La dermatitis atópica, también llamado eczema atópico, es una alteración de la piel crónica, muchas veces hereditaria, que puede presentarse a cualquier edad, si bien es mucho más frecuente en la infancia. Puede persistir hasta que el niño alcanza la adolescencia o la edad adulta. El eczema provoca picor, enrojecimiento y descamación de la piel.
Los padres con eczema, rinitis alérgica o asma, tienen más probabilidades de tener hijos con eczema atópico. La condición puede agravarse debido a la acción de diferentes desencadenantes como sustancias irritantes ambientales, alergias y estrés.
El eczema tiende a agudizarse en épocas de estrés, cuando la temperatura es extremadamente elevada o baja, humedad elevada, cuando el paciente sufre una infección bacteriana o cuando la piel resulta irritada por el contacto con tejidos (lana) o detergentes. Entre los niños que tienen eczema, el 65 por ciento muestra signos de eczema en el primer año de vida y el 90 por ciento en los 5 primeros años.