Disrafismo espinal significa una malformación de nacimiento en la columna vertebral. Con el término médula anclada nos referimos a la situación en la que la parte inferior de la médula espinal es encuentra traccionada hacia abajo y fija, en lugar de flotar libremente como se encuentra habitualmente. La médula anclada puede producir durante el crecimiento un daño permanente en los niveles medulares más bajos y en las raíces nerviosas.
Como disrafismos espinales que presentan médula anclada se engloban un grupo de malformaciones distintas, de distinta complejidad y gravedad. Muchas veces el niño o la niña no presenta ningún síntoma y son difíciles de descubrir. Otras veces, presentan en la piel de la espalda mechones de pelo, hemangiomas, manchas, orificios o asimetría en los glúteos, que permiten sospechar que pueda presentar un disrafismo espinal. En los recién nacidos, puede realizarse una ecografía espinal cuando se sospecha este síndrome, aunque esta prueba solo consigue visualizar las estructuras internas de la columna durante los primeros meses de vida. La mejor prueba de imagen para evaluar esta malformación es la resonancia magnética.
Los síntomas más frecuentes de la médula anclada en los niños son las deformaciones de los pies, problemas con el control de la orina (incontinencia, vaciado vesical incompleto con problemas de reflujo o infecciones), problemas en el control del esfínter rectal (incontinencia fecal, o estreñimiento), escoliosis, diferente longitud de las piernas, dolor de espalda o por los miembros inferiores.
El síndrome de médula anclada debe ser evaluado por especialistas en neurocirugía pediátrica. Algunos pacientes no necesitarán cirugía y bastará con realizar un seguimiento. Otros, en cambio, pueden necesitar una cirugía de “desanclaje”. Las intervenciones se realizan monitorizando la función de los nervios y los músculos (neurofisiología intraoperatoria) para efectuar el desanclaje de manera segura. Después de la cirugía, los pacientes precisan también un seguimiento a largo plazo porque puede producirse un “re-anclaje” años después que precise segundas intervenciones.