Una composición musical para una reina

Isabel II, una reina musical por excelencia

La música fue protagonista principal durante todo el reinado de Isabel II de Borbón y Borbón (1830-1904). Un reinado marcado por una serie de acontecimientos personales, políticos, sociales y económicos que influyeron totalmente en la vida cotidiana y, por supuesto, en la trayectoria musical del país, según nos indica el musicólogo y director, Tomás Garrido. Isabel II, como su madre, la reina gobernadora María Cristina y su hermana, Luisa Fernanda, destacaron por su afición y apoyo a la música profana, ejemplo de ello, fue la creación en 1830 del primer conservatorio en Madrid por la reina María Cristina y el favor constante de la familia real en relación a cualquier actividad musical pública o privada.

Hasta la Revolución del 68 hubo importantes acontecimientos musicales: la inauguración del Teatro Real en 1850; el surgimiento de la llamada zarzuela moderna con autores como Barbieri y Gaztambide; la creación en 1863, por parte de Jesús de Monasterio, entre otros, de la Sociedad de Cuartetos; la fundación, en 1866, de la Sociedad de Conciertos de Madrid, verdadero inicio del movimiento sinfónico en España, siendo los impulsores principales los autores citados.

Ya en el exilio y hasta la muerte de la reina, la vida musical seguirá en España, con altibajos por el escaso apoyo institucional. Este periodo lo protagonizarán principalmente, la aristocrática ópera italiana y la popular zarzuela frente a la música instrumental sinfónica y de cámara y el progresivo abandono de la Real Capilla característico durante todo el reinado isabelino.


Emilio Arrieta en la corte isabelina

Juan Pascual Antonio Emilio Arrieta y Corera nació en Puente la Reina, Navarra, el 21 de octubre de 1823. Cambió su nombre definitivamente por el de Emilio en Milán, donde vivió 7 años de trabajo continuo. El italianismo, que tanto se le ha reprochado, fue en su día su timbre de gloria, debido a la moda italianizante de la época. El primer éxito de Arrieta fue la ópera Ildegonda. Destacó, además, en la composición zarzuelística, obras como El dominó azul, El grumete o Marina, sirven como referencia de su gusto por la zarzuela. Fue un impulsor del género escribiendo un total de cincuenta títulos.

Como Pedro Albéniz (1795-1855) llegó a ser maestro de la reina, en su caso, de canto, ya que el primero fue de piano. Arrieta, por tanto, se instalará en la Corte y no volverá de forma definitiva a Italia. El aprecio y afecto de la soberana le convirtieron en compositor de cámara por Real Orden, firmada en diciembre de 1849. La creación de un teatro en el Palacio Real, le permitirá estrenar su primera ópera en ese mismo año y posteriormente, otras óperas como Pergolesi (1851). Arrieta fue profesor de composición del Real Conservatorio y director del centro durante años sucediendo a Hilarión Eslava en 1868. Entre sus alumnos figuraron Ruperto Chapí y Tomás Bretón. Emilio Arrieta murió el 11 de febrero de 1894.


Una composición musical para una reina

Emilio Arrieta dedicó a la reina Isabel II una melodía compuesta especialmente para que ella la pudiera tocar y cantar, ya que la soberana, desde muy joven, destacó como pianista y cantante, siguiendo el gusto musical imperante en la familia real. Por ejemplo, su tío y suegro, Francisco de Paula de Borbón, aparte de ser un gran barítono, tenía una de las mejores bibliotecas musicales del país o el propio rey consorte, D. Francisco de Asís, era un distinguido pianista. La partitura, totalmente desconocida hasta ahora, probablemente fuese un regalo del maestro a su alumna por su cumpleaños o también podría ser un ejercicio práctico para ensayar en clase.

La composición original manuscrita está dedicada a la reina en la primera página. Es un cuadernillo formado por ocho páginas pautadas en papel crema. Todas aparecen decoradas con orla litográfica dorada perteneciente a la casa francesa 'Imp. Lith Badoureau … Paris'. La orla está decorada con motivos musicales y escudos de España en la parte superior. Los textos están en italiano y la notación musical en tinta negra. Puede decirse que es una obra con influencias operísticas, por su estructura tripartita, el uso del cantabile, el idioma y el compás ternario. La obra se guarda en una carpeta de factura actual de tela con tejuelo en la tapa superior con el autor y título, todo contenido en un estuche en marroquín rojo, con los planos decorados con amplia rueda dorada, autor y título en plano superior y lomera con ruedas doradas.

Acceso al documento en la Biblioteca Digital de Madrid