La Comunidad de Madrid finaliza las obras de restauración de la ermita de San Blas
La ermita por fuera

Ermita de San Blas en Canillas

Bien de Interés Patrimonial de la Comunidad de Madrid

La ermita de San Blas, antigua iglesia parroquial de San Juan Evangelista, constituye la única construcción que se conserva de la antigua villa de Canillas. Se trata de una construcción sencilla y sobria que manifiesta las características de la arquitectura barroca madrileña del siglo XVII, que contiene pinturas murales de interés histórico y artístico.

La ermita de San Blas reúne, por tanto, unos valores arquitectónicos y un nivel técnico significativos, tanto en su cabecera como en el cuerpo de naves y elementos añadidos, al tiempo que presenta valores artísticos, culturales e históricos para ser declarada como Bien de Interés Patrimonial.

Declaración

Tras la conquista del reino de Toledo por Alfonso VI en 1085, toda la zona se fue repoblando durante el siglo XII y XIII, surgiendo así diversos núcleos habitados en torno a la población de Madrid (Barajas, La Alameda, Rejas, Hortaleza, Valverde, etc.), dependientes del Concejo de Madrid.

La referencia documental más antigua sobre la aldea de Canillas aparece en una escritura de compraventa de terrenos datada en 1252.  Durante el siglo XVII, estos núcleos situados en el entorno de la capital sufren una importante despoblación como consecuencia de la crisis generalizada que afectaba al país, siendo Canillas una de las aldeas más perjudicadas.

Hacia 1680, Baltasar de Molinet Jijón (Madrid 1615-1698), compró la jurisdicción, señorío y vasallaje de Canillas, convirtiéndose en el VII señor de Canillas, el señor de mayor trascendencia para la historia de la villa. Unos años más tarde, en diciembre de 1689, el rey Carlos II le concedió el título de conde de Canillas para él y sus herederos.

La actual ermita se menciona por primera vez en un documento fechado en 1427, aunque es a finales del siglo XVII, cuando tuvo lugar la importante reforma en la iglesia, a iniciativa y costa del barón Sebastián de Molinet, VII Señor de Canillas, dando lugar a la nueva construcción, encargada a los Maestros de Obras de la Villa de Madrid Lucas Ruiz de Heredia y Marcos López.

En el interior de la iglesia se conserva una lápida conmemorativa de pizarra engastada en el muro de los pies, con una inscripción grabada en latín alusiva a la edificación de la iglesia por don Baltasar de Molinet, si bien no es posible determinar cuándo se realizó esta lápida.

En la parte superior del pórtico, sobre uno de sus pilares, se localizaba el escudo de armas del conde de Canillas labrado en piedra, que aparece en fotografías fechadas hacia 1930. Durante la Guerra Civil, el inmueble fue utilizado como almacén y mercado, desapareciendo todos los ornamentos y el citado escudo de piedra. Actualmente, se conserva un escudo con sus armas pintado sobre el arco de ingreso a la cabecera.