La edición ilustrada de El doncel de don Enrique el Doliente

Homenaje a Mariano José de Larra (1809-1837) 

El 13 de febrero de 1837, con solo 27 años, Larra se suicida de un disparo en la sien. Termina así su intensa vida y su fecunda labor como escritor, al tiempo que comienza su existencia en el recuerdo, entre los autores laureados del Romanticismo español. Por fortuna, su inicio en la literatura fue temprano y en solo ocho años, desde los 19 hasta su fallecimiento, Larra creó numerosos textos y cultivó distintos géneros literarios. En especial, su fama se debe a los artículos políticos y de costumbres que publicó en diversas revistas y periódicos de la época. 

El doncel de don Enrique el Doliente es la única novela escrita por Larra. La primera edición de la obra vio la luz en 1834, en forma de cuatro tomos aparecidos dentro de la “Colección de novelas históricas originales españolas”, editada por la Librería de Escamilla, sita en la calle de Carretas. La obra tuvo muy buena acogida por parte de la crítica de la época. 


Una historia ambientada en la corte de Enrique III

El doncel de don Enrique el Doliente es un ejemplo de novela romántica histórica, escrita bajo el influjo de las obras de Walter Scott. La narración está ambientada en la corte castellana de Enrique III y en ella se cuenta la historia del amor imposible entre el trovador Macías y doña Elvira. El vivo dramatismo de ciertas escenas ha hecho que algunos críticos hayan visto en esta novela un trasunto de la experiencia personal de Larra y un anuncio de su trágico fin.  

En la novela, Macías, con una pasión que ahoga toda razón, se enamora perdidamente de Elvira. Por su parte, Elvira es una dama casada y, por ello, su espíritu se debate entre su amor hacia Macías y su honor, conflicto íntimo que al fin la convierte en un ser profundamente desgraciado. Tal como comenta un crítico de la época, Elvira es el carácter principal de la obra, “ama, porque acaso no está en manos de la frágil humanidad no amar, pero la virtud combate”. Al final de la novela, Elvira pierde la razón y termina muriendo recostada sobre la fría piedra del sepulcro de Macías. 


La edición ilustrada de El doncel 

En 1852, al cumplirse los quince años del fallecimiento de Larra, el dibujante Vicente Urrabieta y el litógrafo Juan José Martínez deciden publicar una edición ilustrada de El doncel de don Enrique el Doliente. La obra se comercializó por suscripción en forma de entregas. La primera entrega apareció en junio de 1852 y en sus páginas iniciales incluía, a modo de homenaje, un prólogo de Luis Mariano de Larra, hijo del autor. La prensa coetánea destacó el extraordinario lujo y elegancia de esta nueva edición, alabando la calidad del papel, la belleza de los tipos y, sobre todo, las magníficas ilustraciones, obra del ya mencionado Vicente Urrabieta.

A lo largo de la novela se incluyen, en gran número, dos tipos de imágenes: ilustraciones intercaladas en el texto y láminas exentas. Las primeras son litografías a pluma estampadas en una sola tinta, siendo la utilizada no solo negra, sino también parda, verde o azul. El segundo tipo de ilustraciones lo constituyen 38 litografías estampadas a dos tintas. Según los anuncios de la época, cada entrega de la obra constaba de una de esas láminas y de un pliego de ocho páginas. Al mes estaba previsto distribuir dos entregas, aunque no siempre debieron de cumplirse los plazos, ya que las últimas entregas se repartieron a comienzos del mes de enero de 1857. Como obsequio, los fieles suscriptores recibieron tres láminas más: un retrato de Larra y dos portadas litográficas, una para cada uno de los dos tomos que componen la edición ilustrada.

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