Violencia de pareja contra las mujeres
La violencia hacia las mujeres (malos tratos en la pareja) es la utilizada contra ellas por su pareja o expareja. Tiene la intención de controlar y/o someter y dañar la integridad (física, emocional, sexual, o social) de las mujeres que la sufren.
La violencia de pareja hacia las mujeres es una de las manifestaciones de la desigualdad entre mujeres y hombres. Es un grave atentado contra los derechos humanos y contra la salud, utilizada por los hombres como instrumento de control y poder sobre ellas. Son muchas las formas que puede adoptar, como violencia física, sexual, psicológica, de control, ambiental… con importantes repercusiones en la salud de las mujeres que la sufren.
¿Sabías que...
¿Qué es la violencia de pareja hacia las mujeres?
- Es la forma más frecuente de violencia hacia las mujeres.
- Incluye no solo el maltrato físico, sino las conductas de control, la expresión de los celos o la coacción sexual.
- También incluye las actitudes “protectoras” que impiden la autonomía e independencia de las mujeres.
- Suele comenzar de modo insidioso, manifestándose mediante actitudes de dominio identificadas culturalmente como pruebas o actos de amor.
- Paulatinamente, los actos violentos se van incrementando en intensidad y frecuencia, observándose mayor riesgo de morbilidad y mortalidad para las mujeres cuando el maltrato tiene varios años de evolución.
- Con frecuencia es difícil de reconocer incluso por la propia mujer.
- Es frecuente que la violencia hacia las mujeres por parte de sus parejas se inicie o aumente durante el embarazo.
Para ampliar información, ver:
> Prevención de la violencia de género hacia las mujeres. Efectos sobre la salud
Formas que puede adoptar
¿Cómo puedo saber si sufro violencia de pareja?
Cuando tu marido o tu pareja:
- Te grita con frecuencia.
- Se burla de ti y te critica constantemente.
- Te humilla en presencia de otras personas.
- Te descalifica e insulta.
- No le gusta que hables con otras personas, que salgas, que tengas amistades.
- No te suele tener en cuenta para tomar decisiones que te afecten a ti o tu familia.
- Te amenaza verbalmente.
Debes saber que son manifestaciones claras de maltrato psicológico, una forma de violencia.
Si tu marido o pareja :
- Te golpea o da patadas.
- Te empuja, se abalanza sobre ti o te sacude en las discusiones.
- Te da bofetadas.
- Te tira del pelo.
- Te amenaza con armas u otros objetos.
- Te obliga o te fuerza a tener relaciones sexuales.
La violencia de pareja es cíclica, se repite y siempre va a peor.
Se agrava con el tiempo y no se detendrá.
Puedes haber notado que tu pareja después de un episodio violento:
- Te pide perdón, a veces llorando.
- Te asegura que nunca más va a pasar.
- Te dice que eres lo más importante en su vida, que no puede vivir sin ti.
- Como si no hubiera pasado nada te hace un regalo, te lleva de viaje o te da una sorpresa.
- Afirma que no sabe qué le ha sucedido.
Violencia de género contra la mujer en el embarazo
El embarazo y la maternidad forman parte de los proyectos vitales de la vida de las personas y, en ocasiones, se idealizan, lo que tiene como resultado que los aspectos negativos y, concretamente, la posibilidad de sufrir violencia, pase desapercibida.
Sin embargo, el embarazo es un período muy vulnerable para las mujeres ya que con frecuencia se inicia la violencia por parte de la pareja o se acentúa. Esta situación dificulta más la posibilidad de separación.
En muchas ocasiones las mujeres creen que la violencia parará tras el nacimiento del bebé, pero lo cierto es que los comportamientos violentos continúan y pueden incluso agravarse.
¿CÓMO SABES SI DURANTE EL EMBARAZO TU ENTORNO NO ES SEGURO NI PARA TÍ NI PARA TU BEBÉ?
- Te culpa del embarazo.
