Nunca es tarde para abandonar el tabaco. Es probable que aún no se haya producido ningún daño y desde el momento en que se deje de fumar se reducirán los riesgos de enfermedades producidas por el tabaco:
- A los 20 minutos ya mejora la circulación de sangre periférica, la frecuencia cardiaca y la tensión arterial.
- A las 24 horas mejora el sentido del gusto y del olfato.
- Antes de un año habrá mejorado la tos de las mañanas.
- A los dos años, el riesgo de enfermedad cardiovascular se iguala al de quien no hubiese fumado.
Suponiendo que ya se hubiese producido algún daño, éste irá aumentando a medida que se consumen más cigarrillos. ¿Por qué procurarse otro o hacer que éste aumente? Una enfermedad producida por el tabaco no evita que aparezca otra.