Las malformaciones arteriovenosas cerebrales (MAVs) consisten en una anomalía, habitualmente congénita, de las arterias y venas del cerebro, de forma que se disponen en forma de ovillo y la pared de los vasos malformados es más frágil de lo habitual.
Las malformaciones vasculares en niños varían en tamaño, localización y gravedad. Muchos pacientes no sienten ningún síntoma y la malformación vascular puede pasar desapercibida. En otros casos, las malformaciones vasculares pueden presionar el cerebro y causar dolores de cabeza, crisis epilépticas, síntomas motores, sensitivos… Además, los vasos de las malformaciones arteriovenosas pueden romperse, ocasionando un hematoma cerebral (son responsables del 25-50% de las hemorragias intracraneales en los niños, y el sangrado es la forma de presentación en el 50-80% de los casos), que en los casos más graves pueden ser potencialmente mortales sin un tratamiento urgentes.
El tratamiento de las MAVs va a depender de la localización (no es lo mismo si esta en un área elocuente (zona cerebral con función neurológica importante, como área motora o del lenguaje), que en una zona poco elocuente; del tamaño, del sangrado previo o no; de la sintomatología asociada. En general existen tres tipos de tratamiento para las MAVs:
- La resección quirúrgica: ofrece un tratamiento curativo ya que reseca la malformación, pero a veces no se puede llevar a cabo por el tamaño de la misma, la localización…
- La radiocirugía: permite tratar la malformación mediante una radiación dirigida y muy localizada sobre la malformación, disminuyendo las complicaciones secundarias a la radioterapia sobre el tejido cerebral circundante. La desventaja de este procedimiento es que el resultado no es inmediato, sino que el cierre de la MAVs ocurre de forma progresiva a lo largo de varios años (a veces puede tardar 3-4 años). En general se puede llevar a cabo este procedimiento en lesiones menores de 3 cm, localizadas en áreas elocuentes y preferentemente que no hayan sangrado
- La embolización: consiste en la realización de un cateterismo para llegar hasta los vasos de la malformación e inyectar una sustancia en las arterias malformadas que ocasionen el cierre de las mismas para reducir la legada de sangre a la MAV. En general este es un tratamiento complementario a los dos previos, pero no se suele usar como un tratamiento único
Nuestro centro dispone de la posibilidad de realizar los tres tipos de tratamientos, y cada caso se valora de forma individual y de forma conjunta por parte de Neurocirujanos, Radiólogos intervencionistas y Radioterapeutas para decidir la mejor opción de tratamiento en cada paciente