Literatura fantástica

La fantasía épica o heroica es un género que se enmarca dentro del género de literatura fantástica, también está presente en el cómic, en el cine o en los juegos de rol. El nombre del género lo inventó Fritz Leiber. La fantasía y la épica se encuentran ligadas a los orígenes del hombre, ya que muchas de las obras primigenias recogen mitos, cuentos populares y otras narraciones basadas en la tradición oral. Tiene como punto de referencia la literatura épica de la antigüedad, que asimila elementos medievales, como los libros de caballerías, principalmente los relacionados con el ciclo artúrico basados en las leyendas británicas.

También se inspira en los cuentos de hadas y en las sagas nórdicas y germánicas, plagadas de duendes, elfos, enanos y otras criaturas. La evolución de esta literatura se mantiene con el paso del tiempo, así en el siglo XIX se publicaron obras clave como La serpiente Uróboros (1882) de Eric Rücker Eddison, Las Minas del rey Salomón (1885) y Eric ojos brillantes (1889) escritas por H. Rider Haggard, o Jurgen (1921) de James Branch Cabell imprescindibles para entender los tiempos presentes. En el siglo XX se hicieron famosas las obras donde predomina la lucha del gran héroe contra el gran villano, la magia todopoderosa y las grandes batallas como en las obras Conan, de Robert E. Howard (1932)

El Señor de los Anillos de J. R .R. Tolkien (1954) o La historia interminable (1979) de Michael Ende . Sin embargo, es a partir de los años 90 cuando el componente épico y la trama de intriga se entremezclan en algunas de las novelas y sagas más famosas como Geralt de Rivia de Andrezej Sapkowski (1993), Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin (1996), Crónica del asesino de reyes de Patrik Rothfuss (2007) o Los colonos de Catán de Rebecca Gablé (2014).

Estas obras suelen caracterizarse porque sus personajes principales están dotados de una gran fuerza física, son valientes, generosos y llevan una vida errante. Predominan los viajes largos, y las batallas fatídicas o accidentales sin las cuales no se podría entender la historia. A estas características, habría que sumar la presencia de personajes fantásticos como las hadas, los elfos y los dragones entre otros. Y, el componente de la magia que se representa a través de libros que tiene propiedades, capas voladoras o invisibles, bolas que leen el futuro y espadas con poderes. Su ambientación puede suceder dentro de mundos mágicos o imaginarios o en una sociedad pseudomedieval.

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