Tromboembolia pulmonar
La tromboembolia pulmonar (TEP) es una enfermedad causada por la obstrucción de una o varias arterias pulmonares por un coágulo sanguíneo.
Aspectos básicos
Más información sobre la trombembolia pulmonar
La mayoría de los pacientes con TEP tienen que ingresar en el hospital. En la mayoría de las ocasiones la evolución es favorable y pueden ser dados de alta durante la semana posterior al ingreso. Durante la estancia hospitalaria los pacientes reciben tratamiento para su enfermedad, se les realizan algunas pruebas complementarias, se vigila que la evolución clínica sea favorable y se les proporciona información sobre la enfermedad, su tratamiento y su seguimiento.
Los anticoagulantes son el tratamiento de elección para la TEP; reducen la coagulabilidad de la sangre y previenen la formación de nuevos trombos mientras el organismo deshace el coágulo ya formado. Durante su estancia en el hospital este tratamiento consiste habitualmente en la administración de una o dos inyecciones diarias de heparina en el abdomen. Únicamente en los casos más graves su médico responsable le ofrecerá tratamientos más potentes (que deshacen rápidamente los coágulos) que la anticoagulación, procedimientos invasivos para retirar el coágulo o la colocación de dispositivos (filtros) para atrapar los coágulos liberados antes de que alcancen el corazón; siempre después de haberle explicado detenidamente las ventajas y los inconvenientes de estos tratamientos.
La mayoría de los pacientes requiere un mínimo de 3 meses de anticoagulación. Antes del alta, el médico responsable le ofrecerá las diferentes alternativas de tratamiento anticoagulante a largo plazo:
- Continuar con la administración de una inyección diaria de heparina en el abdomen.
- Usar alguno de los anticoagulantes orales disponibles.
En el documento se proporciona la información sobre las ventajas y los inconvenientes de cada forma de tratamiento. En algunas ocasiones, se recomendará el uso de medias elásticas para disminuir la hinchazón y el dolor de las piernas.
La mayoría de los pacientes requiere al menos una visita hospitalaria al mes del diagnóstico, y otra entre los 3 y 6 meses. En estas visitas el especialista evaluará la salud general y la evolución de la TEP. También podrá solicitar pruebas complementarias para decidir la mejor duración del tratamiento anticoagulante.
El riesgo de volver a tener un coágulo es muy bajo mientras se recibe tratamiento anticoagulante. Sin embargo, los pacientes deben ponerse en contacto con su especialista si se le hincha alguna pierna, si aparece fatiga brusca e intensa, o si aparece dolor en el pecho brusco e intenso. La complicación más frecuente y grave de la anticoagulación es la hemorragia. La mayoría de las veces son hemorragias leves y sin apenas repercusión. No obstante, si el sangrado no cesa espontáneamente, o si se sangra por la orina o por las heces debe recibir atención médica inmediata.
Aunque el paciente puede realizar el mismo tipo de actividades que venía realizando antes de ser diagnosticado de una TEP, se recomienda evitar ejercicios físicos muy intensos y las actividades que aumenten el riesgo de cortes o de golpes. De manera general, se recomienda una incorporación paulatina a las actividades físicas después del episodio de TEP.
El diagnóstico de TEP no obliga a ninguna restricción dietética. Se recomienda una dieta equilibrada y saludable. De manera general, el paciente debería evitar la toma de bebidas alcohólicas mientras permanezca anticoagulado.
La TEP es una es una enfermedad frecuente en los países desarrollados y constituye la tercera causa de muerte cardiovascular, tras el infarto agudo de miocardio y el ictus, y en el 22% de los casos sólo se identifica en los estudios necrópsicos. Además, supone del 5 al 10% de las muertes intrahospitalarias. Los estudios procedentes de registros estiman una mortalidad a 3 meses de hasta el 17%. Aproximadamente la mitad de estos fallecimientos son secundarios a la propia TEP y el 75% ocurren durante el ingreso hospitalario inicial. Además, la TEP puede dejar secuelas graves, como el desarrollo de la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica, entre otras.
Por tanto, la TEP es una enfermedad frecuente y grave. Además hay un espacio considerable para mejorar el manejo de los pacientes con TEP aguda sintomática, lo que requiere optimizar la atención sanitaria que abarque todos los niveles asistenciales y que combine la prevención eficaz, el diagnóstico precoz, el uso de los tratamientos que han demostrado eficacia y seguridad, y la educación de pacientes, familiares y profesionales sanitarios. Con este fin se ha desarrollado el Proceso Asistencial Tromboembolia Pulmonar de la Comunidad de Madrid, para garantizar que cualquier paciente con sospecha o diagnóstico confirmado de TEP, atendido en cualquier lugar de la Comunidad de Madrid y en cualquier nivel asistencial, reciba la mejor atención médica posible basada en la evidencia científica disponible.
Información para profesionales
Protocolo Asistencial Tromboembolia de Pulmón de la Comunidad de Madrid
La tromboembolia de pulmón (TEP) es una es una enfermedad frecuente en los países desarrollados y la tercera causa de muerte cardiovascular, tras el infarto agudo de miocardio y el ictus.
Este Proceso Asistencial se basa en el documento de consenso para el manejo de la TEP publicado en 2022, elaborado por seis sociedades científicas: Sociedad Española de Cardiología (SEC), Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Sociedad Española de Radiología (SERAM), Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) y Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR); en la guía de tratamiento antitrombótico publicada por Chest en 2021; y en las guías de práctica clínica para el manejo de la TEP de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), publicadas en 2020.