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Productos textiles. Compruebe la etiqueta

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Los productos textiles son una de las compras más habituales entre las personas consumidoras. El etiquetado de este tipo de productos nos ofrece información importante sobre qué tipo de prenda estamos adquiriendo y sobre cómo debemos cuidarlas. En el siguiente reportaje del Portal del Consumidor le ofrecemos todos los detalles sobre este tema.

Cuando compramos productos textiles, debemos prestar atención a las etiquetas, ya que son las que nos informan sobre aspectos como: su procedencia, composición, sus características o el tipo de cuidados que requieren una vez comprados.

En primer lugar, debemos saber que para que se considere un producto como textil, debe estar compuesto por fibras textiles al menos en un 80% de su composición. 

Las fibras textiles son las que aparecen contempladas en el Real Decreto 928/1987, relativo al etiquetado y composición de los productos textiles. Entre ellas, se encuentran: lana, alpaca, pelo o crin de animal, seda, algodón, lino, cáñamo, esparto, nailon o poliéster.

 

Denominaciones

Al adquirir un producto textil, debemos prestar atención a cuál es la composición de la prenda y en qué porcentaje incluye de las fibras que publicita. En este sentido, debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  • Pureza: Sólo se permite el uso de “100 por 100” o “puro” seguido de la denominación de una fibra, para designar a productos compuestos sólo por esa fibra, o cuando tengan un máximo de un 2% de otras fibras si está justificado por motivos técnicos o un 5% en productos obtenidos por proceso de cardado.

  • Lana virgen: Sólo podrá usarse cuando se componga en exclusiva de ese tipo de lana de esquilado, que no se haya incorporado a un producto acabado y que no haya sido sometida a operaciones de hilatura. También se podrá emplear cuando la lana contenida en una mezcla de fibras textiles esté compuesta por una sola fibra de lana, cuando represente como mínimo un 25% del peso total de la mezcla, o en caso de mezcla íntima, cuando la lana sólo está mezclada con otra única fibra.

  • Hilo: Cuando se emplee esta palabra, deberá ir seguido del nombre de la fibra textil con que esté elaborada.

  • Semilino: Podrá usarse esta denominación en los productos que contengan una urdimbre de algodón puro y una trama en lino puro y cuyo porcentaje de lino no sea inferior al 40 por 100 del peso total de la tela sin encolar.

  • Seda: Sólo se podrá usar en fibras procedentes exclusivamente de los insectos sericígenos.

En los productos que estén compuestos por dos o más fibras, cuando una de ellas represente como mínimo el 85% del peso total, se designará:

  • Por el nombre de la fibra y su porcentaje en peso

  • Por el nombre de la fibra y la indicación 85%

  • Por la composición porcentual completa del producto, ordenada de mayor a menor

Cuando ninguna de las fibras alcance el 85% del peso total, se designará por el porcentaje de, al menos, las dos fibras con porcentajes mayores. Cuando ninguna fibra suponga más del 10%, se usará la expresión “otras fibras”.

 

Etiquetado

Todos los productos textiles deben responder a unas exigencias de etiquetado. La etiqueta debe venir al menos en castellano y ser de material resistente, preferiblemente textil, e ir cosida a la pieza de manera permanente, que incluirán: 

  • Nombre o razón social del fabricante, comerciante o importador y, su domicilio social.

  • El número de registro industrial del fabricante, si el producto ha sido fabricado en España. Si el producto ha sido fabricado fuera de España, pero se distribuye en el mercado nacional, deberá llevar el número de identificación fiscal del importador y el país de origen.

  • Composición del producto, según indicaciones dadas en el apartado anterior.

Cuando dos o varios productos textiles formen de modo usual un conjunto inseparable y tengan idéntica composición de fibras, podrán ir provistos de un solo etiquetado. 

La composición en fibras de los productos textiles bordados, de terciopelo, de peluche o similares se dará, bien para la totalidad del producto o por separado. Si las partes bordadas ocupan menos del 10 por 100 de la superficie del producto, bastará con indicar la composición del tejido de base.

El etiquetado puede incluir también información práctica sobre el mantenimiento de las prendas, que será de utilidad para el consumidor de cara al lavado, blanqueado, secado, planchado y cuidado profesional. Esta información suele ir acompañada de los símbolos aceptados globalmente por The International Association for Textile Care Labelling.