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Malformación de la charnela- Malformación de Chiari

  • La malformación de Chiari tipo 1 es una es una enfermedad donde el cerebelo (parte inferior del encéfalo, que controla la coordinación y el equilibrio) desciende a través de la parte inferior del cráneo hacia segmentos del canal espinal cervical. El cerebelo atraviesa para ello el agujero de salida que presenta el cráneo en su parte inferior, llamado foramen magno, que habitualmente solo es atravesado por la médula espinal. Existen diversos tipos de malformación de Chiari, con el tipo 1 nos referimos a la más frecuente en la que solo el cerebelo se encuentra descendido, el tipo 2 es menos frecuente y lo presentan típicamente los pacientes con mielomeningocele.

     

    M. Chiari
  • La causa de esta malformación es casi siempre desconocida. Durante décadas hemos pensado que la malformación de Chiari era una malformación congénita, es decir, los pacientes nacían ya con ella. Hoy en día sabemos que algunas personas no la presentan al nacimiento, pero la desarrollan después, en la niñez o incluso en la vida adulta, y sin causas aparentes o secundarias. Existe también la malformación de Chiari debida a causas secundarias, por ejemplo, las craneosinostosis, los traumatismos, los tumores o la hidrocefalia.

    Los síntomas, cuando están presentes, pueden incluir dolor de cabeza, dolor en el cuello, marcha inestable, mala coordinación de las manos, hormigueo de las manos y los pies, mareos, dificultad para tragar, y problemas de visión y de habla. Dependiendo de los síntomas presentes y la gravedad, algunas personas pueden no requerir tratamiento, mientras que otras pueden necesitar medicamentos para el dolor o cirugía.

    La cirugía es el único tratamiento disponible para frenar el daño al sistema nervioso. Los objetivos del tratamiento quirúrgico son la descompresión del punto donde termina el cráneo y empieza la columna vertebral cervical (la unión craneocervical) y la restauración del flujo normal de líquido cefalorraquídeo. El pronóstico después de la cirugía es generalmente bueno y depende de los déficits neurológicos que estaban presentes antes de la cirugía. La mayoría de los pacientes mejoran de los síntomas, aunque también es posible necesitar más de una intervención quirúrgica para tratarla.