
Necrópolis de la Cabrera
Cementerio rural hispano-visigodo
Descripción del yacimiento
Se encuentra a la altura del kilómetro 3 de la carretera que une La Cabrera con Valdemanco, al pie del Cerro de la Cabeza, donde hubo un asentamiento cuyos habitantes utilizaban esta necrópolis para inhumar a sus difuntos. En la zona se han documentado además vestigios de poblamiento que van desde la Prehistoria Reciente a la Edad Media. En el siglo XII se instalaron en esta zona los monjes benedictinos, que fundaron el monasterio de San Antonio de La Cabrera, posteriormente ocupado por la orden franciscana.
La excavación arqueológica realizada en el yacimiento en el año 1991 permitió documentar las tres tumbas que ya eran conocidas y descubrir seis más. Se trata de una necrópolis de época hispanovisigoda compuesta por cistas, es decir, estructuras funerarias formadas por rocas planas de origen local colocadas verticalmente formando cajas rectangulares que fueron cubiertas por una o varias piedras a modo de tapa. Algunas tumbas parecen formar agrupaciones familiares, a la manera de panteones.
Los cadáveres se disponían en el interior de las cistas en posición decúbito supino. Los restos óseos descubiertos durante la excavación se encontraban expoliados y mal conservados. No se han encontrado elementos de ajuar, salvo un broche de cinturón de estilo bizantino de la tumba VII que permitió fechar el conjunto en el siglo VII.
La llamada "Tumba del Moro" es un sepulcro antropomorfo excavado en un afloramiento de granito con la cabecera orientada al oeste. Tiene una longitud de 1,80 metros y una anchura máxima de 0,54 metros, con estrechamiento hacia los pies. Esta sepultura había sido expoliada de antiguo y había perdido su cubierta, seguramente realizada también de un bloque de piedra local. Esta sepultura antropomorfa probablemente se ejecutó en torno a los siglos IX - X.
Actuación arqueológica
En 1991 se realizó una excavación de urgencia ya que el yacimiento, popularmente conocido como “La tumba del Moro”, estaba siendo expoliado. En el año 2016, se realizó una prospección geofísica con georradar, completándose los trabajos con el vallado y sellado del yacimiento. En 2017, la Dirección General de Patrimonio decidió incluir el enclave en la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, encargándole al Departamento de Arqueología y Recursos Culturales de la empresa AUDEMA su acondicionamiento y puesta en valor.