Los Cuadernos de Cortes
Los Cuadernos de Cortes surgen en el siglo XIV con la finalidad de recoger por escrito las resoluciones aprobadas por el rey en Cortes, bien dictando normas sin previa petición (Ordenamiento o Cuaderno de Leyes), o bien en atención a lo solicitado por los procuradores (Cuaderno de peticiones). Los Cuadernos de peticiones, se estructuran en párrafos: “primeramente, Otrosí” y la indicación de que se pide por merced, seguido de la respuesta y mandato del rey “A esto vos respondo, vos respondemos y mandamos”, con apostillas marginales.
Las Cortes de Castilla tuvieron un carácter itinerante hasta que en 1561 Felipe II estableció la capital en Madrid. No obstante, las reuniones de Cortes en Madrid fueron frecuentes desde el siglo XIV (las primeras fueron convocadas por Fernando IV de Castilla en 1309), a ello contribuyó su estratégica ubicación geográfica entre las ciudades con voto, la buenas condiciones para el abastecimiento de las Cortes, la presencia del Alcázar, así como la inexistencia de instancias eclesiásticas o nobiliarias locales de gran poder.
Las Cortes de Madrid de 1534
En el Quaderno de Cortes que presentamos, impreso en Alcalá de Henares en 1535 por Miguel de Eguía, se recogen 99 peticiones y sus correspondientes respuestas de las Cortes de Segovia (1532) y 128 de las Cortes celebradas en Madrid (1534). Los temas son variados, tanto de orden eclesiástico, como civil, judicial y social (medidas contra el juego, la mendicidad, los vagabundos, los gitanos…).
Cabe reseñar por su interés, la Cédula dada por el rey para que los doctores, maestros y licenciados que se graduasen en la Universidad de Alcalá de Henares gozasen de los privilegios y preeminencias de los que gozaban ya las Universidades de Salamanca, Valladolid y el Colegio de Bolonia. De esta forma se reconocía la importancia y calidad de los estudios impartidos en la Universidad de Alcalá.
La imprenta en Alcalá de Henares
A comienzos del siglo XVI, Alcalá de Henares constituye un importante núcleo académico e intelectual gracias al impulso del Cardenal Cisneros. Atraídos por las perspectivas de negocio, que la recién fundada universidad podría brindar, comienzan a establecerse los primeros talleres de impresión: Estanislao Polono en 1502 y Arnao Guillén de Brocar en 1510, a quién corresponde la edición de la Biblia Políglota (1514-1520).
Miguel de Eguia, nacido en Estella, se inicia en las técnicas de impresión en el taller de Arnao Guillén de Brocar. Notable humanista, contribuyó a la difusión de los clásicos latinos, las obras de Antonio Nebrija, Pedro Ciruelo y sobre todo Erasmo de Rotterdam, lo que le ocasionó ciertos problemas con la Inquisición. De su taller en Alcalá (1523-1537) saldrán al menos 160 ediciones caracterizadas por la perfección tipográfica, la renovación de tipos y elementos decorativos, el uso de la cursiva y de letras de distinto tamaño que darán a las obras de su taller un aire renacentista.
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