Estantes de supermercado

Alimentos envasados: cómo leer las etiquetas

La etiqueta de los alimentos ofrece información completa que permite seleccionar aquel que más se aproxime a la necesidad del consumidor.

Cada vez que compramos en el supermercado, los consumidores nos encontramos con una amplia variedad de marcas y productos, con diferentes presentaciones y formatos que, en ocasiones, pueden llegar a confundirnos, y provocar que el producto que compremos no se ajuste a nuestras necesidades o contenga sustancias o aditivos que puedan causarnos alergias o intolerancias alimenticias.

Saber interpretar la etiqueta de los alimentos es fundamental para evitar estas situaciones, ya que esta nos revela información acerca del origen, el modo de conservación, la fecha de consumo o los ingredientes de los alimentos, lo que nos permitirá poder comparar entre diferentes marcas para aceptar la que más se acerque a nuestras necesidades.

En el siguiente reportaje del Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid le ofrecemos algunas claves que le permitan saber en qué debe fijarse cuando compra alimentos.

 

Qué debe contener el etiquetado de alimentos envasados

 

La legislación europea sobre etiquetado establece la información obligatoria que debe aparecer en la etiqueta de los alimentos, con el propósito de mejorar la protección de la salud de los consumidores y garantizar su derecho a estar informados. Esta información es obligatoria para los alimentos envasados, debe figurar en un lugar destacado del mismo, con caracteres claros, visibles e identificables para el consumidor y con un tipo de letra que sea legible.

Es conveniente leer la etiqueta antes de comprar cualquier producto. Recuerde que cuando hace la compra por internet, debe aparecer también toda la información de la etiqueta en cada producto que incluya en el carrito.

La etiqueta de un producto debe contener:

  • El nombre del producto, con indicación de su estado, si es congelado, en polvo, ahumado o fresco.
  • La lista de ingredientes, que deberán estar colocados en orden decreciente de peso, de manera que resulte fácil conocer qué cantidad de cada sustancia componen el producto. Entre estos ingredientes deben estar incluidos los aditivos y los productos que puedan causar alergias o intolerancias.
  • Fecha de caducidad, fecha de duración mínima y fecha de congelación. Es importante saber distinguir entre estas tres fechas:
    • Fecha de caducidad. Se utiliza en los productos que son muy perecederos, como la carne o el pescado, y debe ir acompañada de las condiciones de conservación o almacenamiento adecuadas.
    • Fecha de duración mínima. Indica la fecha hasta la que el producto conserva sus propiedades, en condiciones apropiadas de conservación. Viene reflejado por la frase, “consumir preferentemente antes de….” O “consumir preferentemente antes del fin de…”.
    • Fecha de congelación. Debe indicar el día, mes y año de congelación de productos como el pescado no transformado, la carne y sus derivados.
  • Lote de fabricación y datos del fabricante. El lote de fabricación nos indica el número de unidades idénticas de un producto puesto a la venta.
  • Contenido neto, en litros, gramos del producto, así como el grado alcohólico de las bebidas con un volumen de alcohol superior al 1,2%.
  • Para las carnes frescas y las frutas, verduras, la miel o el aceite de oliva, es obligatorio indicar el lugar de origen o procedencia, que deberá ir indicado también en la etiqueta.
  • Información nutricional. Incluirá el valor energético y las cantidades de grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono azúcares, proteínas y sal.

Aditivos y alérgenos: tipos y cómo identificarlos

 

Dentro de la lista de ingredientes que debe aparecer en la etiqueta del producto, se debe hacer mención especial a los aditivos alimentarios y a los alérgenos que pueden causar intolerancias a los productos.

Los primeros son aquellas sustancias naturales o químicas que se añaden a los alimentos para facilitar su conservación o mejorar su apariencia, su sabor o color. Se reconocen en la etiqueta porque vienen marcados por la letra E, que indica que el uso de este aditivo está autorizado en la Unión Europea, seguida de un número.

Entre los más habituales, nos encontramos los colorantes (E- 100 a E-199) que sirven para dar color a los alimentos, los conservantes (E200 a E299) que se usan para retrasar el deterioro de los alimentos, los antioxidantes (E300 a E399), utilizados para conservar un producto en buen estado o los potenciadores de sabor (E600 a E699) utilizados en especial en la comida oriental.

En el caso de los alérgenos, se definen como sustancias o productos que pueden causar alergias o intolerancias. Es el caso del trigo, la lactosa o el huevo. En los productos envasados, la información sobre alérgenos debe aparecer en la lista de ingredientes, en un color o tipo de letra que los diferencie claramente del resto de ingredientes del producto. Si no existe lista de ingredientes, en el envase debe incluirse la mención “contiene” seguida de la sustancia o producto alérgeno.

Puede consultar la lista de los 14 alérgenos más comunes, en el siguiente enlace.

La Comunidad de Madrid cuenta con un Portal de Salud donde los ciudadanos pueden encontrar más información sobre los ingredientes alergénicos en alimentos.

 

Información nutricional: qué nos aporta y cómo interpretarla

 

La información nutricional es clave para conocer las propiedades nutritivas que contiene un alimento, entre ellas, el valor energético y el contenido en proteínas, las grasas, hidratos de carbono, fibra, sal, vitaminas y los minerales. El valor energético y la cantidad de nutrientes se expresarán por cada 100 gramos o 100 mililitros de producto y, con carácter complementario, por porciones.

En relación a este tipo de información, es importante tener en cuenta que:

  • Las declaraciones de propiedades saludables como “bueno para el corazón” sólo se permiten si están científicamente demostradas. Por ejemplo, si el producto lleva un alto contenido en sal o azúcares, nunca puede llevar una declaración de este tipo.
  • Están prohibidos mensajes del estilo “evita, alivia o cura enfermedades humanas” o frases que hagan referencia a pérdidas de peso en un tiempo o cantidad determinados o que sugieran que la salud podría verse afectada si no se consume el alimento en cuestión.
  • Hay alimentos que no están obligados a llevar el etiquetado nutricional, como, por ejemplo: el agua, la sal, el vinagre, las especias, el té, la gelatina, la levadura, las gomas de mascar, las bebidas que tengan más de un 1,2% en volumen de alcohol y los envases cuya superficie mayor es inferior a 25 cm2.

Puede consultar más datos sobre información nutricional en el apartado de Salud en la Comunidad de Madrid.

 

Cómo reclamar

 

Si ha detectado un alimento mal etiquetado, puede comunicarlo y denunciarlo a las autoridades de Sanidad para que se investiguen las causas y se evite un nuevo incidente.

Puede consultar más información sobre etiquetado de alimentos en la sección de Salud de la Comunidad de Madrid y sobre seguridad alimentaria en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.