Intervención arqueológica en La Capilla de Santa Ana
Templo del siglo XVI en Colmenar Viejo
La Capilla de Santa Ana
Comenzó a levantarse en una de las zonas más céntricas de la villa de Colmenar Viejo sobre el año 1525, para lo cual se demolieron varias de las casas de su fundador, D. Juan González del Real, capellán de los Reyes Católicos. Esto supuso una de las reordenaciones urbanas más destacadas del casco urbano durante el primer tercio del siglo XVI.
La portada principal de la capilla, que da a la calle de la Feria, es muy sencilla. Está rematada con un arco de medio punto de grandes dovelas enmarcado por un alfiz con ménsulas. En la parte superior, una pequeña hornacina alberga un grupo escultórico que representa a Santa Ana, la Virgen y el Niño, todo ello rematado con un pequeño tejadillo.
La sepultura de D. Juan González del Real se encontraba a 1,50 metros de profundidad en la parte central de la capilla. Consistía en una pequeña estructura con base de mortero de cal y arena en la que se habían incrustado a lo largo del borde numerosos clavos con la punta hacia arriba destinados a recibir varias tablas de madera. Este ensamblaje, que debió sellarse con una cubierta también de madera, constituía el único preparativo mortuorio. El cadáver se depositó en posición decúbito supino, siguiendo la disposición de la planta de la capilla, Oeste-Este. El cráneo se encontraba ligeramente desplazado del tronco, ladeado hacia la derecha. Los brazos se encontraban cruzados, quedando ambos codos en ángulo recto con actitud de cruzar las manos, con seguridad, en la zona del vientre. Lo más destacado era la disposición de sus extremidades inferiores, flexionadas y entrecruzadas, en una posición “anatómica imposible” según el informe antropológico. El cadáver debió amortajarse con algún tipo de vestimenta o sudario, que no se había conservado, recogido mediante varios alfileres, de los que se recuperaron cuatro ejemplares, de cabeza y sección circulares.
El cenotafio está labrado en piedra dolomítica, sin ningún tipo de inscripción o decoración, a excepción de unas sencillas molduras. La ubicación del cenotafio no marcaba exactamente la posición del cadáver, ya que éste se encontraba ligeramente desplazado hacia la parte central de la capilla, por lo que la zona de los pies quedaba totalmente retirada, circunstancia que originó un problema durante el proceso de la excavación.
Cabe plantear la hipótesis de que el cenotafio se realizara con posterioridad al enterramiento y se colocase en el centro de la capilla tiempo después, quizá cuando se hizo el enlosado o cuando se enterró a alguno de los otros difuntos detectados, de los que se desconoce su identidad. Observando la disposición de las tres inhumaciones se puede entender que el cenotafio no apareciera totalmente centrado sobre la inhumación de Juan González del Real. Su ligero desplazamiento hacia la parte central de la capilla parece señalar también los otros dos enterramientos, por lo que podría ser un claro indicador del momento de su realización y colocación o bien de su traslado con posterioridad al enterramiento del fundador.
Uno de los aspectos más destacados de la intervención arqueológica es la gran cantidad de material de relleno documentado, ajeno a cualquier tipo de contexto funerario. En el pequeño espacio excavado destacan los 963 fragmentos cerámicos y los 672 restos faunísticos, además de otros hallazgos. Las características de la tierra, en ocasiones ligeramente oscura, con abundantes restos de fauna doméstica, así como las piezas cerámicas tan sumamente fragmentadas, indicarían que este lugar habría sido anteriormente un pequeño vertedero o basurero situado en un espacio abierto.
En el texto fundacional de la capellanía de Juan González del Real se expresa claramente la intencionalidad de reordenar varios inmuebles de su propiedad para levantar el conjunto de hospital y capilla, realizándose una pequeña, pero destacada, reestructuración urbana en las proximidades de la plaza más importante de la localidad de Colmenar Viejo. Ello requería adecuar para este nuevo uso tanto los espacios cerrados, casas y otras dependencias, como abiertos, corrales y trascorrales, tal y como se los denomina.
Parte de los fragmentos cerámicos recuperados en la intervención arqueológica tienen una cronología bajomedieval y moderna, dentro de un ambiente gótico-mudéjar, reflejado principalmente en las lozas azules con motivos de carácter geométrico y en la loza pintada al interior en verde y manganeso. Es importante la presencia de platos, cuencos, escudillas, fuentes y jarros, junto con otras formas atribuibles al uso doméstico.
El subsuelo de la capilla de Santa Ana presenta un extraordinario depósito arqueológico, parcialmente excavado, que puede adscribirse culturalmente a los primeros compases de la Edad Moderna, uno de los momentos culminantes del desarrollo socioeconómico de Colmenar Viejo.
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Actuación arqueológica
El objetivo principal de esta excavación consistía en comprobar la existencia de los restos del fundador de la capilla y el hospital anexo, Juan González del Real, aprovechando la necesidad de solucionar problemas de humedad del subsuelo y reubicar el cenotafio en su lugar originario. La intervención se realizó tras el acuerdo tomado por la Junta Directiva de la Hermandad de Ntra. Sra. de los Remedios, en su sesión de 12 de febrero de 1999.