Varias personas transitan por un descampado en esta imagen tomada en el barrio de Bellvitge, en el extrarradio de Barcelona. Al fondo entrevemos cómo una serie de construcciones van ganando terreno, sugiriéndonos que probablemente este sea un escenario muy diferente hoy en día. En mitad de esta panorámica emerge un edificio marcado con el rótulo “CINE LUMIERE”, un inesperado homenaje a los inventores del cinematógrafo que contrasta con lo humilde del entorno.
Jordi Socías nació en 1945 en el seno de una familia trabajadora en Barcelona, en un barrio no muy diferente a este. Dos aspectos de su infancia son visibles en esta imagen: la calle, el lugar de juegos que con el tiempo se convertiría en un escenario clave de sus fotos, y el cine, que de niño contemplaba clandestinamente y que le iba a acabar llevando, indirectamente, al mundo de la fotografía.
Sin embargo, Jordi Socías no cogería una cámara hasta los 25 años. Su primer acercamiento al mundo de la fotografía llegó, anecdóticamente, a través de un curso por correspondencia, y, sobre todo, de forma más significativa, a partir de su primer viaje a París en 1972.
Aunque en el momento de tomar esta foto ya había empezado a colaborar con el semanario Cambio 16 y algunos diarios catalanes, fue esta imagen la que marcó un punto de inflexión en su carrera. Como él mismo cuenta:
Hacer una fotografía es tomar una serie de decisiones, y al ver esta fotografía, lo que yo había decidido incluir en la imagen, la manera de construirla… es cuando pensé que podía ser fotógrafo, a partir de aquí decidí que me iba a dedicar a esto.