Reseñas online. Cuidado con las reseñas falsas
Una de las primeras cosas en la que nos fijamos a la hora de contratar a través de plataformas de comercio electrónico es en las opiniones de los demás clientes. Las reseñas son, por lo tanto, una poderosa herramienta en manos de los actores del comercio online. Le contamos cómo la legislación protege a las personas consumidoras frente a las malas prácticas en este ámbito.
Cuando accedemos a un buscador o a una plataforma de comercio en línea, tecleamos el producto que buscamos y aparecen resultados que nos permiten comparar entre diferentes artículos, unos más baratos, otros más caros. ¿Cómo decidirse?
En muchas ocasiones, el factor determinante son las opiniones de otros clientes. Una visión del resto de consumidores que nos termina de empujar a elegir o descartar opciones.
Es por eso que estas opiniones o reseñas se han convertido en un valor muy cotizado por las empresas online. La diferencia entre tener más o menos reseñas y, sobre todo, la diferencia entre tener mayor o menor puntuación, puede marcar una sustancial diferencia a la hora de vender.
Qué son las reseñas
Una reseña es un texto breve, disponible en los canales de comunicación online, mediante el que un usuario expresa de forma pública su opinión favorable o desfavorable sobre un servicio o producto determinado.
Plataformas de venta de productos, o las que ofrecen alojamientos o servicios, ofrecen la posibilidad a los usuarios de valorar y expresar su experiencia para que futuros clientes puedan tener más información antes de realizar su transacción.
El problema es que hay un porcentaje importante de las reseñas que son falsas. La influencia que las reseñas ejercen sobre las personas consumidoras ha llevado incluso a la creación de sistemas de reseñas de pago. Las empresas contratan los servicios de terceros, a los que pagan para que escriban reseñas favorables a sus productos o servicios, especificándoles incluso lo que tienen que escribir o las fotos que tienen que poner.
Las reseñas que encontramos en internet pueden proceder de tres fuentes:
- Personas incentivadas que cobran por ello,
- Bots que realizan reseñas automáticamente
- Personas consumidoras que comparten sus experiencias reales
Solo podemos considerar fiables las terceras, ya que los dos primeros casos son fórmulas fraudulentas creadas para influir en la decisión de las personas consumidoras. Para hacer frente a esta situación, se ha llevado a cabo una regulación específica en esta materia.
Regulación
Hasta ahora, el régimen de responsabilidad sobre los prestadores de servicios online venía determinado por la Ley 34/2002, de comercio electrónico, que fijaba para ellos una responsabilidad pasiva sobre este tipo de contenidos.
Es decir, los responsables directos de las reseñas falsas o ilícitas eran los autores de las mismas, mientas que las plataformas eran consideradas intermediarios que no tenían una obligación de supervisión activa, de forma que no tenían obligación de controlar si las reseñas de su portal eran falsas o no.
Sólo estaban obligadas a intervenir en el caso de que tuvieran conocimiento de que dichas reseñas eran falsas o lesionaban los derechos de un tercero, en cuyo caso sí se les exigía una responsabilidad.
Del mismo modo, estas plataformas dejaban de tener responsabilidad sobre las reseñas si, en el momento de tener conocimiento de que son falsas o lesionan a terceros, reaccionaban diligentemente retirándolas de su portal.
Esta situación ha cambiado con la reforma legislativa del Real Decreto Ley 24/2021, que obliga a las plataformas a asumir una responsabilidad activad en relación con las reseñas que aparecen publicadas en sus portales web.
Así, la nueva regulación ha reformado la Ley de Competencia Desleal, estableciendo como desleales por engañosas aquellas prácticas en las que las plataformas encarguen reseñas a terceros con el fin de promocionar determinados bienes o servicios.
Además, se ha modificado la Ley para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, obligando a las plataformas a informar con garantías a las personas consumidoras de si las reseñas que aparecen en su portal han sido efectivamente realizadas por consumidores o no. Para ello, deben informar también sobre la manera en la que se procesan las reseñas.
En función de su contenido, las reseñas pueden además incurrir en:
- Delito penal: Delitos contra el honor, injurias o calumnias.
- Infracción civil: Si atentan contra el honor.
- Vulneración de la normativa de protección de datos: Proporcionar datos o información privada de terceros.
- Vulneración de la Ley de Competencia Desleal: falsear información para alterar el comportamiento de los consumidores.
Cómo detectar una reseña falsa
Cuando navegamos por una plataforma online con la intención de adquirir un producto o servicio, una buena práctica es comprobar la opinión de otros usuarios para decidirnos a una opción u otra. Para saber distinguir si se trata de una reseña falsa, hay varias señales útiles para identificarlas:
- Si las opiniones son las mismas y repiten el texto y las mismas fotografías.
- Si se repiten los perfiles de las personas que opinan.
- Si encontramos reseñas demasiado cortas, sin una explicación argumentada y fechada.
- Si encontramos errores en el vocabulario y la ortografía que pueden darnos a entender que se trata de traducciones automáticas.
- Si se promueve de forma evidente a un establecimiento competidor.
Otra forma de evitar las reseñas falsas es acudir a plataformas que cuenten con sistemas de verificación. El más conocido es la norma ISO 20488, que garantiza que las reseñas han sido recopiladas y moderadas antes de su publicación, ayudando a las empresas a incrementar la confianza de las personas consumidoras.