- No te cuida durante la gestación.
- Critica o desvaloriza lo que haces.
- Necesita saber dónde vas y con quien estás.
- No tiene en cuenta o desprecia tus opiniones.
- Te impide hablar o ver a tus amistades o familiares.
- Te dice que el seguimiento médico del embarazo no es necesario.
- Te controla el dinero y las salidas del domicilio.
- Te sientes agobiada porque te controla las llamadas y te acosa a través del móvil.
- Te humilla, insulta o amenaza.
- Sientes miedo de tu pareja.
- Golpea puertas, agrede a tus mascotas, rompe objetos incluidos los que aprecias..
- Te amenaza con suicidarse.
- Te empuja, te zarandea, te tira, te agarra del cuello, te da patadas, te muerde o te da puñetazos, bofetadas, palizas etc.
- Golpea tus pechos, tu vientre, el interior de los muslos, tus genitales, o cualquier otra parte del cuerpo.
- Te impone actos sexuales o utiliza le fuerza para tener relaciones sexuales.
ESTÁS SUFRIENDO VIOLENCIA
- Sentirte triste y sola, nerviosa, culpable, insegura etc.
- Rechazar tu embarazo
- Encontrarte mal contigo misma e insegura
- Sufrir dolores diversos: de cabeza, musculares etc.
- Puede llevarte a consumir alcohol y otras drogas.
- Perder el apetito y no dormir bien.
- Tener menos deseo sexual.
- Aumentar la violencia sexual y las infecciones de trasmisión sexual.
- Padecer infecciones intraútero.
- Puede producir dolores durante el coito.
- Provocar aborto espontáneo.
- Riesgo de cesárea.
- Empeorar la depresión postparto.
- Impedirte la planificación familiar.
- Hacerte tener dificultades con la lactancia natural, incluida la menor producción de leche.
- Mantenerse la violencia sexual y que se te puedan abrir los puntos de la episiotomía.
- Nazca con bajo peso.
- Sea prematuro.
- Necesite cuidados intensivos.
- Tenga problemas posteriores de salud.
- Sufra violencia después del nacimiento.
- Contacta con personas que te puedan ayudar:
- Tu familia y amistades
- Personal sanitario de tu confianza
- Recursos de atención a la violencia de género o de servicios sociales,
- Asociaciones de mujeres
- Ten previsto un plan de protección en caso de emergencia. Lo puedes elaborar con apoyo de profesionales
LA VIOLENCIA SE AGRAVA CON EL TIEMPO, NO SE DETENDRÁ CUANDO NAZCA EL BEBÉ.
Adolescentes y jóvenes
De acuerdo con la Macroencuesta de Violencia sobre la Mujer 2019, el porcentaje de mujeres jóvenes de 16 a 24 años que han tenido pareja en alguna ocasión y que han sufrido violencia psicológica en los últimos 12 meses asciende a 22,8%.
Según el estudio sobre Percepción social de la violencia de género elaborado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, el 31% de la población joven acepta la violencia de control en el seno de la pareja: ‘controlar los horarios de la pareja’, ‘impedir a la pareja que vea a su familia o amistades’, ‘no permitir que la pareja trabaje o estudie’ o ‘decirle las cosas que puede o no puede hacer’. Aunque lo más frecuente es que se acepte sólo una de estas formas de control.
Las y los jóvenes y adolescentes continúan expuestos, ya que no identifican los factores de riesgo que facilitan y perpetúan relaciones violentas.
Salida y plan de seguridad
Son muchas las mujeres que han podido superar una situación de violencia por parte de su pareja, pero también son muchas las mujeres que han sido asesinadas.
Ante la violencia o maltrato psicológico, físico o sexual…Tú puedes hacer algo.
Nunca informes al maltratador de los pasos que estás dando o que piensas dar para salir de la situación.
- Cuéntale lo que te pasa a alguien de tu confianza para que te ayude a salir lo antes posible.
