Le entregan un colchón más duro que el que probó

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El consumidor: 
Compra el colchón que prueba en la exposición de una tienda, por tratarse de un colchón blando, que es lo que necesita por tener problemas de cadera. Sin embargo, el colchón que le entregan en su domicilio es muy duro. Tras informar a la tienda, le dicen que pruebe durante un mes, que los colchones tienden a ablandar. Pasado un mes, el problema persiste y le envían a dos trabajadores, que comprobaron que estaba duro, pero no ofrecieron ninguna solución. Pide la recogida del colchón y la devolución de los 274 euros que pagó.
La empresa: 
Alega que fueron al domicilio a probar el colchón y que está igual de duro que el modelo de la tienda. Afirman que no se ha cambiado por estar usado y no ser defecto del fabricante.
El colegio arbitral: 
Considera acreditado que el consumidor solicitó un colchón con unas características que la empresa conoció, pero luego el colchón no respondía a esas características. Obliga a la empresa a recoger el colchón en su domicilio sin coste añadido y a reembolsarle el precio del colchón (274 euros, con el IVA incluido).