La circulación extracorpórea
- La mayoría de procedimientos de cirugía cardiaca requiere la utilización de un sistema de circulación artificial llamado circulación extracorpórea.
A grandes rasgos, este sistema está conformado por una máquina que sustituye la función del corazón y de los pulmones, a fin de permitir poder realizar la intervención quirúrgica planeada. Existen procedimientos como la revascularización o bypass coronario, en algunos casos, o aquellos realizados con intervencionismo con catéter que pueden obviar el uso de este dispositivo. Aquellos que exigen acceder al interior del corazón o de los grandes vasos suelen requerir de su utilización.
La circulación extracorpórea comporta una serie de ventajas que permiten realizar la cirugía:
Junto a un equipo compuesto por los cirujanos, anestesista, personal de enfermería incluyendo instrumentistas, circulantes y auxiliares, el perfusionista es el profesional que se encarga del manejo continuo de la máquina de circulación extracorpórea. Todo el equipo mantiene comunicación continua durante todo el procedimiento.
Una vez completada la cirugía, el corazón recibe una solución que revierte el efecto de la cardioplejia así como recupera la circulación de sangre por sus cámaras y vasos coronarios. Con ello, despierta de su letargo para, progresivamente, ir reduciendo la función de la máquina de circulación extracorpórea en su favor, hasta que es Capaz de manejar completamente la circulación del organismo.