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Unificación de la medicina y cirugia

La primera mitad del siglo XIX no fue para la Cirugía un periodo de renovación importante, como lo fue para la Medicina Interna, sino una etapa de consolidación y desarrollo de los avances logrados en el siglo XVIII. El cirujano ilustrado había dejado de ser un empírico de bajo nivel social para convertirse en un técnico de prestigio, formado en centros de tanta altura o más que las Facultades de Medicina Universitarias.

  • En España, la Cirugía había sido una de las disciplinas más beneficiadas por las reformas de la Ilustración, en gran parte por la aparición de los Reales Colegios de cirugía ya referidos. A finales del siglo XVIII, en 1799, se fusionaron los estudios y los títulos de médicos y cirujanos, que quedaron subordinados a una Junta General Común. No obstante, hubo una nueva separación, por intereses creados, que alcanzó hasta 1827, fecha en que se crearon los Colegios de Medicina y Cirugía, por la influencia de Pedro Castelló y Ginestá (1770-1850). Este cirujano castrense, fue catedrático de los Colegios de Cirugía de Santiago de Compostela, Barcelona y San Carlos de Madrid. Acertó a curar a Fernando VII de un ataque de gota, que los médicos de la Corte no habían logrado aliviar, pasando de disidente encarcelado por el Rey a ser su cirujano personal. Castelló propone al Monarca reglamentos y leyes que permitan a la Medicina adoptar un modelo unitario y completo. La reforma inicia sus pasos el 30 de junio de 1827 con la creación de la Real Junta Superior Gubernativa de Medicina y Cirugía, siendo Pedro Castelló vocal. Se alcanza de esta forma en España la fusión entre la Medicina y la Cirugía, que se llevará a cabo de forma definitiva al unificarse los Colegios y las Universidades en 1843. También se debe a Castelló la influencia necesaria para que se construyera el edificio de San Carlos en la calle de Atocha, sede de la Facultad de Medicina y del Hospital Clínico hasta su traslado a la Ciudad Universitaria.

    En 1845, reinando Isabel II, se incorporó el Colegio de San Carlos a la Universidad Central y pasaron de catedráticos supernumerarios a numerarios los doctores Castelló y Tagle (Historia de la Medicina); Corral y Oña (Partos); Sánchez Tuca (Medicina Operatoria) y Calleja (Patología Médica).

    Julián Calleja Sánchez (1836-1913), fue decano de San Carlos durante más de un cuarto de siglo, periodo en el que mejoraron las instalaciones y medios materiales para el desarrollo de las ciencias morfológicas. Es esta etapa destaca Santiago Ramón y Cajal como profesor de Histología e Histoquímica.