Superhéroes españoles de cómic

Imitando lo que llega de EEUU principalmente (The Shadow y The Spirit) vemos pronto series a caballo entre el terror y lo policíaco como El Doctor Niebla (González e Hidalgo, 1948) y El Inspector Dan, de la Patrulla Volante (González y Giner, 1947).

Sus protagonistas no son detectives corrientes, pues tratan casos extraños y el primero, incluso, oculta su rostro con un antifaz.Igualmente, usen máscara o no, hay héroes que basan su estrategia de lucha en un origen y reputación misteriosos que engendran un temor supersticioso entre sus enemigos: El Guerrero del Antifaz (Gago, 1943), El Caballero o Jinete Fantasma (Amorós y Ambrós, 1947) y El Corsario de Hierro (Mora y Ambrós, 1970).

Supertipos

La introducción de la ciencia ficción supone un salto cualitativo en los héroes hispanos. La mayoría sólo se ven afectados por un cambio en su entorno, que se sitúa en un espacio sideral (y/o en un futuro) más o menos fantástico, pero algunos ya empiezan a adquirir “superpoderes”.

De nuevo, la influencia americana es decisiva, y vemos la huella de Flash Gordon en Silver Roy (Bosch Penalva, 1946) y Águila Negra (González y Ripoll, 1948).

Por su parte, Diego Valor (Jarber, Buylla y Bayo, 1954) partió de un personaje radiofónico directamente inspirado en Dan Dare, y Erik, el Enigma Viviente (Bosch Penalva, 1948) era un ciborg con cabeza humana.

En los 60 comienzan a publicarse en España los “auténticos” comic-books de superhéroes, así que ya no parece necesario hacer sucedáneos. Aun así, se puede disfrutar de las aventuras de Astroman, El Hombre de Astronita (Mora y Cuyás, 1971), que hace un claro guiño a la kriptonita de Superman, y de Dani Futuro (Mora y Giménez, 1970), que despierta en el siglo XXII tras una larga hibernación.

Hubo que esperar a los 90 para conocer a los más puros superhéroes de producción propia: Iberia Inc. (Marín, Fonteriz y Pacheco, 1996) y Triada Vértice (Marín y Merino, 1998), dos supergrupos que reproducían los rasgos de Los Vengadores y La Patrulla-X, madurados con la ironía autorreferencial de Watchmen y homenajeando a la vez la tradición española. Por desgracia, el invento no cuajó y las series cerraron tras unos pocos números.

La nueva esperanza superheroica española del siglo XXI se llama Ibéroes (Aguirre y Tartaglia, 2009) y parte de unos principios muy parecidos, aunque con algo más de humor y el empujoncito de Internet. ¡Suerte en su aventura!

Super-risas

Parodias

Está claro que, para todo, en lo que destaca España es en el cachondeo. Así que sus mayores éxitos en el campo de los superhéroes son parodias del género.

El Caballero del Salmonete, Superhombre (Cifré, 1948) se mueve por los escenarios más fantásticos y surrealistas, pero es bajito y calvo, lleva una bocina y su robot se llama Agapito.

Nuestro gran Superlópez (Jan, 1973) es un reflejo fidelísimo del universo de Superman, desde su trabajo en un periódico hasta su novia Luisa Lanas, desde sus cambios de traje en las cabinas telefónicas hasta su planeta natal Chitón…lo que no impide que sus aventuras sean a menudo muy críticas con la sociedad actual y que haya generado spin-offs como Los Gemelos Superlópez (dirigidos al público infantil) y El Supergrupo (cuyos miembros parodian a superhéroes de Marvel).

Otra creación de este autor es Superióribus (Jan, 1987), que protagonizó una tira dentro de los cómics de la extinta editorial Forum haciendo chistes sobre las propias series Marvel que ésta publicaba.

Del mismo estilo es Pafman (Cera, 1987), patoso luchador contra el mal que va sembrando el desastre con su paciente compañero Pafcat.

Ya en un plano más adulto, a causa de sus muchos niveles de lectura, encontramos al Capitán Torrezno (Valenzuela, 1993), aventurero borrachín que, cual hombre menguante, se ve atrapado en el micromundo de un sótano donde los guerreros son insectos y las ciudadelas botes de lejía.

Lo que seguro no sabíais es que las bibliotecas disponen de su propio vigilante sobrehumano. Sí, amigos lectores: Biblos, Superhéroe de Biblioteca (Macías, 2009) nació en la Biblioteca Pública Provincial de Huelva y, junto con sus colegas Ratomás (de la Orden de Ratones de Biblioteca), Óscar (gran controlador del catálogo) y Leles (con su libro volador), lucha contra enemigos como el Doctor Errata y la hechicera Censura Previa. “El Gran OPAC” es su última aventura. ¿Os atrevéis…?

¿Y ellas?

Pues, por desgracia, muy escasas, como suele ocurrir. Especialmente en el cómic de (super)héroes, las pocas mujeres que aparecen son meras comparsas de los protagonistas. Y cuando, con suerte, se trata de (super)heroínas, su presencia sigue guardando una proporción de diez a uno, aparte de que su función casi siempre tiene un matiz decorativo de pin-up. Es triste que el único grupo de superheroínas existente en España sea X-Women, parodia erótica de La Patrulla-X realizada por Rafa Fonteriz en 1992 para la revista Kiss Comix.

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