos años, perjudica a los demás, supone un gasto adicional, induce a fumar a los "peques" de su familia, etc. Entonces ¿por qué no demuestra esto y lo deja cuanto antes?

    ¿Por qué privarme de fumar? Algún vicio hay que tener.

    Seguramente lo que pretende decir con esta expresión es que necesita darse alguna satisfacción, algún placer en la vida. Totalmente de acuerdo. Busque entre otros placeres que no dañan la salud, seleccione el que más le apetezca y sustituya el tabaco por ese placer. Fumar no es un vicio sino una dependencia y una dependencia no es un buen placer; ni siquiera es un placer realmente. Un baño caliente, una caricia, la música, respirar y sentir el aire entrar libremente en los pulmones, degustar una comida que nos guste sí son placeres.

    Yo no me trago el humo ¿me hace daño fumar?

    El mayor fumador pasivo es quien fuma, pues inhala el humo ambiental con mayor concentración de contaminantes y durante más tiempo. El humo de la corriente secundaria, el que produce el cigarrillo en el cenicero es el más tóxico y usted lo inhala. El fumador pasivo tiene la misma clase de riesgos que el fumador activo, de manera que no tragarse el humo no le evita los riesgos de fumar, pero además si no se traga el humo, absorberá poca nicotina y no será muy dependiente, sólo tendrá el automatismo de fumar. Ello quiere decir que no depende tanto el tabaco y que le será más fácil dejar de fumar. ¡Inténtelo! Merece la pena. Con el dinero que ahorre, dese un capricho; lo tendrá merecido.

    De algo tengo que morir ¿no?

    El problema no es que el tabaco sea causa de muerte, porque efectivamente todos moriremos. El problema es que el tabaco anticipará esa muerte y además reducirá la calidad con la que viviremos los últimos años, con hospitalizaciones, con medicación, tal vez con oxígeno, etc.

¿Qué pasará cuando deje de fumar?
  • Siempre que comenzamos un nuevo proyecto tenemos miedos e inseguridades. Es normal tenerlas también cuando nos planteamos dejar de fumar.

    ¿Dejar de fumar engorda?

    Al dejar de fumar se puede aumentar de peso. En los estudios realizados se ha visto que se aumenta una media de 5 kilos, fundamentalmente porque se toman más calorías.

    En muchas ocasiones, usted utiliza el cigarrillo para cambiar el sabor de boca o porque siente algo de apetito y el cigarrillo lo mitiga o porque sus niveles de glucosa en sangre disminuyen y, aunque usted no es consciente de ello, la nicotina del cigarrillo aumenta la cantidad de glucosa en su sangre. Otras veces quizás fuma porque al realizar un movimiento automático y repetitivo se descarga ansiedad o irritación. Todos estos efectos pueden encontrarse al comer o al masticar, pero además, como al dejar de fumar se recupera el sentido del gusto y del olfato, la comida apetece más. Por otra parte, algunas de las cosas que comemos tienen efectos muy parecidos a la nicotina, por lo que sin darnos cuenta pueden apetecernos más (chocolate, cacao, frutos secos, menta...); por lo general estos alimentos son muy ricos en calorías y fáciles de transportar o de disponer de ellos en cualquier momento, por lo que puede tender a utilizarlos más. El resultado va a ser que tomará más "chucherías" y aumentará su ingesta calórica.

    Por ello es importante que seleccione lo que toma. Puede cambiar el sabor de boca mediante un enjuague bucal, chicle, regaliz, chupando un ramita de canela o simplemente bebiendo agua. Puede evitar que la glucosa le disminuya a media mañana aumentando su desayuno o tomando fruta o zumo o comiendo más veces (cinco o seis al día) pero menos cantidad de lo que come habitualmente en cada una de sus tres o cuatro comidas. Sobre todo y eso no falla: Mida durante estos meses la cantidad de calorías que toma, pésese con frecuencia (es siempre más fácil perder un kilo ganado que perder tres, sólo hay que identificar que se ha ganado) y haga ejercicio. Lo que se engorda es porque no se gasta; gástelo haciendo ejercicio.

    ¿Se pasa muy mal al dejar de fumar?

    Cuando se piensa así, se está poniendo uno la venda antes del coscorrón. Por lo general, cuando tenemos que tomar una decisión respecto a algo que nos supone un esfuerzo, nos imaginamos las cosas peor de lo que realmente son y ello retrasa nuestra decisión por temor a fracasar o al esfuerzo necesario. Cuando nos decidimos a ello, nos damos cuenta de que exagerábamos. Muchas personas que han dejado de fumar, cuando ha pasado el periodo de síntomas de abstinencia más intensos (primeras semanas) comentan que no ha sido tan malo como pensaban.

    Necesito fumar pues si no fumo no puedo hacer mi trabajo, ¿qué pasará si lo dejo?

    Probablemente piense eso porque cuando no tiene tabaco o cuando ha intentado fumar menos o dejar de fumar, notaba que no tenía la misma capacidad de concentración o estaba más intranquilo y nervioso. Estos son efectos de la abstinencia al tabaco. Cuando el organismo se acostumbra a no fumar tanto la capacidad de concentración y la capacidad de trabajar, como el estado de nerviosismo, volverá a ser el mismo. Son síntomas pasajeros que lo único que demuestran es que existe una dependencia.

    ¿Será igual la vida sin tabaco?

    ¿Realmente piensa que quienes no fuman viven peor? ¿no disfrutan igual de la vida? ¿no disfrutan igual del fútbol o de una buena película? No hay ninguna prueba que demuestre que los fumadores son más creativos o disfrutan más que los no fumadores o ¿piensa que si las hubiese no las pregonaría la industria tabaquera? Usted ha asociado muchos hechos con fumar y de lo que disfruta realmente es de esos hechos. Si no fuma, nota que le falta algo, igual que si saliese de casa en pijama o en zapatillas; iría cómodo, pero le faltaría algo, todos le mirarían y eso le ocasionaría incomodidad. Pero si insistiese una y otra vez, al final se acostumbrará. Si usted deja de fumar la vida será por lo menos igual, pero seguramente más hermosa, pues sentirá la satisfacción de haber logrado vencer un reto y además será más larga y más gratificante.

    No tengo fuerza de voluntad, ¿podré dejar de fumar?

    Lo que llamamos fuerza de voluntad es sencillamente motivación y autodisciplina. Cuando tenemos motivos para hacer algo, lo hacemos o por lo menos lo intentamos muy seriamente. Seguro que quien piensa así ha hecho muchas cosas en su vida más difíciles que dejar de fumar. Piense en ellas ¿qué hizo para conseguirlas?

    ¿Existe ayuda farmacológica para dejar de fumar?

    Efectivamente, existen fármacos que le pueden ayudar a dejar de fumar. No obstante, no puede esperar de ellos un remedio milagroso que elimine por completo las ganas de fumar. Son una ayuda importante que puede doblar las probabilidades de conseguirlo pero quien va a dejar de fumar es usted y su esfuerzo es imprescindible para lograrlo.

    Si se plantea su utilización, es importante que se lo consulte a su médico para que le recete el tratamiento más adecuado y le controle durante su proceso.

    Si quiere saber más al respecto consulte el apartado de "Lecturas recomendadas".

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