Oftalmología

Actividad 2023

• Urgencias atendidas: 3.196

Consultas Externas

• Primeras Consultas: 19.509
• Consultas Sucesivas: 31.077
• Total Consultas: 50.586 (Consultas Hospital: 30.870 y Consultas en CEP: 19.716) 
• Cirugía en Consultas: 3.261

Quirófano

• Total intervenciones: 3.249
• Total programadas. 3.242
• Total Urgentes: 7 

Hospital de Día

• Hospital de Día Quirúrgico: 2.925
• Hospital de Día Médico: 24

Interconsultas: 2.536

Fuentes: Sistema de Información de Atención Especializada (SIAE) y Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD)

• Consultas Externas (adultos y niños) en el Hospital Universitario Infanta Leonor y en los Centros de Especialidades (CEP) Vicente Soldevilla y Federica Montseny. Estos últimos cuentan con equipamiento con tecnología OCT y láser Yag para el tratamiento de la limpieza de la cápsula después de la cirugía de catarata permitiendo realizar consultas de alta resolución.
• Unidad de CMA (adultos)
• Hospital de Día (adultos)
• Hospitalización (adultos)
• Servicio de Urgencias en el Hospital Universitario Infanta Leonor
• Atención quirúrgica

• Tonometría: Técnicas de aplanación (Goldman y Perkins)
• Angiografía fluoresceínica y angiografía con verde indocianina (ICG)
• Autofluorescencia
• Retinografías
• Fotografías de polo anterior
• Ecografía ocular
• Biomicroscopía Ultrasónica
• Paquimetría
• Biometría ultrasónica de contacto y no contacto
• Topografía corneal mediante tecnología de disco de plácido (Orbscan)
• Microscopia Especular (recuento endotelial)
• Tomografía coherencia óptica (OCT de mácula)
• Tomografía de coherencia óptica (OCT de capa fibras nerviosas)
• Tomografía de coherencia óptica (OCT de segmento anterior)
• Autorrefractometría
• Retinoscopia
• Test de colores
• Test de estereopsis
• Siringación de vías lagrimales
• Test de Schrimer
• Pruebas farmacológicas de reacción pupilar

Cirugía de catarata y lentes intraoculares

• Facoemulsificación con implante secundario de lente
• Cataratas complicadas: Extracción extracapsular de cristalino
• Implante secundario de lente intraocular
• Sutura de lentes intraoculares
• Lentes de fijación iridiana
• Tratamiento Láser (Láser Nd Yag)

Cirugía de glaucoma

• Trabeculectomía con/sin antimetabolitos
• Esclerectomía profunda no penetrante con/sin antimetabolitos
• Cirugía MIGs (Preserflo, Xen…)
• Dispositivos de drenaje valvulares

Técnicas terapéuticas mediante láser

• Fotocoagulación de desgarros retinianos.
• Panfotocoagulación retiniana
• Fotocoagulación macular con Láser micropulsado subumbral y
• Láser Focal convencional
• Iridotomías. Iridoplastias
• Trabeculoplatias
• Goniopunciones
• Capsulotomías anteriores y posteriores

Cirugía de estrabismo

• Operaciones sobre musculatura ocular extrínseca
• Inyección de toxina botulínica
• Corrección del estrabismo y de la diplopía
• Corrección de la diplopía con prismas

Cirugía de córnea y polo anterior

• Trasplante de córnea (Queratoplastia penetrante)
• Trasplantes lamelares corneales (DMEK, DALK)
• Trasplante de membrana amniótica
• Cirugía del queratocono con implante de segmentos intracorneales
• Cirugía del pterigium con/sin autoinjerto
• Reparación de defectos conjuntivales: Conjuntivocalasia
• Extirpación de tumores superficiales Biopsias corneales y conjuntivales
• Recubrimientos conjuntivales Incisiones relajantes limbares

Cirugía de vías lagrimales

• Reconstrucción de párpado con injerto/colgajo de piel o tarsoconjuntival
• Ptosis palpebral
• Entropion, Ectropion
• Lagoftalmos
• Síndrome de laxitud palpebral
• Corrección de retracción palpebral
• Dermatocalasia
• Triquiasis /Distiquiasis
• Tarsorrafia
• Excisión de chalación y otras lesiones menores palpebrales
• Excisión de tumores palpebrales con/ biopsia
• Reparación de defectos traumáticos
• Dacriocistectomía
• Dacriocistorrinostomía
• Estricturectomía

Cirugía de retina y vítreo

• Vitrectomía microincisional y convencional:

1. Desprendimiento de retina
2. Patología macular (agujero o Membrana epiretiniana)
3. Hemorragias vítreas
4. Endoftalmitis
5. Biopsias vítreas

• Cirugía escleral del desprendimiento de retina
• Crioterapia
• Endofotocoagulación

Inyección y extracción de sustancias

• Antibióticos (intravítreos, subconjuntivales)
• Anti-VEGF (intravítreos)
• Corticoides (intravítreos, subtenonianos, intralesionales)
• Toma de muestras de humor acuoso y vítreo
• Inyección retrobulbar de alcohol

Las vías lagrimales se encargan de la producción, distribución y eliminación de las lágrimas, esenciales para mantener el ojo lubricado y protegido. Están formadas por la glándula lagrimal, los conductos lagrimales y el saco lagrimal, que permiten que las lágrimas drenen hacia la nariz.

Algunas enfermedades comunes de las vías lagrimales incluyen:

• Obstrucción del conducto lagrimal, que impide el drenaje normal de las lágrimas, causando lagrimeo constante y riesgo de infecciones.
• Dacriocistitis, una infección del saco lagrimal que provoca enrojecimiento, inflamación y secreción purulenta.
• Ectropión y entropión, problemas en los párpados que afectan la correcta distribución de las lágrimas.
• Tumores lagrimales, que pueden interferir en la producción y drenaje de las lágrimas.

Los síntomas más comunes son lagrimeo excesivo, sensación de ojo irritado, infecciones recurrentes y enrojecimiento en la zona del lagrimal.

El diagnóstico se realiza con una exploración oftalmológica, pruebas de irrigación de las vías lagrimales y, en algunos casos, estudios de imagen como una dacriocistografía.

El tratamiento varía según la causa. Puede incluir colirios antibióticos, masajes para mejorar el drenaje, sondaje de la vía lagrimal en bebés o cirugía en casos de obstrucción severa. La cirugía más frecuente es la dacriocistorrinostomía, que crea una nueva vía de drenaje para las lágrimas.

Si tiene lagrimeo persistente o infecciones frecuentes, es importante acudir al oftalmólogo para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.

La retina es la capa más interna del ojo y su función es captar la luz y transformarla en señales que el cerebro convierte en imágenes. Dentro de la retina, la mácula es la encargada de la visión central y detallada, mientras que la retina periférica permite percibir los objetos a los lados.

Algunas de las enfermedades más comunes de la retina son:

• Desprendimiento de retina, cuando la retina se separa de la pared del ojo, causando pérdida de visión.
• Degeneración macular asociada a la edad (DMAE), que afecta la mácula y dificulta ver detalles.
• Retinopatía diabética, causada por la diabetes y que puede afectar gravemente la visión.
• Oclusiones vasculares, bloqueos en los vasos sanguíneos de la retina que pueden provocar visión borrosa.
• Membrana epirretiniana y agujero macular, que alteran la visión central.

Los síntomas más comunes incluyen visión borrosa, destellos de luz, aparición de moscas volantes o manchas oscuras en la visión.

El diagnóstico se realiza con pruebas como la retinografía y la tomografía de coherencia óptica (OCT), que permiten ver el estado de la retina. En algunos casos, se necesita dilatar la pupila para una mejor exploración.

El tratamiento varía según la enfermedad y puede incluir inyecciones intravítreas, láser o cirugía. Detectar los problemas de retina a tiempo es clave para evitar la pérdida de visión. Si nota cambios en su vista, acuda al oftalmólogo para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La uveítis es una inflamación dentro del ojo que afecta la úvea, una capa intermedia del ojo compuesta por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Dependiendo de la zona afectada, se clasifica en uveítis anterior, intermedia, posterior o panuveítis (cuando afecta toda la úvea).

Sus síntomas incluyen dolor ocular, visión borrosa, enrojecimiento, sensibilidad a la luz y la aparición de “moscas volantes” en la visión. Puede aparecer de forma repentina o progresiva y, si no se trata, puede causar complicaciones como cataratas, glaucoma o desprendimiento de retina.

Las causas pueden ser desconocidas o estar relacionadas con enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, infecciones (como toxoplasmosis o tuberculosis), traumatismos o incluso efectos secundarios de medicamentos.

Para su diagnóstico, el oftalmólogo examina el interior del ojo y, en algunos casos, solicita análisis de sangre, estudios por imágenes o pruebas inmunológicas para determinar la causa.

El tratamiento depende del origen de la inflamación y puede incluir colirios antiinflamatorios, corticoides, inmunosupresores o antibióticos en caso de infección. En los casos más graves, pueden ser necesarias inyecciones o implantes intraoculares.

Es fundamental tratar la uveítis de forma temprana para evitar daños permanentes en la visión. En algunos casos, el paciente debe acudir a otros especialistas (como reumatólogos o infectólogos) para controlar la enfermedad. Con un tratamiento adecuado y un seguimiento médico regular, se puede mantener una buena calidad visual y evitar recaídas.

El estrabismo es una alteración en la alineación de los ojos, lo que significa que cada ojo mira en una dirección diferente. Puede afectar a niños y adultos y, si no se trata, puede causar visión doble o pérdida de visión en un ojo (ojo vago o ambliopía).

El estrabismo puede ser congénito o adquirido y manifestarse en distintas formas:

• Endotropía: cuando un ojo se desvía hacia adentro.
• Exotropía: cuando el ojo se desvía hacia afuera.
• Estrabismo vertical: cuando un ojo está más alto o bajo que el otro.

Las causas pueden incluir antecedentes familiares, problemas neuromusculares, enfermedades sistémicas o lesiones oculares. Algunos niños pueden parecer estrábicos sin serlo, lo que se llama pseudoestrabismo, causado por la forma de la nariz o los párpados.

El diagnóstico se realiza con un examen oftalmológico para evaluar la alineación ocular y la capacidad visual de cada ojo.

El tratamiento varía según la edad y el tipo de estrabismo e incluye:

• Gafas correctoras, especialmente si hay hipermetropía asociada.
• Parches en el ojo dominante para estimular el ojo más débil.
• Ejercicios visuales en ciertos tipos de estrabismo.
• Cirugía de estrabismo, que ajusta los músculos del ojo para mejorar la alineación.
• Toxina botulínica (Botox) en algunos casos específicos.

Detectarlo a tiempo en la infancia es clave para evitar problemas de visión a largo plazo. Los adultos con estrabismo pueden beneficiarse de cirugía para mejorar la alineación y la función visual.

El polo anterior del ojo está formado por estructuras esenciales para la visión, como la córnea, la conjuntiva, el iris y el cristalino. La córnea es la parte transparente del ojo y permite el paso de la luz, mientras que el cristalino es la lente natural que ayuda a enfocar.

Algunas de las enfermedades más comunes del polo anterior son:

• Ojo seco, causado por una mala lubricación de la superficie ocular.
• Blefaritis, inflamación del borde de los párpados que puede afectar la córnea.
• Conjuntivitis, que puede ser alérgica, infecciosa o irritativa.
• Pterigion, un crecimiento anormal de tejido sobre la córnea.
• Cataratas, que ocurren cuando el cristalino se vuelve opaco, dificultando la visión.
• Queratocono, un problema en la forma de la córnea que causa visión borrosa.

Los síntomas pueden incluir visión borrosa, sensación de cuerpo extraño, irritación o lagrimeo excesivo.

El oftalmólogo evalúa estas enfermedades con una lámpara de hendidura, que permite observar en detalle las estructuras del ojo.

El tratamiento depende del problema y puede incluir colirios lubricantes, antibióticos, antiinflamatorios o cirugía, como el trasplante de córnea o la cirugía de cataratas.

Es fundamental realizar revisiones oftalmológicas periódicas para detectar cualquier alteración en el polo anterior y recibir el tratamiento adecuado. La prevención y el diagnóstico temprano ayudan a mantener una buena salud visual y evitar complicaciones.

El glaucoma es una enfermedad ocular que puede causar pérdida de visión si no se detecta a tiempo. Se produce cuando la presión dentro del ojo aumenta y daña el nervio óptico, encargado de llevar la información visual al cerebro.

El glaucoma suele avanzar sin síntomas en sus primeras etapas, por lo que muchas personas no se dan cuenta hasta que ya han perdido parte de su visión. El daño comienza en la visión periférica, por lo que los objetos del centro pueden seguir viéndose bien hasta etapas avanzadas.

Algunos factores de riesgo son la edad avanzada, la presión ocular elevada, antecedentes familiares, miopía o enfermedades como la diabetes. Por eso, es importante realizar revisiones oftalmológicas a partir de los 40 años, especialmente si hay factores de riesgo.

El diagnóstico se realiza con pruebas como la medición de la presión ocular, la exploración del nervio óptico y la evaluación del campo visual.

El tratamiento busca reducir la presión ocular para evitar más daño. Puede incluir colirios, láser o cirugía según la gravedad. Hoy en día, los tratamientos son seguros y permiten controlar la enfermedad para evitar la ceguera.

El glaucoma no tiene cura, pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, se puede conservar la visión y mantener una buena calidad de vida.