- Únete a otras mujeres en la misma situación para ayudaros mutuamente.
- Tienes derechos. La ley los protege y puedes recibir ayuda en los servicios sanitarios y sociales para afrontar la situación.
SI ESTÁS SIENDO MALTRATADA
Consecuencias para la salud
Las agresiones físicas suelen ser en lugares cubiertos o no dejar rastro.
- Consecuencias mortales: homicidio, suicidio.
- Cefaleas, dolores de cabeza, espalda, abdomen.
- Tensión muscular.
- Cansancio, alteraciones del sueño.
- Pérdida de memoria.
- Desórdenes gastrointestinales.
- Colon irritable.
- Contusiones.
- Traumatismos craneoencefálicos.
- Pérdida de conciencia.
- Embarazos de alto riesgo y complicaciones.
- Disfunción del sistema inmunológico.
Las consecuencias para la salud mental de la violencia abarcan también un amplio rango de problemas que suelen estar presentes, en mayor o menor grado, en todas las formas de violencia.
- Trastornos psicológicos
- Dificultad de concentración
- Tristeza, apatía, irritabilidad
- Trastorno de estrés postraumático
- Depresión
- Estrés crónico
- Culpabilidad
- Impotencia
- Infecciones de trasmisión sexual.
- Embarazos no deseados.
- Alteraciones del aparato genital.
- Dolor pélvico crónico.
- Menstruaciones irregulares o dolorosas.
- Endometriosis: crecimiento del tejido que recubre la parte interna del útero (endometrio) fuera del mismo, lo cual genera fuertes episodios de dolor, entre otras consecuencias.
- Vaginismo: contracción involuntaria de los músculos de la vagina que imposibilita la penetración o las exploraciones ginecológicas.
- Dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales).
- Aislamiento y distanciamiento de las personas queridas.
- Ausencia de redes de apoyo (familia, amistades, compañeros/as de trabajo, relaciones de proximidad...).
Los trastornos y problemas psicológicos y sociales que presentan estos niños y niñas son similares a los que presentan sus madres como víctimas de violencia de género
- La exposición reiterada a un ambiente de abuso hacia la madre, constituye una forma grave de maltrato psicológico (menores testigos de violencia).
- Mayor riesgo de sufrir gran variedad de problemas de conducta y emocionales: deterioro en la autoestima, competencia social y capacidad para solucionar problemas.
- Pueden presentar síntomas y signos físicos como: retraso en el crecimiento, dificultad o problemas en el sueño y en la alimentación, inapetencia, anorexia, regresiones, menos habilidades motoras, síntomas psicosomáticos (eczemas, asma, etc.).
- Efecto en etapas posteriores de su vida aprendiendo e interiorizando, normalizando y reproduciendo conductas que les puedan convertir en futuros maltratadores o en víctimas.
- Muchas mujeres creen que a sus hijos e hijas puede afectarles la separación de sus padres, sin embargo, hay que tener en cuenta que lo verdaderamente dañino es vivir en un hogar donde hay violencia y no existe el respeto; es más perjudicial vivir con un maltratador.
Las consecuencias para la salud mental de la violencia abarcan también un amplio rango de problemas (trastornos por estrés, del estado de ánimo...) que suelen estar presentes, en mayor o menor grado, en todas las formas de violencia.
Infórmate en estas publicaciones:
¿Por qué se produce?
La violencia hacia las mujeres es el resultado de las relaciones históricamente desiguales entre hombres y mujeres en donde se ha desvalorizado lo femenino frente a lo masculino. La violencia es un instrumento de dominación que usan algunos hombres hacia la mujer para perpetuar las desigualdades.
Existen factores sociales y culturales que favorecen e invisibilizan la violencia que se ejerce sobre las mujeres. Entre ellas, aquellas creencias religiosas que promueven la desigualdad y la sumisión de las mujeres.
