El coleccionismo de retratos tarjeta o `cartes de visite´
Con el propósito de reducir los costes de producción de los retratos fotográficos y, en consecuencia, de abaratar su precio de venta y de ampliar la clientela, en 1854 el fotógrafo francés A. A. E. Disdéri solicitó una patente de invención para un procedimiento que permitía, gracias a una cámara fotográfica con varios objetivos, yuxtaponer varias tomas fotográficas en un mismo negativo, de manera que, sobre una misma placa negativa aparecían varias imágenes, normalmente ocho, con el mismo formato. El proceso de creación de las imágenes se completaba con el positivado por contacto sobre papel albuminado, el recorte de las imágenes (con unas dimensiones aproximadas de 9 x 6 cm) y su adhesión a una tarjeta de cartulina ligeramente más grande.
Así creada, la tarjeta de visita tuvo un enorme éxito comercial y su precio decreciente hizo que los retratos fotográficos tuvieran una clientela cada vez más amplia. Estas imágenes se intercambiaban o, en el caso de las personas ilustres, se vendían en librerías y otros establecimientos. Nacen así las colecciones de tarjetas de visita y, con ellas, los álbumes para conservarlas y exhibirlas. Las colecciones solían ser de dos tipos: por un lado estaban los álbumes familiares con retratos de parientes y amigos, y, por otro, los álbumes de ‘celebridades’, con fotografías de jefes de estado, nobles, políticos, escritores, pintores, artistas de teatro, etc.
El álbum de personajes ilustres de la familia Goyeneche-Matías López
Al segundo tipo descrito pertenece el álbum de la familia Goyeneche-Matías López, recientemente adquirido por la Biblioteca Regional de Madrid. Se trata de un lujoso ejemplar con tapas de cuero repujado de color granate, adornadas con vistosas placas metálicas que hacen las veces de cierre.
El álbum, de 31 x 25 cm, consta de veinticinco hojas de cartón con cuatro ventanas para insertar fotografías en cada cara. Con una capacidad para doscientas imágenes, la colección solo contiene noventa y tres fotografías.
Los protagonistas del álbum: personajes célebres y fotógrafos
En cuanto a los personajes retratados, éstos son muy variados y representativos de la época. Entre ellos figuran los monarcas de diferentes países europeos, empezando por la propia Isabel II, presentada del brazo de su esposo Francisco de Asís, y continuando por el rey de Nápoles, el zar de Rusia o el emperador de Brasil, entre otros. Igualmente, en la colección están presentes numerosos nobles, militares y políticos. Fuera de los ámbitos mencionados, solo aparece algún escritor, como Alphonse Karr, y algún músico, como Rossini o Verdi.
En lo referente a los autores de las fotografías, hay estudios fotográficos de París, Londres, Nápoles y Berlín, predominando los de las dos primeras ciudades y, dentro de éstos, el gabinete del propio Disdéri, autor de treinta y ocho retratos. Solo tres fotografías proceden, respectivamente, de tres de los mejores estudios madrileños de la época: el de P. Martínez de Hebert, el de Á. Alonso Martínez y Hermano, y el de J. Laurent.
Siete fotografías no llevan indicación de autor, algo frecuente en la época, especialmente en el caso de copias ‘piratas’. Para intentar evitar este tipo de reproducción, algunos estudios señalan expresamente que la fotografía ha sido tomada directamente del natural (Mayall en Londres y Mayer & Pierson en París).
Otros protagonistas secundarios fueron los establecimientos en los que se comercializaban estas tarjetas fotográficas. Gracias a una etiqueta de papel pegada en el verso, sabemos que diez fotografías fueron vendidas en la Librería de Alfonso Durán, sita en la Carrera de San Jerónimo, y nueve en el establecimiento de C. P. Schropp, conocido como el Almacén de los Alemanes, que se encontraba en la calle de la Montera.
En definitiva, este elegante álbum de retratos es una ventana a la vida política, social, artística y comercial de la década de 1860.