La Medicina Interna tiene el compromiso de ofertar una atención integral al paciente adulto, y garantizar la continuidad de su cuidado fuera del hospital. Esto evita la fragmentación de la atención por órganos y aparatos aportando una perspectiva bio-psicosocial. Utiliza un abordaje médico en la prevención, diagnóstico, indicación terapéutica y seguimiento de las enfermedades del adulto, incluyendo también su rehabilitación y paliación.
El campo de acción del internista se deriva de sus principales valores y capacidades, en especial de su visión integradora y su polivalencia, centrándose por ello en la atención de los siguientes pacientes:
- Paciente hospitalizado por procesos agudos o por procesos crónicos agudizados
- Abordaje integral de pacientes crónicos, pluripatológicos y pacientes de edad avanzada
- Pacientes con diagnóstico difícil o complejo
- Atención a todas las enfermedades frecuentes del adulto en al ámbito hospitalario
- Abordaje integral de procesos específicos como la enfermedad cardiovascular, enfermedad tromboembólica venosa, enfermedades infecciosas, enfermedades autoinmunes sistémicas, cuidados paliativos, insuficiencia cardiaca, alteraciones del metabolismo óseo
- Coordinación con otros niveles asistenciales como atención primaria y otras especialidades hospitalarias dentro del concepto de atención compartida de los pacientes.