Tradicionalmente se ha denominado trasplante de médula ósea porque las células progenitoras hemopoyéticas se obtenían siempre de dicha médula, pero actualmente estas células se extraen, en la mayoría de los casos, de la sangre y en ocasiones, del cordón umbilical y de la placenta. Por eso es preferible el término trasplante de progenitores hemapoyéticos.
El objetivo de este procedimiento terapéutico consiste en sustituir la médula ósea (tejido hemopoyético), tratamiento que puede ser necesario:
- Porque la médula ósea está enferma: mieloma múltiple, leucemía, aplasia medular, inmunodeficiencia, determinados tipos de linfomas...
- Para paliar el daño que sufre la médula por la administración de un tratamiento de gran toxicidad frente a una enfermedad tumoral o inmune.
La decisión sobre el tipo de trasplante más adecuado en cada caso se toma de forma individualizada y teniendo en cuenta distintos factores.
Tipos de trasplante hemopoyético
- Trasplante autólogo o autotrasplante.
Cuando el donante es el propio paciente.
- Trasplante alogénico.
Cuando el donante es una persona distinta al paciente. Pueden realizarse por parte de familiares o de donantes voluntarios. La complejidad del trasplante está en relación directa con la disparidad genética entre el donante y el receptor.
- Trasplante de células del cordón umbilical.
Realizado con las células obtenidas del cordón umbilical y de la placenta de recién nacidos sanos.