Se trata de una anestesia que apenas presenta efectos secundarios o, de aparecer, son leves, pudiendo resolverse de forma sencilla. Entre los más comunes figura :
1. mareos, náuseas y vómitos, sobre todo al inicio de la instauración (por disminución de la tensión arterial)
2. picor, por el efecto de determinados fármacos de su composición
3. dificultad para orinar, también en relación con los fármacos administrados
4. cefalea post-punción epidural. Quizá el más “impopular”, se debe a un fallo en la realización de la técnica cuando la aguja alcanza el siguiente espacio y provoca una ligera salida de líquido cefalorraquídeo, que es lo que produce dicho dolor de cabeza
Aunque dicho dolor es muy intenso y exige reposo en cama, la buena noticia es que es algo transitorio con tratamiento sencillo y no tiene porqué volver a producirse ni dejar secuelas.