Rotura reiterada
El consumidor:
Lleva su teléfono móvil a reparar porque se le ha roto la pantalla. Pasados diez días, y sin encontrar motivo aparente, se vuelve a romper. Lo vuelve a llevar y nuevamente le reparan la pantalla, que se rompe por tercera vez, además de comenzar a fallar funcionalidades del teléfono. Asegura que le da un uso normal, por lo que reclama la devolución de las cantidades que abonó por las dos reparaciones.
La empresa:
Alega que en la garantía no se cubren los terminales rotos por mal uso y que no hay ningún motivo técnico para que la pantalla se rompa.
El colegio arbitral:
Concluye que ninguna de las partes demuestra el motivo de las sucesivas roturas de la pantalla. Además, la empresa no aporta documentación que acredite la pericia en la colocación, si la pantalla es o no original, ni el motivo de la diferencia de precio entre una reparación y otra. Por ello, decide repartir el coste de la reparación al 50% entre la empresa y el consumidor, y que la empresa devuelva el 50% del coste de las dos reparaciones anteriores.