Tétanos

El tétanos es una enfermedad grave del sistema nervioso que puede llegar a ser mortal. La bacteria que produce el tétanos vive en el suelo, estiércol y, en general, en superficies muy sucias. 

Al infectarnos con el tétanos, la bacteria se extiende por todo el organismo y genera una toxina que bloquea las señales de la médula espinal enviadas a los músculos, provocando una contracción muscular involuntaria con espasmos y rigidez muscular, que puede dificultar la respiración. Se debe tratar en un hospital, ya que sin tratamiento puede llegar a causar la muerte.

Podemos contraerla por contacto con materiales contaminados, a través de heridas, cortes, quemaduras o punciones profundas en la piel. La infección también puede aparecer después de heridas comunes o incluso no evidentes.

Puede producirse en el útero después del parto (tétanos materno) y en el ombligo del recién nacido (tétanos neonatal) como resultado de prácticas inadecuadas en el cuidado y tratamiento del cordón umbilical.

El tétanos se diagnostica mediante evaluación clínica.

Se debe considerar cuando los pacientes tienen espasmos o rigidez muscular repentina e inexplicable, especialmente con antecedentes de una herida reciente o factores de riesgo para tétanos.

Entre las complicaciones posibles en la evolución del tétanos podemos encontrar:

• Problemas respiratorios. Pueden ser graves y ocasionar la muerte por asfixia.
• Obstrucción de una arteria del pulmón (embolia pulmonar).
• Neumonía. Por aspiración de secrecciones en el curso de espasmos generalizados.
• Fractura de huesos.
• Muerte. A consecuencia de la obstrucción de las vías respiratorias durante los espasmos o por daños en los nervios que regulan la respiración, el ritmo cardíaco u otras funciones de los órganos.

Ante una una quemadura o una herida con objeto punzante o en ambiente sucio, es conveniente recibir asistencia sanitaria si:

• No te has vacunado contra el tétanos e 10 años o no estás seguro de cuándo fue la última vez que te vacunaron contra el tétanos.
• Tienes una herida punzante, un objeto extraño en la herida, una mordida de animal o un corte profundo.
• La herida está contaminada con suciedad, tierra, heces, óxido o saliva. Las heridas contaminadas o más graves requieren un refuerzo de la vacuna si han pasado cinco o más años desde la última vacuna antitetánica.