Thaleia

Thaleia

Canoro pianto. Música sacra de compositoras del Barroco

INTÉRPRETES

Laura Martínez Boj I Soprano, dirección

Majka Demcak I Violín barroco

Regina Yugovich I Violín barroco

Ángela Lobato del Castillo I Violoncello barroco, dirección

Rocío Hernández I Órgano positivo

PROGRAMA

Maria Xaviera Peruchona (ca.1652-ca.1709)

Solvite (Motetto del Signore) de Sacri Concerti de Motetti op. 1 (Milán, 1675)

Claudia Francesca Rusca (1593-1676)

Iubilate Deo omnis terra de Sacri Concerti a 1, 2, 3, 4, 5 e 8 Voci (Milan 1630)

Isabella Leonarda (1620-1704)

Sonata Decima de Sonate Opera XVI (Bologna, 1693)

Claudia Sessa (1570-1617)

Sopra gli occhi, Sopra le orecchie de Canoro Pianto di Maria Vergine sopra la faccia di Christo Estinto (Venecia, 1613)

Chiara Margarita Cozzolani (1602 — 1678)

Laudate Dominum de Salmi a otto voci concertati, Op.3 (Venecia, 1650)

Isabella Leonarda (1620-1704)

Sonata Duodecima de Sonate Opera XVI (Bologna, 1693)

Bianca Maria Meda (1665-1700)

Cari Musici de Mottetti a 1. 2. 3. e 4 voci, con violini, e senza (Bologna, 1691)

NOTAS AL PROGRAMA

Thaleia presenta su programa Canoro Pianto, que incluye música sacra de seis compositoras de la primera parte del periodo barroco. Todas ellas tienen origen italiano y en común haber vivido gran parte de su vida y su desarrollo creativo dentro de los muros de un convento.

Comenzamos el programa con lágrimas, las que pide liberar de las pupilas Maria Xaveria Peruchona, en su motete Solvite. De origen aristocrático, ingresó con dieciseis años en el Collegio de Sant'Orsola, en su Novara natal. En 1675 publicaría su única obra en la cercana Milán. Dentro del collegio, de la orden de las ursulinas, coincidiría con la ya veterana Isabella Leonarda y podemos percibir la influencia que pudo imprimir en ella, ya que residía y trabajaba allí desde hacía tres décadas. Durante su larga vida compuso prolíficamente y desarrolló su lenguaje musical con un claro conocimiento de las tendencias estéticas del momento: su op. 16, de 1693, llama la atención por ser estrictamente instrumental: once sonatas a trío y una sonata da chiesa para violín solo.

De Claudia Francesca Rusca hemos escogido un bello motete de sus “Sacri Concerti”, una colección para voces e instrumentos variados que retrata la riqueza musical de su convento, Santa Catalina en Brera, Milán. En esta pieza acompañan al canto o tenore una línea de violino y una de violone. Continuamos con la también lombarda Claudia Sessa, muy célebre en su vida por sus conciertos públicos en su convento, Santa Maria Annunciata de Milán. De ella se conservan solamente dos piezas, incluidas en una colección de 1613, Canoro Pianto di Maria Vergine sopra la faccia di Christo. Diversos compositores ponen música a poemas del Abbate Grillo, en los que la Virgen María se lamenta ante el cadáver de su hijo.

De la benedictina Chiara Margherita Cozzolani, de Santa Radegonda en Milán incluimos el bellísimo Laudate Dominum, de su colección de motetes publicada en Venecia. También benedictina fue Bianca Maria Meda, que vivió en Pavia, en San Martino del Leano. La única obra que ha llegado a nuestros días se publicó en Bologna en 1691, de la cual escogemos el grandioso motete Cari Musici, en la que el texto insta a los músicos a dejar un momento de tocar para poder contemplar la gloria de Jesucristo para alzar sus voces después y celebrarlo.

Titulado con esa imagen poderosa del “llanto en canto” de la Virgen, en este programa proponemos también el “rezo canoro” de exaltación religiosa y el “llanto suonato” de los violines. Con este programa queremos llamar la atención a la calidad artística y capacidad emocional de estas obras, apenas conocidas y retratar un riquísimo Seicento italiano donde las supuestas restricciones de la clausura no limitaron el genio creativo de estas extraordinarias mujeres.