consumo sostenible

10 claves para lograr un consumo sostenible

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El cuidado del medio ambiente es un asunto que preocupa cada vez más a las personas consumidoras. Realizar actuaciones sostenibles en el ámbito del consumo es una tendencia creciente a la que cada vez se apuntan más familias.

Este tipo de acciones no sólo son beneficiosas para una mejor conservación del planeta y de nuestro entorno natural, sino que permite un mayor aprovechamiento de los recursos y un ahorro económico.

En el siguiente reportaje del Portal del Consumidor, le ofrecemos diez claves a tener en cuenta para convertirnos en consumidores sostenibles:

 

Ahorro energético

Velar por el consumo de energía que realizamos en el hogar es no sólo una forma de abaratar la factura, sino también de rebajar el impacto en el planeta, al reducirse el consumo de recursos naturales para la producción de energía.

Apagar la luz o la televisión cuando no las estemos usando; usar la lavadora o el lavavajillas cuando ya estén llenos; emplear el programa ECO de los electrodomésticos; priorizar el uso del microondas sobre el horno o desenchufar todos los aparatos cuando nos ausentemos en tiempos prolongados del hogar son fórmulas para lograr un ahorro energético en el consumo doméstico.

También podremos incrementar nuestro ahorro energético vigilando el consumo fantasma.

 

Ahorro de agua

El agua es otro de los bienes más preciados que nos proporciona la naturaleza. Cuidar el gasto que hacemos del agua en nuestro hogar es fundamental para lograr un consumo sostenible.

Priorizar ducharse antes que bañarse; cerrar el grifo cuando no estemos haciendo uso del agua que cae; instalar cisternas de doble volumen en el inodoro o reutilizar el agua para otras tareas domésticas son fórmulas con las que podremos alcanzar un ahorro de agua eficiente.

 

Eficiencia energética

El uso eficiente de la energía es otra fórmula para lograr que nuestro consumo en el hogar tenga un impacto menor en el medio ambiente. Para ello, los fabricantes de electrodomésticos prestan cada vez más atención a estos criterios, que establecen en el etiquetado. Preste atención al etiquetado energético de los electrodomésticos antes de comprar uno. Cuanto mayor sea la eficiencia que muestre el etiquetado, menor será el consumo de recursos, mayor será el ahorro, y menor la contaminación que produzca y mejor y más larga la calidad de vida del producto.  

 

Contratar energías renovables
Las energías renovables son una de las principales herramientas que poseemos en la actualidad para proteger el medio ambiente. El consumo de energías fósiles, como el petróleo, el carbón o el gas, conlleva un elevado impacto ambiental.

Una de las formas de lograr este tipo de consumo energético en el hogar es recurrir a empresas que prestan servicios de energías limpias, como la fotovoltaica o la eólica. Otra opción que se presenta a las personas consumidoras es la de recurrir al autoconsumo de este tipo de fuentes energéticas.

 

Reciclar

Una de las principales responsabilidades que debemos asumir las personas consumidoras respecto al medio ambiente es la de reciclar. Mediante el empleo correcto de los contenedores de residuos, evitamos llenar los vertederos y la extracción de nuevas materias primas, reduciendo el gasto energético.

Por ello, es importante que sepamos cómo reciclar de forma adecuada cada uno de los productos que consumimos habitualmente en el hogar.

Reutilizar

En una sociedad de consumo acelerado, de usar y tirar, el concepto de la reutilización se está imponiendo como una tendencia creciente en torno a la sostenibilidad ambiental. Alargar la vida de los productos que consumimos, darles una segunda utilidad o recurrir a la compraventa de segunda mano, son acciones dirigidas a lograr un menor impacto en el medio ambiente.

En este contexto, la reforma legal que aumenta los periodos de garantía establece también un clima más favorable para la economía circular, permitiendo reparar los productos que dejan de funcionar en lugar de sustituirlos por otros.

 

Compra de proximidad y productos locales

Una de las formas de conseguir que nuestra acción como consumidores tenga un impacto menor en el entorno es recurrir al comercio de proximidad. Las compras en tiendas de barrio y establecimientos locales son una tendencia creciente vinculada al consumo sostenible.

Los productos elaborados cerca de las personas consumidoras son más frescos, conservan más sus propiedades, evitan el impacto ambiental del transporte y fortalecen la economía local.

 

Compras críticas

Tener presente el consumo sostenible cuando estamos ejerciendo la acción de compra es también un factor determinante para ayudar con nuestro comportamiento al cuidado del entorno. Revisar los etiquetados, comprobar que los productos no recurren a elementos que degradan el planeta o elegir marcas que demuestran su responsabilidad ambiental son prácticas que están adoptando los consumidores críticos.

En este contexto, están surgiendo perfiles especialmente concienciados con esta responsabilidad como es el caso de los consumidores de productos ecológicos o los seguidores del comercio justo.

 

Consumo colaborativo

Las iniciativas de consumo colaborativo son cada vez más frecuentes entre comunidades de consumidores que acuerdan acciones conjuntas para reducir el impacto de su actividad en el planeta y también para lograr un ahorro económico.

Entre estas acciones, se encuentran la de compartir o intercambiar vehículos, viviendas, comida, ropa o material escolar.

 

Desperdicio alimentario

Evitar el derroche alimentario es otra preocupación presente en la actualidad entre las personas consumidoras. Reducir la comida que tiramos permite no sólo disminuir el impacto ambiental, sino también ahorrar dinero. Para lograrlo, es preciso planificar bien las compras, de tal forma que compremos sólo lo que necesitamos; Congelemos los productos perecederos que no vayamos a consumir en el momento. No desechemos alimentos por su aspecto cuando aún estén en buen estado.

En los establecimientos de hostelería se ofrece la posibilidad de llevarse en un envase lo que no se haya podido comer en el momento, evitando así que esos alimentos vayan a la basura.