- Manometría esofágica de alta resolución: técnica que valora el funcionamiento del esófago. Mediante esta técnica podemos diagnosticar los distintos trastornos del funcionamiento de esófago. Esta prueba se realiza con el paciente despierto, ya que es necesario un adecuado nivel de conciencia y colaboración para su realización. Se utiliza una sonda que dispone de 36 sensores de presión a lo largo de su longitud, que se introduce por la nariz del paciente hasta colocar su extremo final en el estómago.
- Manometría esofágica de alta resolución con Impedanciometría: es la técnica anterior, pero en esta prueba la sonda es capaz de detectar además de la contracción, el paso del contenido que es deglutido a través del esófago hasta el estómago, así como la cantidad y su velocidad de tránsito a través del esófago.
- PHmetría esofágica o esófago-gástrica de 24h: esta prueba valora la cantidad de contenido ácido del estómago que refluye hacia esófago a lo largo de todo un día, realizando el paciente su vida normal en su domicilio durante el registro. Consiste en una fina sonda provista de 2 sensores que miden el pH del medio en el que se encuentran. Se introduce a través del orificio nasal pasando por el esófago, hasta dejarla colocada en el estómago. El pH del estómago es normalmente ácido, por lo que, si detectamos acidez en el sensor emplazado en esófago, estaríamos detectando un episodio de reflujo del contenido gástrico hacia esófago. Esta sonda se conecta a un registrador que va almacenando todas las mediciones de los electrodos emplazados en la sonda para, al finalizar el estudio, poder realizar un análisis de todos los episodios de reflujo y su relación con distintas situaciones en que se encuentra el paciente.
- PHmetría esófago-gástrica de 24h con Impedanciometría: se trata de técnica anterior, y en esta prueba la sonda dispone además de 6 sensores de electricidad dispuestos a distintos niveles que permiten distinguir episodios de reflujo desde estómago hacia esófago que no sean ácidos,y las características de este contenido refluido (contenido líquido, gas).
- Manometría anorrectal de alta resolución: permite valorar la fuerza y duración de la contracción de los esfínteres anales, que son los músculos encargados de evitar que se produzcan escapes de heces no deseados. También sirve para conocer la sensibilidad a nivel anorrectal y el funcionamiento de la maniobra defecatoria. Para ello utilizamos una sonda que dispone de 12 sensores de presión, así como un pequeño globo o balón en el extremo final de la sonda, que se hincha a distintos volúmenes con aire en un momento de la exploración. En algunos casos, es necesario complementar la prueba con lo que se conoce como Test de expulsión del balón: consiste en introducir otra sonda que está provista de un globo o balón de morfología alargada que, una vez introducida a través del ano del paciente, se infla con agua a temperatura corporal. Posteriormente, el paciente pasa a un inodoro y realiza la maniobra defecatoria para intentar expulsar el balón, en situación de privacidad, siendo cronometrado el tiempo que tarda en expulsarlo. Esta prueba valora de la manera más parecida posible a la real, la mayor o menor dificultad que presenta el paciente para realizar la defecación.
- Biofeedback anorrectal: se trata de una técnica terapéutica que utiliza la tecnología de la manometría anorrectal para realizar una rehabilitación de los pacientes que no realizan correctamente la maniobra defecatoria. Se realizan varias sesiones (habitualmente 3-4 con posibilidad de realizar alguna sesión de refuerzo más adelante), en las que el paciente, con ayuda de la imagen proporcionada por la manometría anorrectal y con ayuda de las indicaciones del médico especialista, va aprendiendo progresivamente a realizar correctamente la maniobra de la defecación.
- Planimetría funcional intraluminal mediante el dispositivo Endo-FLIP®: Se trata de una tecnología muy innovadora, que cuenta con poco más de 10 años de existencia a nivel mundial. Nos aporta información sobre la capacidad de abrirse o cerrarse de los distintas partes de cualquier órgano hueco, fundamentalmente del esófago y cardias (compuerta que da entrada al estómago desde el esófago). Nos sirve fundamentalmente para valorar pacientes con trastornos motores, como complemento de la manometría esofágica de alta resolución, o como alternativa a la misma en pacientes que no toleran la manometría. La técnica consta de una sonda con múltiples sensores de electricidad y un sensor de presión en su extremo final, conectada a una unidad de control e imagen. Esta sonda se introduce con el paciente sedado y bajo visión endoscópica (es decir, se realiza al mismo tiempo una endoscopia digestiva alta o gastroscopia para asegurar una correcta colocación de la sonda), a través de la boca o nariz del paciente, atravesando el esófago, y se deja emplazada con su extremo final en el estómago. Una vez colocada la sonda correctamente, se procede a inflar el balón de la sonda con suero salino, a distintos volúmenes conocidos, realizando entonces los distintos sensores de la sonda mediciones sobre la mayor o menor resistencia al paso de la electricidad en cada tramo del esófago. Esto nos aporta información sobre la mayor o menor estrechez del esófago a distintos niveles, así como de forma aproximada, de su capacidad de contracción. El Endo-FLIP® también se utiliza para guiar ciertos tratamientos similares a la cirugía realizados mediante endoscopia. Por otro lado, puede usarse además para valorar la mayor o menor capacidad de distensión del nuevo estómago tras la cirugía de la obesidad o de reflujo gastroesofágico.
- Tiempo de tránsito colónico: prueba que valora la duración del tránsito de marcadores radiopacos a lo largo del colon. Se utiliza para diagnóstico del mecanismo fisiopatológico del estreñimiento.