¿POR QUÉ ES IMPORTANTE SU DETECCIÓN?
El cuello de útero es el principal órgano donde las lesiones persistentes pueden producir lesiones con más frecuencia. En vagina, vulva y ano la susceptibilidad es menor.
Cuando existe una infección por HPV en el cérvix, se pueden desarrollar lesiones de progresiva gravedad:
- Lesión intraepitelial escamosa de bajo grado (LSIL/CIN1): Se produce meses después de la infección. La probabilidad de desaparición de la lesión de forma espontánea gracias a nuestro sistema inmune es del 80-90 %, sin necesidad de aplicar tratamientos.
- Lesión intraepitelial escamosa de alto grado (HSIL/CIN2+) y adenocarcinoma in situ: se produce en torno a 1-15 años tras la infección. Afecta a más capas celulares del cuello del útero, y la probabilidad de curación espontánea se reduce a un 20%. Tiene mayor riesgo de derivar en un cáncer de cuello de útero.
- Carcinoma escamoso invasor de cérvix y adenocarcinoma de cérvix (cáncer de cérvix): ocurre décadas después de la infección.
La persistencia de la infección es la condición necesaria para ir desarrollando lesiones de progresivamente mayor grado con el paso de los años.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
Uno de los principales objetivos de las Unidades de Patología Cervical y Tracto Genital Inferior, en conjunto con Atención Primaria y Salud Pública, es disminuir el impacto sanitario y social que supone el diagnóstico de infección por HPV o el desarrollo de lesiones precursoras de cáncer de cuello uterino que, sin un correcto diagnóstico, seguimiento y tratamiento, podrían derivar en un cáncer de cérvix.
Para ello, se han desarrollado las siguientes estrategias de detección y prevención.
1. CAMBIOS EN EL HÁBITO DE VIDA:
Uno de los factores que más intervienen en la persistencia del virus en el tracto genital inferior es el tabaco. Su efecto se debe al estado de inmunosupresión local que genera, lo que disminuye el potencial del sistema inmune de eliminar el virus.
El riesgo está directamente relacionado con el número de cigarros consumidos por día. Por ello, fomentar el cese del hábito en mujeres, diagnosticadas o no de infección por HPV, ayudará a la eliminación de este.
2. USO DE PRESERVATIVO:
Es el método más útil para la prevención de la infección por HPV durante las relaciones sexuales (al igual que para otras ITS, como el VIH, Chlamydia, gonorrea…). Sin embargo, a pesar de su uso correcto y consistente, el área protegida por el preservativo es limitada, y la región perineal tiene una piel potencialmente infecciosa.
3. VACUNACIÓN CONTRA HPV:
En España, la vacuna contra el HPV se implementó en 2008.
Existen tres tipos de vacunas comercializadas actualmente, todas ellas profilácticas.
Son vacunas recombinantes (sin inoculación de virus) que contienen la proteína de superficie del virus L1, sin capacidad infectiva. Estas proteínas proceden de los tipos de virus que más frecuentemente producen lesiones premalignas y malignas, y permiten el reconocimiento de ellas por el sistema inmune para generar una respuesta inmunitaria, que se reactivará en los casos en los que se vuelva a estar en contacto con el virus.
Las vacunas disponibles son:
- Cervarix®: cubre los genotipos 16 y 18 (alto riesgo)
- Gardasil®: cubre los genotipos 16 y 18 (alto riesgo) y 6 y 11 (bajo riesgo).
- Gardasil-9®: última comercializada. Cobertura frente a los genotipos 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58 (alto riesgo) y los 6 y 11 (bajo riesgo)
Han demostrado en ensayos clínicos una eficacia cercana al 100% en la aparición de lesiones precancerosas HSIL/CIN3 provocadas por los virus incluidos en la vacuna en población inmunocompetente.
Las vacunas no eliminan la infección por los virus 16 y 18 si se han adquirido con anterioridad. Por ello, el momento idóneo para vacunarse es antes de haber comenzado actividad sexual alguna.
La cartera de servicios de la Comunidad de Madrid ofrece cobertura gratuita para la vacunación a través de su Centro de Atención Primaria en los siguientes supuestos:
- Mujeres hasta los 18 años no vacunadas (incluido en el calendario de vacunación infantil a los 12-14 años)
- Mujeres no vacunadas con tratamiento escisional de cérvix a cualquier edad.
- Síndrome WHIM (vacuna que cubra tipos 6 y 11)
- Hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, hasta los 26 años.
- Hombres y mujeres con infección por VIH, hasta los 26 años.
- Hombres y mujeres que ejercen la prostitución, hasta los 26 años.
- Mujeres con trasplante de órgano sólido o progenitores hematopoyéticos, hasta los 26 años.
Hasta los 15 años se administrará una pauta de 2 dosis y a partir de esa edad con pauta de 3 dosis.
A pesar de no pertenecer a ninguno de estos supuestos, toda persona que quiera optar por la vacunación podría hacerlo previo asesoramiento y prescripción médica.
Dado que la infección por HPV-AR es asintomática, son necesarios programas de cribado para detectar aquellas mujeres que están en riesgo. Se puede realizar mediante el diagnóstico de infección por HPV (a través de toma de endocérvix), o por la detección de lesión en el cuello uterino (mediante la toma de citologías).
El programa que seguimos actualmente en la Comunidad de Madrid se fundamenta en un cribado oportunista mediante la realización de citologías cervicales a aquellas personas que acuden por motivación propia solicitando la prueba.
El programa comienza a los 25 años (en población sexualmente activa), realizándose la toma de muestras de citología en la Matrona de su Centro de Atención Primaria mediante cita previa. En caso de resultados normales, se seguirán renovando cada 3 años hasta cumplir los 65 años.
En 2019, se realizó un llamamiento a las Comunidades Autónomas para modificar este programa dentro de la cartera común de servicios del Sistema Nacional de Salud, pasando a ser un programa organizado de carácter poblacional (realizando una captación activa de la población para que acuda a realizarse la prueba). Incorpora, como herramienta de cribado, la detección del HPV, siguiendo el siguiente esquema:
- 25-34 años: Citologías cada 3 años.
- 35-65 años: La prueba óptima será la realización de un test de HPV de alto riesgo endocervical que de ser negativo se repetirá cada 5 años.
Se ha otorgado un plazo a las Comunidades Autónomas de 5 años para poner en marcha el cambio de programa, y otros 5 más para que la cobertura alcance prácticamente al 100% de la población susceptible de ser cribada.
En los casos en que los resultados de la citología o del test de HPV sean anómalos, la mujer es remitida a la Unidad especializada de Patología Cervical y Tracto Genital Inferior, donde se realizarán los estudios pertinentes, tratamiento y/o seguimiento.
La biopsia (prueba sencilla y bien tolerada) es la prueba definitiva diagnóstica de las lesiones HPV dependientes. En función de los resultados, podremos determinar qué mujeres se beneficiarían de un tratamiento directo, o por el contrario de un seguimiento individualizado.
En caso de precisar tratamiento se valorará el más óptimo y menos invasivo (para más información consultar en la página web de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia que se facilita a continuación).
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