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Productos milagro: precaución con los mensajes

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Productos adelgazantes, remedios contra la caída del cabello, pastillas para curar enfermedades o comprimidos para el insomnio, estos son algunos de los ejemplos de los denominados “productos milagro”, que son aquellos que se anuncian con finalidad sanitaria para el tratamiento de ciertas enfermedades o mejoras en el aspecto físico

A estos productos se les atribuyen una serie de propiedades sobre el organismo que no han sido demostradas científicamente, por lo que no están legalmente autorizados para su venta como medicamentos, cosméticos o productos sanitarios.

Como consumidor puede encontrarse en alguna ocasión ante uno de estos productos y es importante que conozca la legislación y las características de estos productos para poder tomar una decisión sobre su compra con unas mínimas garantías:

 

Recomendaciones generales

Los productos milagro están regulados en el Real Decreto 1907/1996 que no prohíbe su comercialización, sino que limita la publicidad y la promoción comercial que se puede hacer sobre estos productos con pretendida finalidad sanitaria. En este sentido, la ley establece, entre otras, una serie de prohibiciones como:

  • Que se anuncien como productos adelgazantes y prometan propiedades específicas contra la obesidad. 
  • Que se utilice el término “natural” como característica vinculada a efectos terapéuticos o preventivos. 
  • Que sugieran que su uso o consumo potenciar el rendimiento físico, psíquico, deportivo o sexual de una persona.
  • Que utilicen como respaldo cualquier clase de autorización, homologación o control de autoridades sanitarias de cualquier país.
  • Que se les atribuyan propiedades preventivas o curativas contra enfermedades, como por ejemplo, la diabetes o el cáncer.

Además, es importante saber que está prohibida la promoción y publicidad sobre las propiedades curativas y terapéuticas de estos productos, a todos los profesionales médicos y a sus asociaciones.

 

Consejos

Es muy recomendable que antes de utilizar cualquiera de estos productos consulte con su médico o farmacéutico. Tenga en cuenta que, aunque los componentes de estos productos sean naturales, podrían producir efectos secundarios en el usuario, como alguna alergia.

Recuerde que los productos milagro no son medicamentos. Si lo fueran, tendrían que acreditar científicamente sus efectos curativos. Por tanto, la frase comercial “de venta en farmacias” no asegura la eficacia del producto.

Desconfíe, por tanto, de aquellos productos que prometan, por ejemplo, soluciones milagrosas contra enfermedades para las que aún no se ha encontrado cura o acabar con la obesidad sin hacer dieta.

Es muy importante que confirme que el domicilio social de la empresa que comercializa el producto aparezca completo en el etiquetado. Esta información será de mucha utilidad en el caso de que desee poner una reclamación.

Recuerde que estos artículos se suelen vender por correo, por teléfono o por internet, prometiendo propiedades terapéuticas frente a enfermedades. Esta forma de venta los diferencia de los medicamentos, que se pueden vender exclusivamente en farmacias.

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