Antigua fábrica de harinas La Esperanza, en Alcalá de Henares
Bien de Interés Cultural en la categoría de Interés Industrial
La antigua fábrica de harinas La Esperanza
La nave de molinos de la antigua Fábrica de harinas La Esperanza, en Alcalá de Henares (Madrid), es uno de los primeros ejemplos de electro harineras de la zona que conserva prácticamente intactos los espacios productivos y la maquinaria original. Esta última, data de 1916, cuando comienza la actividad fabril y cuenta con uno de los escasos conjuntos de molinos mecánicos harineros de primera generación conservados en la actualidad.
Constituye un vestigio material de la incipiente industrialización de la ciudad alcalaína, en la que tuvo un importante papel la industria harinera. Es por ello que ha sido declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Interés Industrial.
Origen de la fábrica
Su orgen se remonta a la transformación iniciada a mediados del siglo XIX en la
industria harinera, cuando el aprovechamiento de la energía hidráulica en ingenios formados por ruedas de molino se sustituye progresivamente por el sistema austrohúngaro con molinos de cilindros que funcionaban mediante energía eléctrica.
Progresivamente se fue implantando el sistema mecanizado de trituración y refinado de harinas austrohúngaro, ampliamente difundido por la casa suiza Daverio.
De esta forma, para la ubicación de los complejos harineros ya no sería determinante
la presencia de un cauce fluvial, pudiendo situar las fábricas próximas a instalaciones ferroviarias, en la periferia urbana, lo que fomentaría una adecuada red de transporte y distribución del producto.
La Fábrica de harinas la Esperanza fue fundada en 1916 por Sergio Real, quien encargó
el inmueble al constructor madrileño Martín Lago Pérez. La fábrica arranca con una plantilla de seis empleados y poco después la electrificación de la harinera era total, llegando a alcanzar en la década de los años 30 los 22.000 kg de producción diarios, con una capacidad de almacenamiento de 1,5 millones de kg.
La fábrica continuaría su funcionamiento en manos de los descendientes de Sergio
Real hasta la década de los años 70, cuando es adquirida por diversos particulares, cesando definitivamente su funcionamiento en los años 80. Siendo ya de titularidad municipal, se redactó en 1990 un proyecto de rehabilitación para convertir la antigua fábrica en un complejo educativo.
El proyecto de construcción original preveía la creación de una fábrica, un almacén y una vivienda:
- La ubicación de esa primera vivienda contemplada en el proyecto inicial se corresponde con el espacio del inmueble que alberga actualmente la conserjería de la Escuela Oficial de Idiomas, y por tanto está desaparecida en la actualidad. Al inicio de 1917 Sergio Real compró otra parcela que le permitió ampliar el conjunto. Hasta 1919 se sucederían diversas obras en las que se edificaron un silo, cocheras, nuevos almacenes y, una década después, la casa familiar que se conserva en la actualidad.
- Dentro de estas adquisiciones destaca el edificio de la antigua Central Eléctrica Complutense que pasaría a ser utilizado como almacén (que se conserva en la actualidad) y que permitiría organizar todas las construcciones de la fábrica en torno a un gran patio de operaciones situado en el espacio libre entre la central y la nave de molinos.
- La antigua nave de molinos o edificio principal, es el lugar donde se realizaba la totalidad del proceso productivo. Es un inmueble de estilo neomudéjar de planta rectangular, que conserva toda la maquinaria, cubierta a dos aguas con hastiales; suelos, estructura de techumbre, escaleras y conducciones, todo ello de madera noble muy bien conservada; carpintería original de puertas y ventanas.
El edificio principal o nave de molinos es el que ha obtenido la declaración de Bien de Interés Cultural; si bien tanto la casa como el almacén, se incluyen en la protección de su entorno.
La maquinaria original de la fábrica
La fábrica es ejemplo de la transformación iniciada a mediados del siglo XIX en la industria
harinera, cuando se pasó del aprovechamiento de la energía hidráulica en ingenios
formados por ruedas de molino al sistema austrohúngaro compuesto por molinos de cilindros
electrificados. Esta nueva metodología proporcionaba una harina más blanca y más fina, y con mejores condiciones de conservación al eliminar el germen.
La tipología fabril de las electro harineras se caracteriza por un desarrollo vertical al modo las fábricas manchesterianas, con una planta de proporción rectangular y coronada por cubierta a dos aguas, distribuyendo las fases productivas en distintas alturas.
La maquinaria se conserva en el interior en su posición original, conservando también por tanto la configuración de espacios y circulaciones. Gran parte de la maquinaria, como los molinos mecánicos
y los plansichters dobles datan de la época fundacional de la fábrica, se conservan en
buen estado y constituyen un testigo excepcional del sistema de fabricación austrohúngaro de principios del siglo XX.
Toda la maquinaria y elementos técnicos ilustran un sistema de molienda y de abastecimiento
energético ya desaparecido que marcó la pauta en el desarrollo de la industria harinera.