El yacimiento arqueológico La Cuesta
Paraje con ocupaciones desde el Calcolítico a la Segunda Edad del Hierro
Yacimiento arqueológico de La Cuesta
Se localiza en la parte central y norte del sector 13 del Plan General de Ordenación Urbana de Torrejón de Velasco, en una loma con una suave inclinación hacia el arroyo de las Arboledas. La importancia de este curso de agua, que desemboca en el arroyo Guatén, queda reflejada por la gran concentración de yacimientos arqueológicos de distintas épocas que existen en sus márgenes.
El yacimiento de La Cuesta ocupa una extensión de 141.734 m². En el mismo se han localizado 1.813 subestructuras, de las que se han excavado un total de 1.397, que muestran una larga secuencia de ocupación desde el periodo Calcolítico hasta la Segunda Edad del Hierro.
Del primer momento de ocupación se han excavado una veintena de estructuras, la mayor parte de ellas pequeños hoyos y cubetas, cuya profundidad no alcanza los 50 cm, que han proporcionado una notable cantidad de materiales arqueológicos, entre los que destacan los cuencos y vasos campaniformes de estilo Ciempozuelos.
En la parte suroccidental del yacimiento se han localizado más de trescientos hoyos de postes que configuran un espacio situado cronológicamente en el Bronce Medio, en el que se han erigido estructuras de diversa forma y funcionalidad. Así, junto a posibles áreas de habitación conformadas por numerosos hoyos de poste que delimitan espacios circulares u ovalados, se localizan pequeñas estructuras formadas por tres hoyos dispuestos en forma triangular que pueden responder a secaderos u hórreos. Otro tipo de estructuras de mayor tamaño presentan al exterior un hogar ovalado en cuya parte central se asienta, sobre una base algo elevada, una placa de barro cocido.
El periodo comprendido entre el Bronce Final y la Primera Edad del Hierro (Siglos X-VIII antes de Cristo) se localiza en la parte más alta de la zona norte. Lo más significativo en este caso es la presencia de una cabaña de grandes dimensiones de la que quedan más de cincuenta hoyos de poste. Tenía planta rectangular, unas dimensiones de 14 metros de largo por 5 de ancho y la cabecera de forma circular. Estaba orientada de noroeste a sureste y tenía un porche en su parte delantera, lo que le permitía tener una entrada al resguardo de los vientos dominantes de la zona. En su interior no se han documentado restos de suelos ni hogares, lo que induce a pensar que se utilizaría como almacén de excedentes agrícolas y/o ganaderos o como recinto comunal relacionado con actividades colectivas para el desarrollo social del grupo.
Al último periodo, correspondiente a la Segunda Edad del Hierro (siglos IV a I a.C) pertenecen los restos de un poblado carpetano y un área donde se realizaron actividades de tipo industrial. La necesidad de almacenaje se ha constatado mediante varios sistemas, principalmente los pozos-silos excavados en el suelo, de forma cilíndrica y profundidad variable, superando siempre los tres metros y con una boca cónica para poder ser cubierta con una tapa. Algunos de ellos presentan en su interior pares de pates a distancias fijas con el fin de poder acceder a ellos. Su excavación en arenas inestables y la adecuación para su cierre u ocultamiento hacen pensar que su función sería la de almacenamiento de grano.
La única evidencia directa de actividades productivas es la presencia de un horno circular, de 1,5 m de diámetro que conservaba los restos de una parrilla y de una zona inmediata, donde se arrojaron las cenizas producidas por las labores realizadas en él, que demuestran que este horno se utilizó de forma intensiva o durante un largo periodo de tiempo.
Casi toda la industria lítica aparecida en el yacimiento de La Cuesta está realizada en sílex y se puede situar entre el Calcolítico y el Bronce Medio. Dentro de las piezas retocadas las más abundante son los dientes de hoz. También han aparecido pequeñas hachas y azuelas de piedra pulimentada que se encuadran en los primeros momentos de la Edad Bronce Final.
Los restos cerámicos son muy abundantes. Las piezas más numerosas, realizadas a mano, pertenecen al Bronce Final, seguidas de las cerámicas a torno de colores anaranjados decoradas con motivos pintados simples y jaspeados, junto a las realizadas con moldes de épocas posteriores. Dentro del material metálico destaca un hacha plana de bronce, de sección rectangular, con el filo curvado y ligeramente sobresaliente adscrita al Campaniforme.
Lo más llamativo de la fauna son dos cánidos (perros) y un lagomorfo (conejo o liebre) localizados completos y en posición anatómica. En el caso de los dos cánidos se aprecia que fueron depositados atados o envueltos mediante fibra vegetal. Ambos se pueden situar entre el Calcolítico y el Bronce Inicial/Medio y se asocian con rituales dentro de estas sociedades.
Respecto a los restos humanos, se han documentado por un lado siete cráneos aislados y sin la mandíbula inferior dentro de contextos pertenecientes al Calcolítico y a la Edad del Bronce. El resto de los casos, una treintena, corresponden con enterramientos completos que se concentran en tres zonas. La más antigua, perteneciente al Bronce Medio, está conformada por enterramientos individuales de ocho individuos, la mayoría adultos. Sólo uno presentaba ajuar, siendo éste una cazuelita de carena baja muy marcada, completamente bruñida y sin decorar. Suelen estar en posición fetal con la columna vertebral pegada a la pared de la subestructura, aunque sin ninguna disposición espacial. Las otras dos zonas donde se han documentado enterramientos se corresponden con las áreas donde se agrupan las estructuras del Bronce Medio y Final. Los esqueletos presentan posición fetal y no están acompañados de ajuar a excepción del lagomorfo, que se utilizaría como ofrenda. También suele ser habitual que estos enterramientos presenten un adulto en la parte inferior y un infantil a una cota superior.
Actuación arqueológica
A comienzos del siglo XXI, con motivo del desarrollo urbanístico de la zona se realizó una peritación arqueológica mediante prospección y catas de toda el área afectada por el Sector 13. En el año 2006 se inició la excavación total de la superficie del yacimiento, a excepción de una reserva arqueológica situada al norte de la intervención.