La obesidad es la enfermedad nutricional más frecuente de los países desarrollados. Se define como un aumento del peso corporal debido a un exceso de grasa. Constituye una verdadera epidemia, que afecta casi al 15% de la población española. Se evalúa inicialmente con el índice de masa corporal [IMC = peso (Kg) / talla (m2)], definiendo el sobrepeso como IMC mayor de 25 kg/ m2, la obesidad como IMC > 30 kg/ m2, obesidad mórbida” (IMC >40) como un grado extremo de exceso de peso. No es una mera cuestión estética, sino una auténtica enfermedad metabólica crónica, que reduce la calidad de vida y supone un riesgo aumentado de sufrir complicaciones graves (sobre todo cardiovasculares, respiratorias y metabólicas; aunque también se asocia a algunos cánceres) que comprometen la calidad y expectativa de vida. Además, el obeso suele presentar problemas psicológicos que pueden acentuar su enfermedad.
CAUSAS Cuando la energía (calorías) ingerida en forma de alimentos es mayor que la gastada, se acumula grasa. En este desequilibrio influyen diversos factores: • En la mayoría de los casos, se debe a un aumento de la ingesta calórica, muchas veces unida a una vida cada vez más sedentaria. También influyen la predisposición genética y diferentes factores ambientales. • Algunos tratamientos (psicotropos, hormonales…) pueden favorecer el aumento de peso. • Circunstancias que inducen ansiedad pueden provocar una pérdida de control sobre la alimentación. • En algunas ocasiones (las menos), puede deberse a enfermedades hormonales (hipotiroidismo, síndrome de Cushing…), neurológicas o hereditarias que alteran el centro del hambre y la saciedad (en el hipotálamo).
SÍNTOMAS El aumento del peso corporal y las complicaciones asociadas pueden provocar: • Cansancio, con dificultad para realizar tareas cotidianas. • Hipertensión arterial y problemas cardiovasculares secundarios. • Síndrome de la apnea del sueño, que reduce la adecuada oxigenación de los tejidos del organismo. • Aumento en sangre de azúcar (diabetes mellitus), triglicéridos, colesterol y ácido úrico (con ataques de gota). • Artrosis, especialmente en columna, caderas y rodillas. • Otros: Cálculos de vesícula, hígado graso y hernia de hiato; mayor riesgo durante las intervenciones quirúrgicas o el embarazo.
DIAGNÓSTICO • Se diagnostica mediante IMC y la cirunferencia de cintura. UN IMC mayor de 30 o una circunferencia de cintura mayor de 88 cm en mujeres o 102 en varones define la obesidad. • Tambien se pueden hacer pruebas de composición corpral mediante un bioimpedanciometro o un DEXA-scan. • Además se deben hacer pruebas analíticas de sangre estudio del sueño (polisomnográfico,), pruebas cardiovasculares, una ecografía abdominal o una densitometría ósea, para descartar enfermedades asociadas
TRATAMIENTO Debe ser integral e individualizado, planteando estrategias adecuadas para cada persona. Existen diferentes alternativas para alcanzar el objetivo de un peso corporal adecuado de modo gradual y mantenido: • Plan médico personalizado a largo plazo, con un balance calórico negativo, que incluye: - Dieta hipocalórica, junto con pautas de educación nutricional. - Programa de actividad física aeróbica y de resistencia, durante al menos 3 horas a la semana. - En algunos casos pueden ser útiles fármacos, como el orlistat® (que inhibe parcialmente la absorción intestinal de la grasa). • Cuando el tratamiento inicial fracasa, se valorará la cirugía bariátrica, que son un conjunto de técnicas que modifican la anatomía del tubo digestivo para reducir la ingesta o la absorción de alimentos. Está indicada en los pacientes con obesidad mórbida o con obesidad y enfermedades asociadas.
PREVENCIÓN Un estilo de vida saludable, basado en una alimentación equilibrada y en el ejercicio físico regular, puede ayudarle a prevenir el sobrepeso y la obesidad.