Se recomienda evitar alimentos y bebidas con alto contenido en azúcar, comidas de grasas saturadas y el exceso de lácteos. Se aconseja, además, incorporar una dieta mediterránea saludable, que sea rica en fibra y ácido, así como en grasas esenciales, como el omega-3 (fruta, verduras, pescado azul y aceite de oliva virgen).