La violencia hacia las mujeres se sustenta en normas y valores que otorgan roles y atributos diferenciados a hombres y mujeres. Su efecto es la desigualdad social que se perpetúa, entre otras, mediante la socialización de género desarrollada por distintos agentes sociales e instituciones.
Todo esto tiene un impacto en la salud de las mujeres y sus hijas e hijos.
¿Por qué cuesta tanto salir de esta situación?
Son muchas las dificultades a las que debe enfrentarse una mujer a la hora de abandonar una relación abusiva.
Son los que se refieren al mundo emocional:
- Enfrentarse a las pérdidas: perder su pareja, la familia, las amistades comunes, los bienes, el proyecto de vida, etc. son situaciones vitales muy dolorosas.
- Preocupación por los hijos e hijas, ya sea por la violencia que los menores también padecen o someterles a las mismas pérdidas vitales.
- Miedo a que la violencia se incremente, a las dificultades económicas, a no ser creídas, al cambio, etc.
- Las mujeres asumen que la relación de pareja es su responsabilidad. Si no lo consiguen, pueden sentirse fracasadas como mujeres y experimentar sentimientos de culpa, de vergüenza, de baja autoestima.
- El “mito del amor romántico” que hace que la mujer interprete las limitaciones a su libertad como muestra de amor y no como los primeros indicios del abuso y la violencia, sino como el camino a la felicidad.
- El aislamiento al que le ha sometido su agresor hace que muchas veces éste sea la única referencia para la mujer, y entonces resulta fácil que ella crea que depende emocionalmente de él y se considere incapaz de terminar con la relación.
- La propia invisibilidad de la violencia: por costumbre, por no darle importancia, porque la violencia siempre empieza por incidentes tan leves que no son fáciles de detectar.
- Por las propias secuelas de la violencia que hacen que las mujeres no puedan pensar con claridad.
- Miedo a la desaprobación de su red familiar y social si rompe con la relación.
Todas estas dificultades fomentan que muchas víctimas tarden tiempo en ser conscientes de la situación que están padeciendo. En aquellas que sí lo han identificado, actúan como un freno e influyen en que las mujeres no hablen, no actúen o no puedan cambiar.
Barreras externas que impiden a las mujeres aumentar su seguridad y supervivencia:
- El propio agresor: mediante la coacción y las amenazas.
- Falta de información/ desinformación/ información sesgada.
- Falta de apoyo eficaz de los profesionales y/o instituciones.
- Actitudes y estereotipos sociales y de algunos profesionales que culpan a la víctima. Limitaciones sociales y familiares. Creencias y valores estereotipados sobre las mujeres, su puesto en la familia, el entorno y la sociedad, actitudes que refuerzan el concepto de inferioridad de la mujer frente al hombre. Creencias religiosas que promueven la desigualdad y sumisión de las mujeres. Falta de apoyo familiar.
- Falta de servicios eficaces, seguros y accesibles: Plazas muy limitadas en algunos servicios, de manera gratuita (por ejemplo guardería), dificultad para conseguir una vivienda. El tiempo en las casas de acogida es limitado.
- Procesos judiciales varían mucho, dependiendo de los juzgados, los lugares, los equipos, los profesionales
- Pérdida de posesiones materiales y económicas, a veces hasta el hogar.
- Presiones, limitaciones y desigualdad económica: condiciones laborables inestables, discriminación en el empleo por cuestiones de género.
- Muchas abandonan su empleo por el acoso y acecho de sus parejas o exparejas.
- A veces, las organizaciones laborales son inflexibles y dificultan el asistir a tribunales, a solicitar ayudas…
- Vulnerabilidad: las mujeres que emigran (sobre todo los primeros años de incorporación en el país de acogida), las mujeres sin hogar, las mujeres con discapacidad, las ancianas, las niñas. Por cuestiones raciales, culturales y/o étnicas donde no se acepta la separación y el divorcio, y se teme al rechazo del grupo étnico o familiar.