Francisco Ortego y Vereda (1833-1881)
Nacido en Madrid, Francisco Ortego fue uno de los dibujantes del siglo XIX más populares de su época y uno de los pocos cuya notoriedad ha perdurado en la memoria colectiva hasta nuestros días. Su fama se debió, sobre todo, a sus caricaturas de tipos populares y personajes políticos. Dicha popularidad contrasta con lo poco que se sabe actualmente sobre su vida y circunstancias familiares.
El periodista Manuel Ossorio y Bernard, contemporáneo de Ortego, nos cuenta que fue “discípulo de la escuela superior de pintura dependiente de la Academia de San Fernando” y que, en 1864, se presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes con una pintura titulada La muerte de Cristóbal Colón, premiada con mención honorífica y adquirida para el Museo Nacional del Prado. También menciona su trabajo como ilustrador en diversos libros y periódicos, señalando que es sobre todo en las caricaturas “donde manifiesta sus conocimientos en el dibujo y su extraordinaria facilidad” (Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX. Madrid, 1868-1869).
Los álbumes de sátira política Menestra y La Criatura
Ortego colaboró asiduamente, durante años, en periódicos de líneas editoriales tan diferentes como El Museo universal, Gil Blas o El Cascabel. Él mismo editó dos series de álbumes de caricaturas litografiadas. La primera serie llevó el título de Menestra y, según los anuncios en la prensa de la época, su publicación se inició en enero de 1869, prolongándose durante ese año hasta alcanzar al menos las once entregas. La segunda serie apareció en agosto de 1870, bajo el nombre de La Criatura, y su publicación se extendió como mínimo hasta llegar a las trece entregas.
Se trata de pequeños cuadernillos apaisados, con ilustraciones que abordan los temas políticos más sobresalientes de la primera etapa del Sexenio Democrático. En la Biblioteca Regional de Madrid se conservan dos álbumes Menestra, con 16 láminas cada uno, y siete ejemplares de La Criatura, con 8 láminas por cuaderno. Los temas ilustrados son, entre otros, las elecciones constituyentes de 1869, la búsqueda de un nuevo rey, la guerra franco-prusiana, la situación del emperador Napoleón III y la elección de Amadeo de Saboya como nuevo rey de España.
Los álbumes póstumos de Gaspar Editores
El 3 de septiembre de 1871 el periódico satírico Gil Blas, en el que el artista trabajaba como dibujante principal, anuncia que “Ortego se va”, que ha decidido trasladarse a Francia, con el fin de “encontrar la recompensa debida a sus talentos” y “una esfera más dilatada donde campe libremente su ingenio”. Frases que veladamente reflejan la escasa remuneración que los dibujantes recibían por sus trabajos en España y la frecuencia con la que pusieron sus esperanzas de progreso en la capital francesa.
El destino quiso que las aspiraciones de Ortego no se cumplieran. Después de residir en Francia diez años, tras una penosa y larga enfermedad, Ortego falleció el 12 de octubre de 1881 en la pequeña población francesa de Bois-Colombes, dejando a su viuda e hijo en la pobreza. Rápidamente la colonia de artistas españoles en París se movilizó y se abrió una suscripción para costear los gastos del entierro y socorrer a su familia.
En Madrid, ese mismo año, la sociedad Gaspar Editores editó un cuadernillo titulado Álbum Ortego: 1857-1868, con una selección de tipos y escenas populares del artista. Según consta en la portada, la cuarta parte del producto de las ventas se destinó al socorro de la familia del malogrado artista. El éxito de la empresa hizo que la editorial lanzara, al año siguiente, una “segunda parte” con el mismo fin. Ambos Álbumes Ortego también forman parte de los fondos conservados en la Biblioteca Regional de Madrid.
La mayor parte de las obras mencionadas están disponibles en la Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid