Restauración de la Fuente de la Villa de Valdemoro
Construcción de piedra del siglo XVII
La fuente de la Villa fue levantada en piedra de Colmenar de Oreja en el año de 1605 por el Concejo de Valdemoro. Su construcción constituyó todo un hito para el vecindario de este municipio, acercando las aguas de un manantial cercano a la población.
La fuente de la Villa
Creada inicialmente para el abastecimiento humano, su uso a lo largo del tiempo ha ido variando, como dejan constancia las inscripciones localizadas en el anverso y reverso del pilar central de la fuente. En ellas se registra su construcción a inicios del s. XVII, siendo corregidor de la villa don Pedro Vázquez Marín y su reedificación en 1778, en tiempos de Carlos III, para añadir un abrevadero o pilón trasero que independiza el espacio de uso humano del de consumo animal. Las aguas sobrantes de la fuente salían a través de un orificio en el pretil del vaso principal. Este agujero es aún visible pese a la desaparición del abrevadero y de los dos pilones de lavar, que se instalaron también en fecha posterior.
La tercera inscripción legible hace referencia a una restauración realizada en 1940, siendo alcalde de Valdemoro Eusebio Blanco Otero, que pudo haber tenido la finalidad de solventar daños causados durante la Guerra Civil o bien de volver a ponerla en funcionamiento óptimo tras un periodo con falta de mantenimiento. Esta intervención, de la que no queda registro escrito, sería la primera de una serie de restauraciones, de las cuales están documentadas dos: una en 1997 y otra en 2003, ejecutadas respectivamente por iniciativa del Canal de Isabel II y de la Comunidad de Madrid.
Proyecto de restauración
La Fuente de la Villa de Valdemoro se encontraba en estado muy degradado principalmente debido a la exposición a la intemperie, además de los procesos degradativos intrínsecos de la piedra y el metal. Para recuperar su valor estético y preservar su valor histórico y documental, se han llevado a cabo una serie de intervenciones, teniendo como carácter prioritario la reversibilidad de los materiales y de las técnicas empleadas:
- Funcionamiento del sistema hidráulico de la fuente. La fuente presentaba una serie de roturas y filtraciones a través de varios puntos por los que el agua acababa saliendo a través de los paramentos hacia el exterior. Se han reparado y sellado.
- Tratamiento y limpieza de elementos pétreos y del pavimento. La suciedad superficial de la fuente favorecía la permanencia de focos de humedad y el crecimiento de microorganismos, además de un evidente deterioro estético. Se han llevado a cabo una limpieza superficial en seco, limpieza mecánica por proyección y limpieza química de forma localizada en aquellas zonas que presentaban pátinas o costras incrustadas y resistentes.
- Retirada de elementos no originales y morteros inadecuados y/o degradados.
- Tratamiento biocida para tratar la proliferación de algas, líquenes y demás microorganismos.
- Hidrofugación, para proteger de la humedad y de la acción del agua de lluvia y de las salpicaduras.
- Impermeabilización del vaso
La fuente presentaba pérdidas matéricas a lo largo de las aristas de los sillares y erosión de volúmenes escultóricos, siendo más patente su efecto en las zonas más expuestas a la acción abrasiva del viento, al efecto directo de las precipitaciones y a los contrastes térmicos. Los elementos metálicos también han recibido un tratamiento específico.
- Consolidación superficial puntual, allí donde la piedra de Colmenar se encontraba disgregada, como en la superficie del escudo que remata el conjunto.
- Consolidación estructural, mediante anclaje de los elementos en riesgo sobre soporte sano y la inyección de cal hidráulica en el interior de la estructura y para el tratamiento de grietas y fisuras.
- Tratamiento de caños de bronce con la limpieza en seco de las superficies afectadas por polvo y acumulaciones biológicas, así como una limpieza mecánico-química en profundidad, aplicando productos de protección.
- Reposición de grapas de hierro: se han sustituido las varillas de acero inoxidable, no originales, que se encontraban en el pretil del vaso por grapas de hierro forjadas a medida de los sillares y emplomadas. Se han reproducido las grapas originales de la fuente mediante su fabricación con hierro antiguo forjado por un maestro herrero, que ha protegido la superficie metálica ante la corrosión.